¿Brotes verdes? El paro y las compras con tarjeta dan esperanza a la economía española

La clave será el ritmo de apertura y el fin de la cuarentena a los turistas

  • Nissan y Alcoa evidencian la necesidad de ventajas para la industria
Eduardo Segovia
Bolsamania | 03 jun, 2020 06:00 - Actualizado: 09:16
ep tarjeta y tpv de qonto
Tarjeta y TPV QONTO

Con todas las cautelas del mundo, empieza a haber pequeños signos de recuperación de la economía española tras el batacazo, los famosos "brotes verdes" que puso de moda Elena Salgado en la gran crisis financiera. Las cifras de paro de mayo, aun siendo malas, tienen señales esperanzadoras, al igual que algunos datos bancarios, como las ventas con tarjeta. Pero que se hagan realidad dependerá de la velocidad de la vuelta a la normalidad, de la gestión del fin de los ERTE y del levantamiento de la cuarentena a los extranjeros.

Por ejemplo, la afiliación a la Seguridad Social ha subido en torno a 200.000 personas, lo que compensa la caída de los dos meses anteriores. La cifra tiene trampa, porque los trabajadores incluidos en un ERTE siguen cotizando aunque no trabajen, con lo que no restan afiliados; pero es positivo que la cifra no solo no baje, sino que suba, lo que implica que hay ya gente incorporándose al mercado laboral que no estaba en un ERTE, sino directamente en el paro.

Ahora bien, de ese personal hay un porcentaje que corresponde al sector público, derivado de las contrataciones de médicos, personal sanitario y de asistencia social, que bajará conforme vaya pasando la crisis sanitaria porque no hay presupuesto suficiente para mantener ese empleo. Por otro lado, también es significativo que cerca de 500.000 personas hayan salido del ERTE ya y hayan podido reincorpararse a su puesto de trabajo en las condiciones anteriores.

LOS PAGOS CON TARJETA APENAS BAJAN

Otro elemento positivo llega desde la banca. Según fuentes del sector, en mayo los pagos con tarjeta de crédito apenas han bajado respecto a los registrados el año pasado. Esto, a priori, implica que el consumo ha aguantado más o menos bien -es decir, se ha sustituido muchas compras en tiendas físicas por comercios online- y se ha recuperado con las primeras fases de relajación del confinamiento.

De nuevo, hay que introducir matices: casi no se ha usado efectivo durante el encierro, y el año que pasado sí; es decir, sí se ha gastado menos, toda la parte correspondiente al dinero físico en 2019. Pero también hay un elemento relevante en la comparación interanual, que es la ausencia de turistas. En este caso, en el lado positivo.

MANTENER LOS BROTES VERDES DEPENDE DEL GOBIERNO

Por tanto, aunque incipientes, por fin tenemos algunos rayos de luz al final del túnel. Pero estas esperanzas son tan frágiles que, como pasó en la crisis financiera, pueden desvanecerse de inmediato. ¿De qué dependerá? Pues, como han alertado casi todos los analistas empezando por el Banco de España, de la rapidez con que el Gobierno permita que la actividad recupere su ritmo normal.

Y eso significa la velocidad con que Pedro Sánchez deje reabrir a comercios y negocios a plena capacidad en todo el territorio nacional; en especial, en Madrid y Barcelona, los motores del país y que son precisamente las ciudades que van más retrasadas en la reapertura.

Y, por supuesto, implica levantar cuanto antes la cuarentena a los viajeros extranjeros para un país que recibe 83 millones de turistas al año. Pero, en contra de lo que han hecho nuestros principales competidores, el Gobierno sigue empeñado en mantener las restricciones hasta julio pese a que llegó a anunciar su retirada inmediata en uno de sus numerosos bandazos (que nos han costado que Francia recomiende a sus ciudadanos no venir a España).

Por último, los casos de Nissan y Alcoa evidencian la necesidad de conceder ventajas a las multinacionales industriales, ya sean fiscales, laborales o energéticas, en vez de crear una enorme inseguridad jurídica con los vaivenes sobre la reforma laboral. Todas estas decisiones gubernamentales determinarán si los 2,9 millones de personas que continúan en un ERTE recuperan su empleo o acaban definitivamente en el paro.

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