Allianz GI: "Las criptodivisas son altamente especulativas, hay que aprender a diferenciarlas de la blockchain"

El estratega Martin Hochstein señala que las monedas digitales presentan "tendencias de ser una burbuja"

  • El continuado crecimiento de este mercado aumenta "su riesgo sistémico"
Noemí Jansana
Bolsamania | 24 nov, 2017 06:00 - Actualizado: 12:13
martin hochstein allianz gi
Martin Hochstein, Senior Investment Strategist, Allianz Global Investors

Los defensores y detractores del joven y floreciente mercado de las criptomonedas incrementan su número casi a diario entre los fondos de inversión y la banca institucional. Mientras gran parte de estos gigantes se ha opuesto a la inversión en los activos digitales, sólo unos pocos los miran con buenos ojos. Entretanto, “muchos inversores y analistas continúan enfrentándose a la ardua tarea de evaluar de forma realista las oportunidades y riesgos de este fenómeno”, comenta el estratega de Allianz GI, Martin Hochstein.

Una de las mayores gestoras de fondos de inversión europeas, que administra vehículos por valor de 560.000 millones de dólares, ha hecho pública a 'Bolsamanía' su postura sobre el universo de los activos digitales. Después de someterlo bajo el escrutinio de un grupo de estudio, ha elaborado un exhaustivo análisis en el que alerta de que los criptoactivos son “instrumentos financieros altamente especulativos”.

Los inversores deben aprender a diferenciar entre las monedas digitales, “sin valor intrínseco”, y la blockchain

Durante meses, ha estado sopesando los pros y los contras del bitcoin, las altcoins y la tecnología que las sustenta, la blockchain, para estimar el impacto que puede tener en su negocio global, y avisan de que los inversores deben aprender a diferenciar entre las monedas digitales, “que no tienen valor intrínseco”, y la plataforma en la que se apoyan, que “sin ninguna duda tiene el potencial de ser una tecnología disruptiva con aplicaciones de largo alcance”.

Además, pone el acento en que “las criptomonedas tampoco tienen valor intrínseco”. La comparación frecuentemente utilizada con el oro, que ha tenido reconocimiento mundial como almacén de valor durante varios miles de años, es tan poco convincente, para el estratega de la gestora alemana, como que “el volumen máximo definido y la oferta limitada asociada a activos como el bitcoin -21 millones que se ‘minarán’ por completo en 2140- crean un valor en sí mismo”.

LAS LLAMAMOS DIVISAS… ¿PERO LO SON?

Para el experto, este razonamiento parte de la pregunta de si las criptomonedas se pueden considerar o no divisas en el sentido estricto de la palabra o, en cambio, son “un innovador a la par que altamente especulativo activo financiero”.

Para Hochstein, las monedas digitales descentralizadas tienen poco o nada en común con el sistema monetario tradicional en cuanto a su diseño, aplicaciones o perfil de riesgo. El analista de Allianz GI cree que para que se pudieran considerar monedas en un sentido estricto del término “deberían adecuarse como medio de pago, depósito de valor y ser legalmente legitimadas”. No obstante, el contexto actual de continuas fluctuaciones extremas en los precios, la falta de reconocimiento legal y la ingente diversidad de ‘altcoins’ -más de 1.000- imposibilita que se cumplan estos requisitos.

La idea de una moneda alternativa digital no gubernamental que no puede engordarse a base de medidas flexibilizadoras de los bancos centrales fue bien recibida en la crisis

Con todo, el analista remarca que el éxito del dinero clásico se basa en un factor central: la confianza. “No es casualidad que el bitcoin, la unidad criptográfica por excelencia, se lanzara en el momento álgido de la crisis financiera mundial en 2008/09”, rememora Hochstein. “La idea básica de una moneda alternativa digital no gubernamental, cuyo suministro máximo está limitado por el algoritmo subyacente y que no puede engordarse a base de medidas flexibilizadoras de los bancos centrales, fue bien recibida por los críticos de la política de intervención de las autoridades monetarias en el apogeo de la crisis”, reconoce.

LOS BANCOS CENTRALES, ENTRE LA REGULACIÓN…

Precisamente porque en su génesis existe una rivalidad intrínseca con el dinero tradicional, supervisores financieros de todo el mundo extreman la cautela ante esta fórmula alternativa de intercambio de valor. El principal problema es que escapa a su supervisión, por este motivo el analista de la gestora germana señala que “los reguladores y los bancos centrales lanzan alertas cada vez más frecuentes contra estos instrumentos”.

De hecho, no pasa un día sin que alguna autoridad monetaria o financiera se descuelgue con un aviso de que está trabajando en un marco legal específico. La prohibición del Banco Popular de China del comercio con criptoactivos de mediados de septiembre ha abierto la puerta a que otros países sigan esa senda. Esta misma semana, Malasia ha avisado que ultima su reglamento sobre las monedas online, con el objetivo de prevenir el blanqueo de capitales. Numerosos supervisores están agilizando la publicación de sus resoluciones en las emisiones de tokens -nuevas altcoins- digitales, mientras otros vigilan los riesgos de esta tecnología.

“Al basarse en un sistema ‘peer to peer’, puede sortear con facilidad las normas y regulaciones en vigor”, expone el experto de la entidad alemana. La regulación, o mejor dicho su ausencia, es un debate candente también entre los gurús del sector. En general, reconocen que los gobiernos deben abordar esta cuestión de forma urgente y coinciden en que tienen la tarea de responder a la triple cuestión de cómo regular y controlar estos activos, cómo usarlos y cómo combinarlos con el actual sistema monetario.

Para Hochstein, el continuado crecimiento de este mercado y de su importancia aumenta “su riesgo sistémico”, por lo que la reacción de los legisladores será tratar de controlarlo. “En última instancia las prohibirán y crearán criptodivisas soberanas”, expone.

… Y LA CREACIÓN DE DIVISAS SOBERANAS CRIPTOGRÁFICAS

Ya existen numerosos ejemplos. China lleva desde 2014 coqueteando con esta idea y en varios países de África, principalmente Senegal, existen sistemas de dinero electrónico. El Banco de Inglaterra sopesa desarrollar un proyecto en esta línea, mientras que, en Europa, una de las iniciativas más avanzadas es la del lanzamiento de la ‘ecorona’ por parte del Rijskbank, que podría estar a punto a finales de 2018, según ha confirmado el mismo banco central sueco.

El continuado crecimiento de este mercado y de su importancia aumenta “su riesgo sistémico”, por lo que la reacción de los legisladores será tratar de controlarlo

Pero este dinero electrónico soberano plantea retos a los bancos centrales ante los que deberían preapararse. El analista de Allianz GI argumenta que “además de garantizar su señoreaje y proporcionar un medio de pago digital más eficiente y rentable”, derivaría en la paradoja de que ofreciera a los guardianes del dinero mundiales un mecanismo mediante el que impulsar medidas aún más expansivas de la economía en tiempos de crisis, pervirtiendo la esencia misma del bitcoin.

“En un sistema monetario cada vez más desprovisto de dinero en efectivo, los bancos centrales podrían, de ser necesario, hundir las tasas de interés en el terreno negativo sin miedo a penalización alguna de los ahorradores”, explica. “En este caso, los inversores estarían expuestos a una represión financiera aún mayor, en comparación con el entorno actual, ya que no existiría la posibilidad de retirar fondos físicos en un entorno sin efectivo”, redondea Hochstein.

Tanto si los bancos centrales deciden adoptar esta vía, como si no, el analista lanza una última advertencia al mercado de las criptodivisas. Les aconseja que se planteen la creación de un estándar técnico unificado para evitar las bifurcaciones y la inestabilidad del sistema actual. De lo contrario, concluye, “esta generación criptomonedas puede acabar siendo víctima de su propio éxito, dada la creciente fragmentación, el continuo dominio de este mercado por los especuladores y la amenaza derivada de los reguladores y las hipotéticas divisas digitales soberanas”.

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