¿Objetivo 2030? La falta de bonificaciones y oferta frena la financiación verde en España

En este mercado, las hipotecas son escasas mientras los créditos al consumo son más competitivos

Irene Hernández
Bolsamania | 16 mar, 2021 06:00 - Actualizado: 10:08
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Cada vez son más las entidades que se han metido en el mercado de los productos financieros verdes, desde las hipotecas a los créditos al consumo, con el objetivo de contribuir a incentivar los objetivos medioambientales y de desarrollo sostenible marcados para el año 2030. Sin embargo, aún queda mucho por hacer. La oferta de financiación de este tipo todavía es escasa y en ocasiones las bonificaciones no son suficientes para hacerla atractiva.

En el caso de los préstamos al consumo para compra de vehículos 'eco' o reformas para mejorar la sostenibilidad de la vivienda, por ejemplo, sí se ofrecen precios más competitivos que los tipos medios del mercado. Se pueden encontrar créditos con intereses por debajo de la media, que se sitúa en el 6,82%, según datos del Banco de España.

No obstante, como señalan desde Asufin, a la hora de adquirir un automóvil, existen actualmente dos líneas de subvenciones activas, incompatibles entre ellas, por lo que el consumidor debe escoger una u otra. Mientras, en el caso de la compra de una casa, tras la finalización de la deducción por compra de vivienda habitual hace ocho años, las deducciones en este campo son escasas y en el caso de viviendas sostenibles aún más, apuntan.

HIPOTECAS

Para saber si una hipoteca verde vale la pena habrá que analizar qué se ofrece en el resto del mercado. Según el comparador financiero HelpMyCash, entre las hipotecas convencionales, ya sean variables o fijas, se pueden encontrar ofertas igual de atractivas o mejores, con lo que las hipotecas verdes no son necesariamente una mejor opción para financiar la compra de una casa o un piso 'eco'.

Una visión con la que coinciden en la asociación de consumidores. Creen que la oferta en este mercado es escasa, no existen bonificaciones importantes e incluso en algunos casos las hipotecas son más caras que otras no verdes, dado que el diferencial de partida suele ser superior al que obtiene cualquier buen cliente de una entidad, disuadiendo por completo de la adquisición de este tipo de productos. A esto se une que las hipotecas verdes, que podrían suponer todo un incentivo para la compra de inmuebles más sostenibles, no toman en consideración cuestiones como el diseño arquitectónico, los materiales, la necesidad de iluminación artificial, el gasto en agua o en el caso de las viviendas rurales, la necesidad de un sistema propio de tratamiento de agua, destaca Asufin.

Además, hay que rebuscar bien en el escaparate de los bancos para encontrar en él este tipo de productos, ya que aún son pocos los que las ofertan. Sin embargo, es posible que eso cambie cuando finalice el 'Proyecto EeMap' (Energy efficient Mortgages Action Plan), un plan de acción para hipotecas sobre proyectos eficientes energéticamente que cuenta con el respaldo de Unión Europea para establecer un estándar de un producto hipotecario verde en Europa, por el momento, destinado a edificios con un alto grado de eficiencia energética.

Este proyecto arrancó el 14 de junio de 2018 y aún sigue en marcha. Cuando finalice, las entidades participantes informarán sobre el impacto de estos productos y, si es positivo, es muy probable que empiecen a comercializar abiertamente hipotecas de eficiencia energética, tanto a empresas como a particulares, señalan los expertos.

INVERSIÓN

Si a la hora de elegir financiación uno de los mayores obstáculos está en la escasa oferta, en la inversión no es así. Según un estudio de la gestora suiza Vontobel Asset Management, un 29% de las inversiones de los fondos en España está asignado a criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo. El estudio sobre inversión sostenible y responsable en España de la asociación SpainSIF valora estas inversiones en 285.454 millones de euros gestionados en 2019, con un crecimiento interanual del 36%.

Como destacan desde la asociación, los condicionantes que afectan negativamente a la elección de una inversión verde son muy variados. En primer lugar, la aversión al riesgo, ya que en la mayoría de los casos estas inversiones se centran en fondos de inversión de renta variable. Pero el segundo está en el rechazo al sobrecoste.

En concreto, apenas el 11,3% estaría dispuesto a asumir el sobrecoste de una inversión verde, sin entrar a valorar el riesgo de la misma, como se recoge en el estudio de Asufin sobre hipotecas y créditos 'eco'. En cuanto a la sostenibilidad como criterio a la hora de decidir las inversiones en fondos o empresas, un 24,8% le da importancia, frente al resto que no lo toman en especial consideración.

Respecto a las motivaciones para invertir en viviendas más sostenibles o por vehículos eléctricos, hay una respuesta clara: los beneficios fiscales, tanto en la compra como con posteriores deducciones.

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