Baja el paro en junio, ni bueno, ni malo, sino todo lo contrario

Cola-del-Paro

Los datos del paro de junio han sido realmente esperanzadores, o no, bueno, según se mire. Está claro que se ha producido un descenso importante de parados, más de 60.000, pero tampoco podemos olvidar que se producen en función de la campaña veraniega del sector servicios, por lo que son empleos que, en su mayoría, se volverán a destruir en septiembre-octubre.

Es decir, que tras treinta años de democracia nos encontramos exactamente en el mismo punto que al principio. Es decir, dependiendo de la estacionalidad del turismo para poder crear empleo, excepción hecha, claro está, de la tremenda burbuja inmobiliaria de la que todavía estamos sufriendo las consecuencias.

Crear empleo no es conseguir que alguien trabaje por tres meses, crear empleo es conseguir que alguien trabaje de manera indefinida, y en ese contexto, los datos del paro que conocimos ayer están muy lejos de ser positivos, de hecho, son negativos porque ahondan en el problema estructural del mercado laboral español.

La dualidad del mercado de trabajo español provoca que unos pocos, los indefinidos, gocen de todos los derechos, y que otros muchos, los temporales, no tengan ninguno, amén de conseguir que los despidos, que siempre se darán en cualquier actividad económica, se hagan en función del coste laboral y no de la valía del trabajador.

Este país necesita una reforma estructural profunda en la que los sindicatos dejen de mirarse el ombligo, se olviden de que tienen que mantener su puesto y sus subvenciones y se preocupen, de una vez por todas, por el bienestar de los trabajadores y la justicia laboral.

Hasta que ello no suceda seguiremos condenados a un paro estructural de 2 millones de personas, vayan las cosas bien o mal.

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