Las diez claves de la reforma fiscal de Donald Trump

El acuerdo con el Partido Republicano será clave para que entre en vigor en 2018

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Bolsamania | 19 feb, 2017

La "ambiciosa" reforma fiscal que ha prometido Donald Trump en Estados Unidos ha sido una de las 'excusas' que ha prolongado el festival alcista en Wall Street. Por eso, conviene acercarse a ella con mucho más detalle.

Sin duda, la propuesta de Trump, que el presidente ha anticipado que estará lista en "cuestión de semanas", promete ser uno de los asuntos económicos de 2017. Estas son las diez claves más importantes en estos momentos.

1. La reforma fiscal que plantea Trump, a grandes rasgos, consiste en rebajar el impuesto de sociedades al 15% y reducir el tipo impositivo a las familias hasta cuatro tramos, en funcion de su nivel de renta. Los ingresos individuales hasta 25.000 dólares no estarían sometidos a tributación. Los ingresos entre 25.000 y 50.000 tributarían al 10%, entre 50.000 y 150.000 dólares al 20% y los sueldos superiores a 150.000 dólares al 25%.

En la actualidad, las rentas inferiores a 9.225 dólares tributan al 10%, de $9.226 a 37.450 dólares tributan al 15%, de $37.451 a $90.750 tributan al 25%, de 90.751 a 189.300 dólares tributan al 28%, de 189.301 a 411.500 dólares al 33%, de 411.501 a 413.200 dólares al 35% y los ingresos superiores a 413.201 dólares tributan al 39,6%.

Trump deberá acordar la reforma fiscal con el Partido Republicano, que domina el Congreso y presentó en junio de 2016 un documento titulado 'A better way', en el que detallaba su reforma fiscal. Este documento propone reducir los impuestos a las familias hasta horquilas del 0% para determinados salarios mínimos y del 12% para los ingresos que actualmente tributan al 15%. Además, proponen unificar en un tipo único del 25% los tramos que ahora tributan al 25% y el 28% y establecer un tope de tributación del 33% para los ingresos superiores a 189.301 dólares. Este plan contempla también una bajada del impuesto de sociedades hasta el 20%.

2. Border Adjustment Tax (BAT). Trump ha declarado en varias ocasiones su intención de imponer aranceles a las importaciones para proteger a las empresas que producen en EEUU. En cambio, los republicanos apuestan por la entrada en vigor del denominado Border Adjustment Tax (BAT), que consiste en que las empresas no podrán deducirse el coste de los bienes que importan, aunque sus exportaciones tampoco estarán sujetas a ningún impuesto. En opinión de los republicanos, esto evitaría la imposición de aranceles a las importaciones, que podría crear una guerra comercial entre EEUU y otros estados.

En relación al BAT, Richard Turnill, estratega jefe de BlackRock, comenta que implicaría un impuesto del 20% a las importaciones, que serviría para financiar las bajadas de impuestos. En su opinión, la reacción del dólar a esta medida será clave para calibrar su éxito o fracaso. En teoría, el dólar debería subir y contrarrestar el impacto en el comercio y en los precios que pagan los consumidores. "Nosotros sólo vemos un ajuste parcial de la divisa, que beneficiaría a los exportadores y perjudicaría a empresas minoritas y consumidores", afirma Turnill.

3. Relativa importancia del BAT. Sin embargo, los analistas de Bank of America Merrill Lynch consideran que el asunto del BAT no será un obstáculo insuperable en la reforma fiscal entre Trump y los republicanos. En su opinión, ambas partes llegarán a un acuerdo y el control que tienen los republicanos del Congreso permitirá culminar con éxito la reforma. Además, estos expertos consideran que el BAT podría ser reemplazado por una especie de Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) que sería mucho mejor visto por organismos como la Organización Internacional del Comercio.

4. Impuesto a los beneficios en el exterior. Otra de las grandes apuestas de Trump en materia fiscal es rebajar el impuesto a los beneficios que las empresas estadounidenses tienen en sus filiales internacionales mediante una rebaja de la tasa hasta el 10%. El objetivo de Trump es que los 2,5 billones de dólares que las empresas tienen en el exterior sean repatriados a EEUU y las empresas utilicen ese efectivo para impulsar la actividad económica. El acuerdo con los republicanos en este campo será un asunto central de las negociaciones.

5. Coste de las rebajas fiscales. El Tax Policy Center ha realizado estudios de las propuestas de Trump y de las propuestas del Partido Republicano. Sobre las propuestas de Trump, afirman que "reducirían significativamente los tipos marginales y que se extenderían a todos los niveles, aunque las más beneficiadas serían las familias con altos ingresos". Además, calculan que los ingresos del Gobierno bajarían "en 6,2 billones de dólares durante la primera década antes de contabilizar los costes de interés añadidos. Incluyendo esos costes, la deuda federal aumentaría en 7,2 billones de dólares durante los primeros diez años y en 20,9 billones hasta 2036".

Al analizar la propuesta de reforma fiscal del Partido Republicano, el Tax Policy Center concluye que "los impuestos bajarían para todos los contribuyentes, pero la mayoría de los beneficios serían para las familias con más altos ingresos. Los ingresos federales caerían en 3 billones de dólares durante los primeros diez años y en 6,6 billones de dólares hasta 2036". Así que, en teoría, la propuesta republicana es mucho más sostenible.

6. ¿Cómo se financiará la reforma fiscal? Este es uno de las principales obstáculos para cualquier reforma fiscal en EEUU, ya que la deuda del país es de 20 billones de dólares y no deja de subir. En 2008, justo cuando estalló la crisis financiera, el ratio de deuda de EEUU sobre su PIB era del 78%. En 2009, aumentó al 87%, en 2010 hasta el 95%, en 2011 hasta el 99% y en 2016 hasta el 104,8%.

En 2006, el déficit público de EEUU bajó hasta el 2%, pero durante la crisis financiera llegó a dispararse hasta el 13% en 2009. Aunque ha bajado en los últimos años hasta el 3,46% en 2015, los republicanos han repetido en numerosas ocasiones que cualquier reforma fiscal debe ser sostenible en relación al déficit público. Este es uno de los grandes problemas para que finalmente tenga éxito.

7. La Fed, pendiente de las medidas. En este escenario, la Reserva Federal de EEUU está muy pendiente de las medidas que anuncie la nueva Administración. Esta misma semana, Janet Yellen, la presidenta del banco central, ha lanzado varios mensajes en su comparecencia ante el Congreso.

"Aunque no es mi intención opinar sobre impuestos específicos o propuestas de gasto, me gustaría destacar la importancia de mejorar el ritmo de crecimiento a largo plazo y de aumentar los estándares de vida americanos con políticas destinadas a mejorar la productividad", señaló Yellen.

También lanzó otros mensajes indirectos a Trump, al comentar que "deseo que los cambios en política fiscal sean consistentes con situar las cuentas fiscales de EEUU en una trayectoria sostenible", ya que en su opinión la trayectoria fiscal actual "no es sostenible".

8. El debate sobre el techo de gasto. Uno de los asuntos que supondrá la primera 'piedra de toque' para calibrar la relación entre la Administración Trump y el Congreso republicano será el debate sobre el denominado techo de gasto, que deberá ser elevado en el mes de marzo (aunque el debate puede extenderse hasta el verano si el Gobierno toma medidas extraordinarias).

Este debate será el marco en el que Trump y los republicanos tendrán que acordar la reforma fiscal, que por un lado permita al Gobierno elevar su capacidad de endeudamiento y por otro sitúe al déficit público estadounidense en una senda sostenible. El éxito a la hora de acordar medidas para rebajar impuestos y que al mismo tiempo permitan situar el déficit de EEUU a largo plazo en una senda sostenible es el gran reto al que se enfrentan ambas partes.

9. Dificultad para un acuerdo. El proceso de buscar un consenso para realizar una reforma fiscal de calado es difícil y lleva mucho tiempo. Trump se enfrentará a grandes problemas si quiere aprobarla en un breve periodo, como ha comentado en varias ocasiones. "Los anuncios son fáciles de hacer, pero actualmente reformar el sistema fiscal es mucho más dificil", afirma David M. Smick, CEO de Johnson Smick International.

10. Altas expectativas en Wall Street. La reacción alcista de Wall Street a las promesas fiscales de Trump se explica porque el consenso de mercado anticipa que los beneficios empresariales podrían subir entre un 7% y un 15% en 2018, cuando en teoría entrarían en vigor las rebajas fiscales de Trump. Esta subida 'extra' de los beneficios empresariales permitiría justificar unas valoraciones aún más elevadas para las empresas estadounidenses, pese a que la bolsa de Nueva York cotiza en máximos históricos.

Pero al mismo tiempo, desde Link Securities comentan que el mayor riesgo para los inversores es que "el plan de reducción de impuestos de Trump no alcance las elevadas expectativas que está creando el propio presidente, bien por su cuantía, bien por el calendario de implementación del mismo". Tanto el mercado, como los ciudadanos estadounidenses, las empresas y la comunidad internacional están pendientes de este asunto, que es y será uno de los grandes temas económicos de 2017.

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