¿Puede aprovecharse la renta fija del convulso escenario geopolítico y la elevada inflación?

"Ahora podrían estar ofreciendo las valoraciones más atractivas desde hace muchos años", señalan los expertos

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Bolsamania | 30 jul, 2022

No está siendo el mejor año para invertir. Ya sea en renta variable o fija, los mercados se han desplomado en los últimos meses como consecuencia de los riesgos geopolíticos derivados del conflicto de Ucrania, así como de la elevadísima inflación que éste ha impulsado. En el caso de la renta fija, por ejemplo, el Bloomberg Global Aggregate Bond Index ha registrado caídas superiores al 17%, la mayor desde 1990, fecha de comienzo de la recogida de datos. Por hacernos una idea, el descenso máximo durante la crisis financiera de 2008 fue del 10,8%. En este contexto, los bancos centrales han endurecido sus políticas monetarias para domar la inflación, al tiempo que intentan evitar una recesión a escala global. Con todo, este podría ser un buen momento para apostar por la renta fija.

Los bonos han experimentado caídas récord, pero ahora podrían estar ofreciendo las valoraciones más atractivas desde hace muchos años. Además, esto coincide con un entorno económico que apoya más a esta clase de activos”, explica Paul Grainger, responsable de renta fija global y divisas de Schroders, al tiempo que destaca “la rapidez con la que han corregido”. “En algunos casos, las valoraciones han descontado ciclos económicos enteros en cuestión de semanas”, asegura este experto.

El movimiento ha sido más extremo dado el punto de partida: unas condiciones globales sin precedentes en el aspecto político y económico y unos rendimientos históricamente bajos, lo que hacía que los bonos parecieran poco atractivos desde el punto de vista de la valoración. “Esto ha cambiado decisivamente. Las actuales turbulencias, aunque críticas e inquietantes, ofrecen cada vez más oportunidades. En nuestra opinión, las valoraciones han sobrepasado los fundamentales macroeconómicos”, apunta Grainger. “Con el tiempo, deberían revertirse”, agrega.

Asimismo, el analista de Schroders también indica que, especialmente en estos momentos de incertidumbre económica, son un buen diversificador para cualquier cartera que se precie. Asimismo, destaca que a medida que la inflación alcance su punto máximo, circunstancia que los analistas creen que podría estar cerca de producirse, y el crecimiento se ralentice, las subidas de tipos de los bancos centrales no serán tantas como actualmente descuentan los mercados.

TODO ESTÁ EN EL RENDIMIENTO

En medio de este caos, se ha producido un hecho positivo que los inversores pueden aprovechar: el aumento de las ‘yields’ actuales de la mayoría de los sectores de renta fija y la evaporación de una gran cantidad de deuda que cotizaba con rendimientos negativos.

A largo plazo, la ‘yield’ es, con diferencia, el principal factor de rentabilidad total de los bonos. En los últimos 20 años, ha sido el motor del retorno absoluto de las carteras de renta fija”, señalan desde UBS. Así, explican, algunas clases de activo en el largo plazo, como los bonos basura (‘high yield’) y la deuda de los mercados emergentes, la rentabilidad de los precios ha sido negativa y, sin embargo, el rendimiento ha sido positivo y muy fuerte, “lo que demuestra el poder de la ‘yield’”.

“A pesar del gran papel que desempeña la rentabilidad total, solo contribuye en menor medida a la volatilidad de la misma”, añade Jaime Raga, responsable de relación con clientes de UBS AM. Así, este experto subraya que “aunque la ‘yield’ ha sido el factor que más ha aportado a la rentabilidad total en las dos últimas décadas, debido a que añade un porcentaje menor a la volatilidad general, este aspecto de alta rentabilidad y baja volatilidad de la ‘yield’ hace que el reciente aumento de la rentabilidad (ingresos) sea un motivo de alegría para los inversores”.

Otra razón para apostar por la renta fija en este contexto, según UBS, son los llamados ‘break-evens’, es decir, la magnitud de las subidas de tipos necesarias para anular la ventaja proporcionada por los rendimientos desde una perspectiva de rentabilidad total.

“En general, cuanto más alto sea su nivel, mayor será la magnitud de las subidas de tipos necesarias para generar una rentabilidad total negativa (es decir, eliminar la contribución positiva de los ingresos)”. Tomemos como ejemplo, explica Raga, el índice Bloomberg Global Aggregate 1-3 Year: a finales de 2021, este proxy de inversión conservadora en renta fija sólo requería una subida de 38 puntos básicos en la ‘yield’ de los bonos para generar una rentabilidad negativa. “Como resultado de la "vuelta de los ingresos a la renta fija", este mismo índice de referencia requiere ahora casi 127 puntos básicos de aumento de las ‘yields’ para omitir su ventaja de unas’ yields’ más altas”, detalla.

Asimismo, UBS señala otro motivo para apostar por la renta fija, que no es otro que los inversores ya no tienen que buscar la rentabilidad asumiendo un riesgo crediticio innecesario. “Hoy en día, de media, cada una de las principales clases de activo de renta fija ofrece un rendimiento igual o superior al 2%. Por lo tanto, los inversores pueden construir potencialmente una cartera globalmente diversificada con un atractivo nivel de ingresos”, apunta Raga.

“Aunque tener unos rendimientos más altos hoy en día también tienen sus ventajas”, matiza el equipo de UBS. Por ejemplo, si la Reserva Federal (Fed) continúa subiendo tipos de interés hasta final de año, el rendimiento del bono estadounidense a 10 años, señala la firma suiza, podría establecerse en niveles superiores a sus respectivos máximos de 2018.

“Si esto se materializa”, escribe Kevin Zhao, director de Global Sovereign & Currency, “es probable que los inversores experimenten nuevos descensos en los precios de los bonos sensibles a la duración”. Sin embargo, inciden desde UBS, la deuda está mejor preparada en estos momentos hacer frente a nuevos descensos de precios debido al mayor nivel de ‘break-even’ que presentan los diferenciales.

Asimismo, con la inflación general desbocada a ambos lados del Atlántico y otros indicadores económicos con lecturas más altas de las deseadas, los inversores están sintiendo la presión desde el punto de vista del poder adquisitivo real. En este sentido, la expectativa del mercado en general y de UBS en particular es que los actuales niveles de inflación deberían disminuir a medio plazo.

Por último, el aumento del riesgo de recesión mundial y los continuos conflictos geopolíticos podrían convertirse en obstáculos para la rentabilidad total si se produce una mayor ampliación de los diferenciales de crédito.

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