Los bonos verdes encuentran en el ecosistema Blockchain un lugar en el que crecer

Los instrumentos financieros comienzan a trasladarse a redes blockchain por su mayor efectividad y trazabilidad

Álvaro León, content creator de Onyze
Bolsamania | 06 ago, 2021 10:40
bonos verdes

Hace tiempo que los inversores encuentran en el ecosistema de los activos digitales muchas más oportunidades de mercado que la mera compraventa de criptoactivos. Los productos financieros cada vez cuentan con mejores réplicas en el mundo blockchain y surgen nuevas posibilidades para obtener rédito.

Una de las tendencias de mercado más en boga en las últimas semanas es la emisión de bonos verdes, sobre todo a partir de la decisión de la Unión Europea de crear un nuevo estándar para la distribución en el mercado de este tipo de bonos corporativos.

Los inversores, que buscan cada vez más mover sus fondos en torno a proyectos con un alto impacto social, como aquellos destinados a combatir el cambio climático, encuentran en los bonos verdes una oportunidad para obtener beneficios a la vez que contribuyen a los proyectos de mejora del medio ambiente de otras empresas. Así, pueden financiar todo tipo de proyectos como energías renovables, construcción de edificios con alta eficiencia energética o desarrollo de vehículos no contaminantes, entre otros.

El desarrollo acelerado de este mercado de bonos está comenzando a trasladarse ahora a redes blockchain, que ofrecen importantes ventajas a las compañías interesadas en emitirlos. Por ejemplo, el proceso de salida al mercado primario se puede resolver en apenas unas horas, ya que la mayoría de los documentos relacionados con la escritura y distribución de los bonos pueden ser almacenados en la blockchain. Así, se reducen sensiblemente los tiempos burocráticos actuales para la emisión de bonos corporativos, que pueden dilatarse varios días o incluso semanas.

Del mismo modo, la posibilidad de digitalizar y tokenizar este instrumento financiero multiplica las posibilidades de inversión, haciéndolo asequible hasta para pequeños inversores, que pueden adquirir pequeñas porciones del bono, que queda fragmentado en la blockchain. Así, las empresas que emitan este tipo de bonos pueden diversificar de paso su base inversora y lanzar proyectos de menor escala que amplíen su cartera de inversores.

Otro de los problemas asociados hasta ahora a los bonos verdes era el riesgo de ‘greenwashing’, ya que algunas compañías habían acudido a este instrumento por sus posibilidades de márketing y así lanzar una imagen al mercado de empresa comprometida con el medio ambiente, cuando en la realidad sus proyectos no acababan de concretarse.

Este inconveniente alejaba a algunos inversores de este mercado, frenando su potencial por su peor trazabilidad frente a otros productos financieros. Con la digitalización dicha desventaja queda solventada, ya que es posible monitorizar en tiempo real cualquier movimiento de los fondos, que quedan registrados en el historial de la red blockchain.

Enrique Palacios, COO de Onyze, expresa que todas las posibilidades que ofrece la digitalización de bonos son un aliciente para todos aquellos que busquen que sus inversiones tengan un impacto positivo: "La nueva regulación europea sobre bonos verdes puede perfectamente encajar con inversiones en criptomonedas o tokens que se utilizan para potenciar las inversiones de impacto social o medioambiental. Estos tokens son perfectamente trazables y auditables y los beneficios en cuanto al impacto climático de su retorno es mayor que el coste de utilizarlos, y especialmente cuando cada vez más, se están utilizando energía renovables para producirlos. Un ejemplo de esto es el token Ethix del protocolo Ethichub. Cada día estamos más cerca de utilizar la forma de dinero que más se alinee con nuestros valores éticos "

En la emisión experimental de bonos verdes digitalizados ya han participado compañías como BBVA, Mapfre o HSBC, por lo que hablamos de una posibilidad más que real de evolución del mercado de los activos digitales. Éste se encuentra cada vez más maduro y ofrece mejores posibilidades a los inversores institucionales no solo para diversificar su portfolio, sino también para ahorrarse costes asociados a instrumentos financieros tradicionales. Al mismo tiempo, abren nuevas oportunidades de mejora para las empresas que ya participan en el ecosistema de los activos digitales, al adaptar su infraestructura para custodiar este nuevo tipo de tokens.

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