Reemplazan trabajadores por robots en China

¿Qué harías si te enfrentas a un incremento de los costes salariales y tienes falta de trabajadores? Pues en una región de China están invirtiendo en trabajadores que nunca piden un aumento salariales: robots.

Robots-trabajando

Durante los próximos cinco años, las autoridades de la provincia este de Zhejiang, un hub manufacturero, va a invertir 500.000.000.000 de yuanes (61.000 millones de euros) en ayudar a 5.000 empresas para que cambien empleados por robots según señala el China Daily. Los costes laborales y salariales han crecido un 16% anualmente en la provincia, y mediante este cambio se recortaría la necesidad de 700.000 puestos de trabajo, acorde a los datos de la Comisión de Información y Economía de Zhejiang. Los productores de robots se han apresurado a asegurar que el hecho de que los robots hagan el trabajo no significa que se vaya a prescindir de los trabajadores, sino que se va a aliviar la sobre-demanda de empleados.

A media que los estándares de vida suben y la población activa se reduce, China ha ido perdiendo su ventaja comparativa en cuanto a costes de producción pasando el testigo de “países baratos” a otros como Vietnam, Bangladesh o Camboya. De todas formas, China quiere convertirse en el líder mundial del sector de la robótica, con empresas enfocadas tanto a robots para el sector servicio como industriales. Por su parte, varias empresas extranjeras como por ejemplo Foxconn, la empresa que produce los iPhone y a tenido varios escándalos laborales, han anunciado la intención de añadir más de un millón de robots a su plantilla.

El progreso de Zhejiang puede servir de modelo para el resto del país, que necesita este cambio tecnológico. Por ahora, el compromiso con el plan parece robusto, y hay suficiente financiación, pero automatizar el trabajo no será fácil: se necesitarán muchos años de enormes inversiones financieras para que China pueda estar al nivel de otros países como Japón, y los robots también tienen su parte mala, en palabras de Tim Li, trabajador del fabricante taiwanés de ordenadores Quanta Computer “cuando hay menos pedidos se puede despedir a los trabajadores, pero cuando hay menos pedidos no se puede despedir a las máquinas”.

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