Se vislumbra recesión: la inflación presiona a la eurozona y agudiza su declive económico

Las lecturas preliminares del PMI indican una contracción económica del 0,1% para el tercer trimestre

Irene Hernández
Bolsamania | 23 sep, 2022 10:11 - Actualizado: 11:16
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"Se vislumbra una recesión para la zona euro", las lecturas preliminares del índice PMI "indican una contracción económica del 0,1% para el tercer trimestre". En septiembre, el declive económico de la eurozona se agudizó y la actividad empresarial se contrajo por tercer mes consecutivo, mientras la presión de la inflación al alza se intensifica.

La estimación 'flash' preliminar del Índice PMI Compuesto de la actividad total de la zona euro, elaborado por S&P Global y ajustado estacionalmente, refleja un descenso de 48,9 registrado en agosto a 48,2 en septiembre. De esta manera, el índice PMI se ha situado por debajo del nivel de ausencia de cambios de 50 por tercer mes consecutivo, señalando un declive económico continuo durante todo el tercer trimestre.

Es más, la tasa de contracción se aceleró en septiembre, hasta alcanzar la más rápida desde enero de 2021. Si se dejan de lado los valores observados durante la pandemia, la última lectura fue la más baja desde mayo de 2013. Los indicadores a futuro, como el índice de nuevos pedidos, el índice de pedidos pendientes de realización y el índice de expectativas futuras respecto de la actividad empresarial, sugieren que el declive seguirá cobrando nuevo ímpetu en los próximos meses.

El sector industrial encabezó la desaceleración y la producción manufacturera se redujo por cuarto mes consecutivo. De hecho, el ritmo de declive se aceleró ligeramente, hasta marcar el más rápido desde mayo de 2020.

La actividad del sector servicios también disminuyó, cayendo por segundo mes consecutivo y contrayéndose a un ritmo no observado desde febrero de 2021. El declive en el sector servicios se destacó por ser el más intenso desde 2013 (excluyendo las caídas registradas a raíz de las medidas de contención de la pandemia), impulsado por crecientes pérdidas en los subsectores de viajes, turismo, ocio, servicios inmobiliarios y seguros.

Entretanto, los nuevos pedidos de productos y servicios se redujeron intensamente por tercer mes consecutivo y la tasa de pérdida se aceleró a un ritmo no observado desde abril de 2013 (descontando los períodos de restricciones por la pandemia). Los pedidos para el sector manufacturero se redujeron con especial intensidad, pero los volúmenes de nuevos pedidos recibidos en el sector servicios también disminuyeron a un ritmo mayor. En ambos casos, los pedidos se redujeron más rápidamente que la producción/actividad, lo cual sugiere que se producirá una nueva aceleración del declive de la actividad total en octubre.

Del mismo modo, los pedidos por completar se redujeron a un ritmo creciente, cayendo por tercer mes consecutivo. Un declive acelerado en el sector manufacturero fue acompañado de una renovada caída en el sector servicios. Estos declives indican un exceso de capacidad con relación al aumento de la demanda.

Pese a que el aumento del empleo se mantuvo sin cambios durante el mes, debe tenerse en cuenta que el alza de agosto había sido la menor en diecisiete meses. El reciente enfriamiento del mercado laboral refleja una mayor cautela con respecto a la contratación en medio del aumento de los costes y la creciente incertidumbre económica.

Aunque la producción industrial nuevamente se vio limitada en muchos casos por la escasez de componentes, y se observaron algunos indicios de que la situación en los mercados de las energías también están restringiendo la capacidad de producción, los tiempos de entrega de los proveedores se alargaron en su menor medida desde octubre de 2020 en medio de informes de menos escasez de componentes y mejoras en la logística y los envíos en algunos subsectores.

Aunque la atenuación de las restricciones de suministro de materias primas contribuyó a paliar algunas presiones inflacionistas, se vinculó ampliamente el aumento de los precios de las energías con la renovada aceleración de la inflación de los precios pagados tanto en el sector manufacturero como en el sector servicios. En su conjunto, el aumento de los costes fue el más marcado desde junio pasado.

El aumento de las presiones de los costes hizo que, después de cuatro meses de atenuación, la tasa de aumento de los precios cobrados por los productos y servicios también se acelerase hasta su máxima desde junio pasado mientras las firmas intentaban proteger sus márgenes de beneficios.

LAS EXPECTATIVAS FUTURAS SE DESPLOMARON

Por lo que respecta al futuro, las expectativas para la actividad empresarial en los próximos doce meses se desplomaron intensamente, cayendo hasta su mínima desde mayo de 2020 y, excluyendo los valores alcanzados durante la pandemia, alcanzó su mínima desde noviembre de 2012. Con mucho, la caída más intensa de la positividad fue evidente en Alemania. Por el contrario, se registró una ligera mejora en el sentimiento con respecto a la actividad futura en Francia y se observó un ánimo comparativamente resistente en el resto de la región en su conjunto, aunque en ambos casos, el optimismo se redujo intensamente en comparación con el observado a principios de año.

El panorama pesimista reflejó principalmente la preocupación por los disparados precios de las energías y el impacto negativo del aumento de la inflación en los costes de las firmas y la demanda del consumidor. El aumento de las tipos de interés, la guerra en Ucrania y la persistente escasez en las cadenas de suministro también fueron factores mencionados generalizadamente, así también como un nuevo cambio de tendencia hacia la reducción de los stocks en el sector manufacturero, tanto entre los productores como entre sus clientes.

En el análisis por países, al igual que se ha observado en los tres últimos meses, Alemania registró una reducción de la actividad total, ya que su índice PMI Compuesto se desplomó a 45.9, su lectura más baja desde mayo de 2020 y, excluyendo la pandemia, su nivel más débil desde junio de 2009. Sin contar el confinamiento inicial por la COVID-19 a principios de 2020, el declive del sector servicios alemán también fue el más severo desde junio de 2009. La producción manufacturera siguió disminuyendo en Alemania, aunque el ritmo de declive se ha moderado, en parte gracias a la atenuación de los trastornos en las cadenas de suministro.

La actividad total solo aumentó modestamente en Francia, cuyo PMI Compuesto registró 51.2. A pesar de que el aumento fue superior al nivel de casi estancamiento observado en agosto, el estudio indicó una marcada desaceleración del crecimiento económico francés durante el tercer trimestre en comparación con el segundo trimestre. Una aceleración del crecimiento del sector servicios ayudó a contrarrestar una agudización de la desaceleración en el sector manufacturero. Las fábricas francesas registraron una caída de la producción que, salvo el desplome inicial durante los confinamientos a comienzos de la pandemia, fue la más pronunciada desde marzo de 2013.

En el resto de la región, la actividad total se redujo por primera vez desde febrero de 2021, ya que el tercer mes consecutivo de caída de la producción manufacturera fue acompañado de la primera caída de la actividad en el sector servicios desde enero pasado.

EL RETO DE CONTROLAR LA INFLACIÓN, CADA VEZ MÁS DIFÍCIL

Desde S&P Global Market Intelligence creen que "se vislumbra una recesión para la zona euro, ya que las empresas señalan un empeoramiento de las condiciones empresariales y un aumento de las presiones de los precios, vinculado con los disparados precios de las energías. Las lecturas preliminares del índice PMI indican una contracción económica del 0,1% para el tercer trimestre, mientras que la tasa de declive se ha acelerado durante estos últimos tres meses hasta señalar el peor resultado económico desde 2013, excluyendo los meses de confinamientos por la pandemia".

Destacan que "Alemania está haciendo frente a las condiciones más duras, y su economía se está deteriorando a un ritmo que no se había observado (si se deja de lado la pandemia) desde la crisis financiera mundial. Como la demanda se está desplomando y las firmas se muestran cada vez más pesimistas con respecto a las perspectivas, los indicadores a futuro del estudio sugieren un creciente declive económico para la zona euro en el cuarto trimestre, aumentando las probabilidades de que la región caiga en recesión".

Pese a que ha habido algunos indicios de atenuación de los problemas en las cadenas de suministro, "la preocupación claramente se ha desplazado de las cadenas de suministro al creciente coste de vida, que no solo está afectando la demanda sino que en algunos casos también limita la producción manufacturera y la actividad del sector servicios".

"Al mismo tiempo, la escalada de los costes de las energías ha reavivado las presiones inflacionistas, que tras haber mostrado algunos indicios de atenuación en meses anteriores en medio de una reducción de la escasez de suministros, se han vuelto a acelerar. Por tanto, el reto al que se enfrentan los responsables de la política monetaria de controlar la inflación mientras intentan evitar un drástico derrumbamiento de la economía se vuelve cada vez más difícil", concluyen.

Por su parte, desde Oxford Economics señañan que "aunque hubo cierta divergencia de países, los vientos en contra de las economías del bloque son los mismos: condiciones de demanda débiles a medida que el poder adquisitivo se deteriora en medio de una alta inflación y la demanda global se debilita". Esperan que "la eurozona caiga en una recesión en los meses de invierno en medio del aumento de los precios de la energía, y es probable que Alemania experimente la recesión más profunda".

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