El Gobierno apuesta por la construcción: ¿puede repetirse la crisis de 2008?

Ábalos sotiene que la construcción tiene efecto arrastre en el empleo y la inversión de otros sectores

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Bolsamania | 03 may, 2020

El Gobierno cree que la construcción debe ser el motor que impulse a la economía española para salir de la crisis del coronavirus. Así lo expresó a principios de semana el ministro de Transportes y Movilidad, José Luis Ábalos, al considerar a este sector como la "palanca de la recuperación". Este es paradójicamente el modelo que desembocó en la Gran Recesión de 2008. ¿Puede repetirse esta crisis?

Uno de los principales riesgos de este modelo de crecimiento es el excesivo aumento del crédito concedido por los bancos, ya que el mercado de la construcción requiere financiación tanto al principio como al final de la cadena de producción. Es decir, necesitan endeudarse las promotoras para desarrollar las obras y las familias para comprar los inmuebles.

No obstante, el profesor del IEB, Javier Santacruz, considera que "todos los grandes excesos del sector inmobiliario ya se han corregido, incluso con demasiado celo". Explica que es muy difícil que se repita la misma situación que hace una década porque "se ha restringido la concesión de crédito hipotecario, sobre todo el crédito promotor, y el endeudamiento de las constructoras".

Existen barreras para evitar que en España se repita el derroche crediticio de comienzos de siglo, cuando se produjo un elevado endeudamiento del sector empresarial. Sobre todo en las constructoras y promotoras de vivienda, que entre 2000 y 2008 observaron un aumento del 661% en el crédito concedido, según dictaminó la Comisión de investigación parlamentaria de la crisis financiera. Y también se sobreendeudaron las familias, con un incremento del crédtio hipotecario del 335% durante esos ocho años.

El pasado jueves, el consejero delegado de CaixaBank se manifestó en la misma línea y descartó que se pueda volver a producir una nueva crisis de la deuda soberana, aunque existan episodios de gran volatilidad. "Va a haber incertidumbre e inestabilidad, pero hemos aprendido mucho de lo que pasó hace unos años", explicó después de adelantar que la entidad espera una caída del PIB español del 7,2% para este año.

¿POR QUÉ LA CONSTRUCCIÓN?

En las décadas recientes, la economía nacional siempre se ha basado en el "sol y ladrillo". Con el turismo mermado por la pandemia y sin expectativas de ver una recuperación hasta mediados de 2021, la construcción es el único brazo armado que le queda al Gobierno para combatir la actual crisis. Esta actividad "mueve mucho la economía, porque tiene efecto arrastre en el empleo y en sectores aledaños", explicaba el ministro Ábalos.

Eso sí, Javier Santacruz considera que también "hay que darle un papel suficientemente importante a otros sectores", como el turismo, la restauración o el 'retail'. Entiende que con la compraventa de vivienda no es suficiente para reactivar la economía, por lo se debe devolver cuanto antes el músculo financiero a otras actividades para que se reactiven las transacciones de locales comerciales, oficinas u hoteles.

Al analista de XTB, Joaquín Robles, no le convence esta estrategia porque "la construcción se desarrolla más eficientemente en un ciclo expansivo, ya que hay un aumento de la demanda y mayores facilidades crediticias". Este experto entiende que "primero es necesario restablecer el consumo y la confianza, ya que cuanto más inciertas sean las perspectivas más se contraerá la inversión".

El Ejecutivo siempre ha pensado que frenar la construcción por completo supondría una ruina mayor para España y por eso decidió aguantar al máximo la paralización de las obras, a pesar de las continuas presiones recibidas. Finalmente decidió hibernar la economía no esencial durante 15 días, aprovechando las festividades de Semana Santa. Ahora, con toda la actividad recuperada (a excepción de las reformas en viviendas habitadas), no quiere ni oír hablar de volver a suspender las obras.

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