OPINIÓN | El accionista de DIA, abocado a acudir a la opa o a jugar a la ruleta rusa

Sí, el precio es muy bajo, pero pensar que va a volver a 4 euros es utópico

No acudir solo saldrá bien si la opa fracasa y Fridman lanza otra. Y eso es muy arriesgado

Eduardo Segovia
Bolsamania | 06 feb, 2019 06:00 - Actualizado: 09:25
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La opa lanzada por Mikhail Fridman sobre DIA está muy bien diseñada para obligar a los accionistas a acudir si no quieren correr un riesgo muy alto. Susto o muerte, como contaba ayer Bolsamanía. No acudir a la oferta implica sufrir de seguro una macroampliación de capital que tumbará el precio de la acción: de 500 millones si gana Fridman o de 600 si pierde (DIA capitaliza 435 millones). El único escenario que puede salir bien es que fracase la opa y que LetterOne (el vehículo del magnate ruso) lance otra mejorada. Demasiado arriesgado.

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Los accionistas minoritarios de DIA estaban ayer enfurecidos en las redes por el bajo precio ofrecido por LetterOne. Muchos incluso sostenían teorías de la conspiración acusando al inversor de "tumbar" el precio de la acción para comprar barato (olvidando que el que más pierde con eso es él). Una acusación parecida a la que hacen los damnificados del Popular a Saracho.

Es cierto que el precio es bajo. Pero es que, como ya avisó Bolsamanía, si él (o cualquier competidor) lanzaba una opa, sería a los precios actuales. Otra cosa sería estúpida. Nadie va a ofrecer 4 euros por algo que cotiza a 0,4, ni aunque lo valga -ya se sabe que solo el necio confunde valor y precio-.

Esa es la primera cosa que debe plantearse el accionista, y la más dolorosa: asumir que DIA nunca va a volver a 4 euros (mucho menos a los 7 de su máximo histórico). Detrás del rechazo a la opa se encuentra ese razonamiento tan español de que es mejor aguantar porque "de perdidos, al río". Y quizá, con suerte y tiempo, alguna vez recuperaré lo perdido. Hay que aceptar que eso no va a ocurrir en ningún caso -al menos en una generación- y que hay que asumir la pérdida. Y aprender que esto de la bolsa es arriesgado; que, igual que se puede ganar mucho, también se puede perder todo.

¿CON QUÉ ALTERNATIVA PIERDO MENOS?

Una vez que asuma esto, tiene que plantearse con qué opción pierde menos. Si va a la oferta, sabe que sus acciones no van a seguir cayendo, que no es poco tal como estaba la cosa; recuerden que DIA estuvo al borde del concurso de acreedores este verano. Si no acude, sabe de cierto que habrá una ampliación que va a más que duplicar el capital, sea de Fridman o de los actuales gestores de la empresa. Una ampliación que puede hacerse a un precio tan bajo como 0,10 euros, según comunicó ayer LetterOne. Es para pensárselo.

¿Hay algún escenario en que pueda sacar un mejor precio? Sí, que alguien lance una contraoferta o que fracase la de Fridman y se vea obligado a lanzar otra a un precio más alto. Lo primero es factible, pero la ley obliga a que se presente antes de que concluya el plazo de aceptación de la primera oferta, así que el accionista tendrá tiempo para escoger.

Lo segundo es posible pero muy improbable: el escenario se viene abajo si acude el 20% del capital, y sería raro que los fondos de inversión no cogieran el pájaro en mano. En ese caso, los minoritarios se arriesgan a quedarse colgados porque solo está obligado a hacer un 'squeeze-out' si alcanza el 90%. Si no, las acciones seguirías cotizando y sufrirían los efectos de la ampliación.

Y aunque fracasara, el inversor ruso tampoco iba a mejorar el precio de la oferta en 3 euros. El valor cerró en 0,70 euros, es decir, el mercado no descuenta una potencial subida del precio mayor. Demasiado riesgo para arañar 3 céntimos. Ahora, que cada uno tome sus propias decisiones.

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