El miedo se instala en los parqués: ¿cómo podemos gestionar el riesgo bursátil?

Consejos de Morningstar para hacer frente a los riesgos asociados a la operativa bursátil

Carlos Suárez
Bolsamania | 23 may, 2022 06:00 - Actualizado: 09:29
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En tiempos convulsos para las inversiones como los que vivimos actualmente, los analistas de Morningstar ofrecen una serie de consejos sobre cómo tratar de gestionar los riesgos asociados a la operativa bursátil.

Y antes de abordar esta cuestión, los citados expertos empiezan señalando que las principales amenazas asociadas a la inversión proceden de la incertidumbre. Así, explican, la forma más habitual de medir la probabilidad de que los rendimientos de una inversión se desvíen de los previstos es la de cuantificar la volatilidad.

Se trata de una referencia que ayuda a los ahorradores a comprender la amplitud con la que las rentabilidades pueden fluctuar en torno a su media. “Es una métrica sencilla, ampliamente aceptada y profundamente insatisfactoria”, apuntan.

Sin embargo, destacan que este indicador “se queda corto en varios aspectos, al considerar igual el riesgo a la baja (malo) como el riesgo al alza (bueno), y al no dimensionar directamente la magnitud de los eventos de cola, aquellos episodios que provocan la euforia o el mayor pánico”.

Para subsanar dichas deficiencias, los citados economistas ponen de relieve que existen otras medidas a tener en cuenta. Entre ellas, mencionan el ratio de Sortino, una variante del ratio de Sharpe que solo tiene en cuenta la desviación a la baja de una inversión “con el fin de obtener una imagen más precisa de la rentabilidad de un activo por unidad de riesgo ‘malo’”.

Igualmente, nombran el Riesgo Morningstar, “un indicador que no ignora por completo el riesgo bueno, sino que pone mayor énfasis en el malo”.

Con todo, “pese a la utilidad de estas métricas, es difícil cuantificar el riesgo en una hoja de cálculo”, lamentan desde Morningstar, al exponer el componente emocional ante las subidas y las bajadas del mercado. Así, afirman que la tolerancia al riesgo depende en parte de la personalidad y circunstancias de cada uno, así como del horizonte temporal de la inversión”.

¿CÓMO GESTIONAR EL RIESGO?

En opinión de de estos analistas, hay varias formas de gestionar el riesgo, clasificables en tres categorías: asignación de activos, selección de inversiones y comportamiento personal. “Lo ideal –apuntan- es que los dos primeros optimicen el tercero”.

Así, resaltan que una de las formas más eficaces de gestionar el riesgo es mediante una combinación adecuada de activos. “Los inversores con un mayor umbral de dolor deberían favorecer las acciones, mientras que los más aprensivos deberían inclinarse por los bonos y el efectivo”.

Aun así, reconocen que lograr el equilibrio adecuado es complicado. “El hecho de que a un inversor no le gusten los altibajos del mercado de valores no significa que pueda permitirse el lujo de saltárselos si quiere alcanzar sus objetivos”.

Asimismo, añaden que “en este momento del ciclo de mercado, tiene sentido revisar la asignación de activos para adecuarla a las expectativas existentes”.

Además, explican que la selección de las inversiones es otra palanca de la que pueden tirar los inversores para ajustar su riesgo. “Las acciones de gran capitalización suelen ser menos arriesgadas que las de pequeña capitalización; al igual que las empresas estadounidenses suelen ser menos volátiles que las de los mercados emergentes”.

LA IMPORTANCIA DE LOS ‘STOP LOSS’

Por último, en lo que a la operativa bursátil a corto plazo se refiere, el consenso de analistas destaca la importancia de fijar ‘stop loss’, nivel de precios que marca la pérdida máxima dispuesta a asumir.

“Gracias a estos límites, frenamos la posibilidad de incurrir en mayores pérdidas si una acción continúa bajando, aunque también perdemos la posibilidad de beneficiarnos de las subidas si el título se recupera posteriormente”, apuntan los expertos de ING.

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