No se puede descartar que el Ibex ponga a prueba los mínimos anuales

Hemos hablado largo y tendido desde semanas y semanas de la extrema debilidad de nuestro selectivo. Algo que ya es intrínseco, endémico me atrevería a decir. Y no hay visos de que pueda cambiar lo más mínimo a futuro, más bien todo lo contrario. Recientemente hemos hablado de que no podíamos con el hueco bajista diario de los 7.664 puntos. Se intentó por dos ocasiones pero no se consiguió cerrar, o lo que es lo mismo anular. Y de esos barros vienen estos lodos. Y luego hemos perforado a la baja la base del canal alcista de corto plazo. Y la teoría reza que, como mínimo, deberíamos recorrer a la baja la anchura del canal, lo que nos puede llevar sin muchos problemas a los 6.400-6.450 puntos. Y por debajo ya no hay nada hasta los mínimos anuales en los 5.814 puntos.

Lo cierto es que no existe catalizador alguno que nos haga ser mínimamente optimistas. Lo somos con Wall Street y con el resto del Europa, sobre todo con el Dax alemán. Pero nuestro Ibex es otra historia. El movimiento hacia los 8.000 puntos que alcanzamos a principios de junio ha demostrado ser un simple rebote/un ajuste del 50% de toda la gran caída previa y poco más.