El Estado acumula pérdidas de 45.700 millones en el rescate de las cajas quebradas

El Tesoro tiene que inyectar 3.000 millones al FROB para sacarle de la quiebra técnica

Eduardo Segovia
Bolsamania | 28 may, 2020 06:00 - Actualizado: 09:25
frob portada ponce
El presidente del FROB, Jaime Ponce

Con los nuevos 232 millones que perdió el FROB en 2019, el Estado acumula un quebranto de 45.702 millones en el rescate de las cajas de ahorros inviables desde 2010, cuando el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero creó el fondo público de rescate tras la caótica intervención y venta de Caja Castilla-La Mancha. Una pérdida que supera el importe del rescate que el MEDE concedió a España en 2012, de 41.333 millones.

El FROB registró unas pérdidas iniciales de 314 millones en su primer año de vida, 2010, que se dispararon hasta 10.557 millones en 2011, el año del llamado 'FROB 2'; es decir, las inyecciones directas de capital con las que se nacionalizaron al 100% CatalunyaCaixa (luego rebautizada como Catalunya Banc), Novagalicia y Unnim.

Pero la catástrofe llegó en 2012, el año de los Decretos Guindos -que obligaban a las entidades a sanear su exposición inmobiliaria- y del rescate europeo del sector. En ese ejercicio el FROB se apuntó un agujero de 26.060 millones por el hundimiento del valor de las nacionalizadas (a las que ese año se sumó Bankia) y por las macroampliaciones de capital que fueron suscritas con el dinero europeo. Concretamente, 9.176 millones de euros procedían de Bankia, 6.674 de CatalunyaCaixa, 5.498 de Banco de Valencia, 3.091 de Novagalicia, 525 millones de Ceiss y 241 de BMN (Banco Mare Nostrum).

Tras el desastre de 2012, en 2013 las pérdidas se redujeron drásticamente hasta 2.787 millones, que se explican por un nuevo quebranto de 1.651 millones provocado por la venta de Novagalicia al grupo venezolano Banesco (esa fue la diferencia entre el precio de venta y el valor ya rebajado con los ajustes de 2012), 552 millones por el deterioro del valor de Catalunya Banc –que no había vendido todavía– y 245 millones por el traspaso del Banco Gallego al Sabadell. Estas pérdidas fueron minoradas porque la participación del Estado en BFA-Bankia se revalorizó en 709 millones y la de BMN, en 10 millones, según las estimaciones del fondo.

En 2014, el quebranto disminuyó aún más hasta 861 millones, que se explicaban fundamentalmente por la pérdida definitiva generada por la venta de Catalunya Banc a BBVA por un precio de 1.137 millones, 1.076 menos que el valor de la participación del FROB al cierre de 2013 (eso no supone la pérdida total del rescate de las cajas catalanas, ya que ésta es muy superior, de unos 11.500 millones). Al igual que en 2013, elevó la valoración de Bankia y BMN, lo que redujo los números rojos.

CONSTANTE PÉRDIDA DE VALOR DE BANKIA Y SAREB

En 2015, ya con Jaime Ponce al frente del fondo de rescate en sustitución de Antonio Carrascosa, volvieron a incrementarse los números rojos hasta los 1.293 millones. En 2016, continuó este incremento con un 11% más hasta 1.693 millones después de anotarse un impacto negativo de 1.390 millones de euros por la disminución del valor de sus participaciones en BFA y BMN. Debido a estas pérdidas, el fondo de rescate entró por primera vez en patrimonio neto negativo de 1.609 millones de euros, es decir, en causa de disolución si fuera una empresa privada. El Estado tuvo que inyectarle 3.000 millones para reequilibrar su balance.

En 2017, el quebranto se redujo en un 40% respecto al de 2016 hasta 950 millones. La causa principal de las nuevas pérdidas fue la pobre evolución de Sareb, el banco malo donde posee un 45% del capital, que le obligó a apuntarse un deterioro de 947 millones del valor de su participación: 841 millones por su participación en el capital y otros 106 por la deuda subordinada. En el lado positivo, se anotó un beneficio de 60 millones derivado de la valoración de la fusión de Bankia y BMN.

El año siguiente, 2018, la pérdida fue muy similar, de 905 millones, tras ajustar el valor de su participación en BFA, lo que le supuso un impacto negativo de 297 millones de euros, y en Sareb, que le generó un deterioro de 382 millones. Lo más grave fue que el FROB entró por segunda vez en patrimonio neto negativo -quiebra técnica- de 469 millones de euros.

EL TESORO LE SALVA DE LA QUIEBRA POR SEGUNDA VEZ

Y así llegamos a 2019, cuyo resultado se hizo público el miércoles: nuevas pérdidas de 232 millones por deterioros registrados en la valoración contable de Bankia y Sareb (que ya valora a cero, es decir, no espera recuperar nada de los 1.000 millones invertidos) y por el margen financiero del FROB, que fue negativo en 103 millones por los intereses pagados al Tesoro como consecuencia del préstamo concedido en 2012.

Para tapar el agujero del patrimonio negativo que venía de 2018, volvió a convertir 3.000 millones de ese préstamo del Tesoro en capital, con lo que el FROB vuelve a tener unos fondos propios positivos de 2.231 millones. A la inversa, el saldo vivo de dicho préstamo se reduce a 7.456 millones.

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