La vuelta de sin Tetas

Hay muchas series que pierden el sentido con el paso de las temporadas, pero en España nos pasamos. La historia de unas adolescentes que querían salir del Barrio pobre se va a convertir en yoquese, un producto horrible buscando espectadores fáciles. Y antes no era ninguna joya, pero tenía una base argumental sólida para un melodrama.

Ahora ni eso. Sin el Duque, ahora llegan dos buenorros. Déjenme adivinar: más tiempo en pantalla para algún secundario, los actores que daban caché a la serie abandonando y la calidad del producto devaluado.
Lo más terrible es que, quizás, la cosa funcione. Porque con la crisis las apuestas rivales van a ser paupérrimas y cualquier serie consolidada se va a mantener en márgenes aceptables.

Y es que Sin Tetas no hay paraiso