De los bonos chinos a las cédulas hipotecarias: dónde encontrar bonos con tipos positivos

Otras opciones más comunes son los bonos españoles, el 'treasury' americano o los bonos emergentes

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Bolsamania | 26 ago, 2019

Actualizado : 10:27

Los tipos negativos cada vez suponen una parte mayor del mercado de bonos desarrollados. Ante esta tesitura, que durará un tiempo más por la nueva relajación monetaria de los bancos centrales, los inversores en renta fija tienen muy complicado incorporar a su cartera activos tradicionales con rentabilidades positivas. Esto está obligando a las gestoras a buscar los últimos nichos de valor que quedan, entre ellos los bonos chinos o las cédulas hipotecarias. A continuación, varias firmas exponen algunas de sus ideas de inversión más innovadoras en el mundo de la renta fija.

BONOS CHINOS, EL PRÓXIMO ACTIVO GANADOR

Aunque los bonos chinos -así como otros activos financieros del país- han estado cerrados a los inversores extranjeros durante mucho tiempo, la apertura de este gran mercado es una realidad que, desde 2010, el Gobierno ha hecho progresiva. Hoy día, el 98% de los inversores son nacionales, pero la estimación de Eurizon Capital es que los inversores internacionales pasen a representar el 15% del mercado de bonos próximamente. Esto implicará flujos netos de entrada de dos billones de dólares en los próximos tres a cinco años, según Monica Wang, cogestora del fondo Eurizon Fund Bond Aggregate RMB, uno de los más especializados en este activo e invertido en bonos 'onshore' y emitido en la propia divisa china, el renminbi.

La apertura del mercado de deuda china ya se refleja en los principales actores del sector financiero mundial. Bloomberg ha incluido recientemente los bonos chinos en sus índices, y Citi y JPMorgan lo harán en los próximos meses. Además, S&P ha recibido la autorización para emitir ratings sobre la deuda china.

Gracias a este contexto, el mercado de renta fija china ha dado este año el ‘sorpasso’ al japonés por volumen y ya es el segundo más grande del mundo, con 13 billones de dólares. Como prevé Wang, “en los próximos cinco a diez años, el mercado chino de bonos tendrá el mismo tamaño que el estadounidense”. La tendencia es que la economía del gigante asiático está pasando de financiarse de los tradicionales préstamos bancarios directamente al mercado financiero. En la actualidad, un tercio de la financiación total es en el mercado de bonos. “Y aún tiene que crecer”, estima Eurizon.

Pero, ¿cuáles son las fortalezas del gigante asiático como para ganarse la confianza de los inversores extranjeros? La principal, en opinión de esta gestora, es que su economía ha doblado cinco veces durante las últimas cuatro décadas, hasta convertirse en la segunda economía más grande del mundo. No obstante, “a raíz de la guerra comercial, la economía china se tiene que reformar”, aunque “la buena noticia es que el gobierno se ha dado cuenta, promoviendo programas de innovación”. Por otra parte, ofrece un amplio rango de bonos para seleccionar, entre ellos bonos del Estado, bonos locales, bonos de los ‘policy banks’ (los que implementan las políticas económicas del gobierno hacia los sectores de interés), bonos corporativos y certificados negociables de depósito (NCD, en inglés). Y el 51% del mercado tiene un rating de AAA.

Para los inversores europeos, es un activo “extremadamente atractivo”. “En rentabilidad, se comporta como un emergente, pero con mucha menos volatilidad. Es más seguro”, afirma Wang. Cuando ha habido problemas en otros mercados emergentes como Turquía, el bono chino se ha hecho un rally y la divisa ha funcionado bien. La TIR del fondo de Eurizon ronda el 3,5%, cuando gran parte de los bonos desarrollados están en el 0% o en negativo.

CÉDULAS HIPOTECARIAS, ¿Y POR QUÉ NO?

Las cédulas hipotecarias y las titulizaciones cayeron en desgracia con la crisis financiera de 2008, pero ahora han vuelto al escaparate. Una de las gestoras que más apuestan por estos activos es HSBC Global Asset Management. Básicamente, un grupo de préstamos son empaquetados en forma de bono, que pueden ser desde muy conservadores hasta de alto riesgo. “Normalmente”, explica Andrew Jackson, su director de trading y gestión de carteras de inversiones en ABS (asset-backed securities), “la mayoría de los inversores van ahora al lado conservador”, ya que la crisis aún perdura en su recuerdo. Aun así, frente a los bonos corporativos, este tipo de renta fija paga más, ya que “hay un premio de iliquidez y complejidad”.

El equipo del que Jackson es responsable gestiona tres estrategias diferentes: grado de inversión, alto rendimiento y una tercera ‘crossover’, a caballo entre las dos anteriores. En todas ellas han conseguido rentabilidades positivas mes a mes desde 2015 hasta noviembre de 2018. En diciembre, cuando la mayoría de los activos mundiales se desplomaron, sus tres fondos solo tuvieron una pequeña caída. “Si escoges los activos correctos, tienes rendimientos estables”, asegura. En sus productos, pueden encontrarse hipotecas residenciales, hipotecas comerciales y CLO (préstamos corporativos, sobre todo), “pero no CDO”, confirma tajantemente Jackson. Estos últimos fueron usados por los grandes bancos de inversión y dentro tenían las ‘subprime’, por lo que estuvieron en el epicentro de la burbuja crediticia que dio origen a la crisis. Ahora las gestoras se desmarcan de ellos.

La inversión favorita de Jackson en estos momentos son las ‘single family rentals’ de Estados Unidos. Parten de la base de casas de alta calidad, típicamente con tres habitaciones y dos baños, están cerca de los trabajos y los colegios y tienen como público objetivo el ‘middle America’. “Es una gran industria de alquiler, con un flujo de caja estable”, según el gestor de HSBC.

Sea donde sea, este equipo de HSBC está pagando una alta calidad por los activos, y “obtenemos 50 puntos básicos más de rentabilidad”. Incluso, en el ‘high yield’ BBB o inferior, logran un 1% o un 2% más en términos de interés.

Unas de las regiones donde más vigilantes se muestran es Reino Unido, a causa del Brexit. Su inversión en bonos británicos de este tipo ha decaído, desde el 20% a principios de 2018 al 12% actual, y se centra en activos AAA y AA. “Si tenemos certeza del Brexit, recolocaremos de nuevo parte del dinero en Reino Unido”, augura el gestor. También están atentos a Australia (también con un 12% de peso en los fondos), con una burbuja inmobiliaria concentrada en los centros de las ciudades que “ya se está desinflando”. “Tanto en Reino Unido como en Australia, las tasas de impago son muy bajas todavía y la rentabilidad del crédito es buena”, a juicio de la gestora de HSBC.

LOS ACTIVOS MÁS TRADICIONALES

Si se tiene en cuenta que de la deuda soberana global ha caído a mínimos y lo que se busca por parte de los inversores conservadores es, sobre todo, seguridad, una alternativa se encuentra en determinadas estrategias multiactivos muy conservadoras, capaces de replicar el perfil de rentabilidad/riesgo de la renta fija tradicional, “siempre que el plazo de inversión sea superior a los 12 meses”, recuerda Gonzalo Rengifo, director general de Pictet Asset Management para Iberia y Latam. De hecho, una cartera mixta o perfilada puede obtener unas rentabilidades alrededor del 2% al 3% con volatilidades por debajo de 5%, “un resultado muy bueno, en especial para batir al gran enemigo de los ahorros: la inflación”.

Para los que, pese a todo, todavía sigan queriendo bonos desarrollados, especialmente de la zona euro, España y Portugal tienen el mando. Según Fabien de la Gastine, gestor de renta fija de La Française Asset Management, “por motivos de ‘carry’ (rentas) y a pesar de la significativa reducción de sus diferenciales, seguimos favoreciendo a los bonos españoles y portugueses”. En su opinión, estas dos estrategias “podrían funcionar en los próximos meses”.

“No veo ninguna razón por la cual los rendimientos de los bonos españoles no puedan negociarse negativamente”. Pese a ello, puntualiza Anujeet Sareen, gestor en Brandywine Global (de Legg Mason), “las alternativas de mayor calidad en Europa son todas negativas, y esto hace que los bonos españoles sean aún más atractivos en términos relativos”.

Fuera de Europa y a más largo plazo, los bonos del Tesoro de EE.UU. son, “con mucho, el activo refugio más atractivo”, considera Sareen. Los rendimientos del ‘treasury’ están casi 150 puntos básicos por encima de los rendimientos de los bonos a diez años españoles.

También fuera de Europa, aunque con un enfoque más agresivo, están los bonos emergentes en moneda local. Su perspectiva parece “más halagüeña” por el descenso de inflación en estos países, la probabilidad de flexibilización monetaria y los tipos de cambio baratos. La diferencia de crecimiento a favor de los emergentes ha llegado a estar en máximos desde 2013 y, en estos períodos, las divisas de los mercados emergentes tienden a apreciarse frente al dólar. Hoy, la infravaloración de estas divisas frente al dólar es del 15% al 20%. Asimismo, destaca Rengifo, de Pictet, pueden beneficiarse del freno a la política de endurecimiento de la Fed.

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