Las Chicas Gilmore

Las cuatro estaciones de Las Chicas Gilmore es justo lo que los fans querían…y necesitaban

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Son muchas las personas que emocionadas esperan a que por fin mañana viernes, se lance en Netflix la temporada especial de cuatro episodios de Las Chicas Gilmore y a riesgo de que más de un fan me critique por avanzar cosas, lo único que puedo decir antes del cartel de «spoilers» es que si alguna vez fuiste seguidor de Lorelai Gilmore, de su hija y del pueblo de Stars Hollow en general, vas a sentirte la persona más feliz del mundo durante los 90 episodios que dura cada episodio.

No nos engañemos, la séptima y última temporada de Las chicas Gilmore jamás estuvo a la altura de lo que la serie fue en términos generales. Se notaba la ausencia de Amy Sherman-Palladino, y su marido Daniel, como los responsables y aunque sí tuvo un final de «felices para siempre» con Lorelai y Rory tomando ese último café en la cafetería de Luke, lo cierto es que muchos hubieran deseado saber qué pasaba después y gracias a Netflix ahora lo hemos podido saber.

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De Invierno a Otoño, así es como pasan las cuatro estaciones de esta temporada especial, repleta de lo que siempre han sido, son y serán Las Chicas Gilmore: guiños a la cultura popular, menciones de todo tipo a comida basura, películas, series y música (en especial a Alanis Morrissette), situaciones casi oníricas de algunos de los residentes (Kirk vuelve a brillar con luz propia y con negocios variopintos) y sobre todo momentos en los que seguro más de uno sacará su pañuelo (en especial cuando se recuerda al patriarca Richard Gilmore y en el momento en el que se recuerda su entierro).

Además, es de agradecer que la serie no se haya quedado sólo en lo que fue sino que se nota que el tiempo ha pasado para ella (y para sus personajes). Vemos así a una Rory (Alexis Bledel) más madura, algo experimentada pero con dudas que siguen siendo las mismas de cualquier persona que se haya dado cuenta que la vida no es lo que pensaba o lo que había imaginado. La joven Gilmore ha logrado su objetivo de ser periodista, pero se siente algo perdida, sin una casa fija (dejando sus cosas en casa de todos aquellos a quienes conoce), aunque con el hogar en Stars Hollow y el apoyo no solo de su madre, sino de todos los que la rodean e incluso podemos sentir que todavía queda química con algunos de sus ex, en especial Jess (Milo Ventimiglia), que parece ser el paño de lágrimas perfecto.

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Por otro lado tenemos a una Lorelai que parece haber triunfado con su hotel DragonFly Inn, que además parece que ha «mejorado» su relación con su madre, Emily (dispuesta a renovarse tras la muerte de su marido), pero algo culpable en el amor. No es que no esté bien con Luke, con el que sigue, o no es que ya no le quiera, pero la rutina se ha convertido en un peso demasiado grande, y no solo eso, siente que tal vez su modo de vida, su manera de ser hayan amilanado a su novio (casi marido), de modo que no duda en plantearse contratar un vientre de alquiler, algo que nos permite recuperar a otro querido personaje de la serie, Paris, que ahora es una de las mejores en este campo.

Y como no, está Emily que decide vivir su vida (aunque su casa esté más llena de gente que nunca), y hacer terapia (acompañada en parte de su hija), con el fin de poder superar la muerte de su marido.

Las Chicas Gilmore fue una serie que reflejó bastante bien como era la sociedad a finales de los 90 y comienzos de los 2000, todavía entrando en la era tecnológica que todos conocemos actualmente, y parece que en ese sentido el entusiasmo de los personajes por las cosas banales de la vida, como organizar un festival para cada estación (la excusa de cada episodio dedicado a una estación), o unirse para un musical, resulta del todo adorable y nos plantea la auténtica esencia de la serie: la vida de dos mujeres modernas en una comunidad bastante tradicional. Además, ese primer momento del primer episodio con Rory incapaz de encontrar cobertura es un fiel reflejo de que en ese pueblo la tecnología no es lo que más interesa.

Por otro lado, no podemos obviar lo que a todos nos importa: las cuatro últimas palabras. Y sí en el último episodio se pronuncian las famosas cuatro palabras de las que tanto se ha hablado y que Palladino escribió hace ya tiempo. Y sí , son emotivas y plantean una situación que permitiría si se quisiera, seguir la serie ahora que parece que todos han quedado tan contentos con el regreso. Cuatro palabras, entre Lorelai y Gilmore que muchos fans seguro que habrán acertado antes de ver la serie y que darían paso a un nuevo comienzo…ojalá!.

Lo mejor de ver esta temporada especial es que te transporta a un tiempo en el que disfrutamos como nunca de una serie que tiene un encanto especial. Lo peor es que dure tan solo cuatro episodios y que algunos personajes que en su día tuvieron tanto peso como la Sookie de Melissa McCarthy salgan tan poco (cosas de ser ahora una estrella), pero se nota el esfuerzo por contar con (casi) todo el mundo involucrado en su día y la verdad es que es también de agradecer que la serie haya vuelto a través de Netflix y más de uno pueda ver la serie en maratón, que es lo que en definitiva todos los fans van a hacer ¿o no?.

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