MADRID, 06 AGO. (Bolsamania.com/BMS) .-
Más de cinco horas ha estado parada hoy la Bolsa española por “problemas técnicos”, según ha argumentado Bolsas y Mercados Españoles (BME). Tras esta extraordinaria incidencia, el
selectivo español ha cerrado con alzas del 4,41%, en los 7.053,6 puntos, mientras que
el resto de plazas europeas han terminado con subidas del 1%. Arranca así una semana con
escasas referencias macro y microeconómicas, en la que los problemas de la deuda soberana del Viejo Continente serán el único foco de atención para los inversores.
“Las
especulaciones y declaraciones que vayan surgiendo sobre la crisis de deuda en Europa y sobre sus posibles soluciones serán las que modulen la confianza de los inversores y, con esto, la evolución de los índices. Así, cualquier declaración que decepcione puede suponer un nuevo jarro de agua fría para las Bolsas, que no dudarán en retroceder lo avanzado en los últimos días”, apuntaban esta mañana los analistas de
Link Securities.
Con permiso del insólito “parón” del Ibex, y teniendo en cuenta que ya son muchos los inversores que están de vacaciones y que, por tanto,
el movimiento de dinero es escaso, hoy los inversores han cotizado las distintas interpretaciones que a lo largo del fin de semana se han realizado sobre las palabras que el viernes ofrecía el presidente español acerca de un rescate a España.
Medios nacionales e internacionales, así como expertos de dentro y fuera del país, coinciden en que, por primera vez desde que en noviembre ganara las elecciones,
Mariano Rajoy abría la puerta a un rescate de España. Estas son las declaraciones más transcritas a lo largo del fin de semana: “
Lo que quiero es conocer cuáles son esas medidas (las anunciadas pero no concretadas por el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi), lo que significan, lo que pretenden, y si son adecuadas, y entonces, a la vista de las circunstancias, tomaremos una u otra decisión”.
Un analista afincado en Barcelona citado por
Financial Times cree que “se trata de un
cambio importante” en la retórica del presidente, quien está “claramente
preparando a la población española para un rescate”. Esta interpretación queda avalada por las declaraciones que en la misma línea hizo el
ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, dos días después, el domingo, en
ABC: “
Cuando conozcamos los detalles (de lo que hará el BCE), tendremos un calendario más preciso”.
Otro aspecto que tanto De Guindos como Rajoy quisieron dejar claro, y que también ha calado más allá de las fronteras nacionales, es que
la condicionalidad vinculada a una posible ayuda es ya limitada. El ministro
descartaba en la entrevista cualquier medida adicional de austeridad, pocos días después de que la
directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, asegurase que “
cuando vemos lo que España ha hecho y tiene voluntad de hacer, no hay mucho más que el FMI pueda pedirle si estuviese en un programa (de ayuda)”.
Sin embargo,
tan limitado es ya el margen de maniobra para recortar en España, como lo es la capacidad para manejar su propio destino. En esos términos se pronuncia un editorial de
Financial Times sobre España que, bajo el titular con juego de palabras
“El silencio de Rajoy está sordo ante la emergencia de España”, advierte de la
ausencia tanto de planes de crecimiento en España, como de un pacto político: “Si eso es lo que está sobre la mesa (el rescate), ha llegado el momento de un pacto entre partidos nacionales, que no debería considerarse un signo de debilidad, sino
un ancla vital para estabilizar a España mientras el país atraviesa la tormenta”. Recuerda además este artículo de opinión firmado por
David Gardner, que el Ejecutivo de Rajoy, a pesar de gobernar con mayoría absoluta en el Congreso, está legislando mediante Decreto Ley, lo que demuestra la
falta de cohesión política en el país.
La euforia del Ibex 35 podría respaldar la idea de que el BCE vaya a intervenir en septiembre para calmar las tensiones de la deuda española, pero después de los “problemas técnicos” de hoy es arriesgado determinar que el comportamiento del índice haya sido normal. Sin embargo, el
bono español a dos años sí descuenta ya una intervención del BCE. Ya el viernes, el coste de la financiación a corto plazo del Tesoro de España se desplomaba, porque de las palabras de Draghi se desprendió que la primera actuación de la autoridad monetaria la desarrollaría el fondo de rescate temporal (EFSF por sus siglas en inglés) en el mercado primario de deuda a corto plazo. Hoy, el bono a este vencimiento
ha vuelto a caer a mínimos de cuatro meses, al situarse muy cerca del 3%, frente al 7% en el que se movía hace apenas unos días.
También despertó la esperanza de esta intervención la
petición de una línea de crédito por parte del EFSF a los grandes bancos europeos, según informó la agencia
Reuters el viernes. Para inversores y expertos se trata de una
señal inequívoca de la inminente intervención del BCE: “La línea de crédito es una muestra de que el EFSF quiere estar completamente preparado para una intervención en el mercado de deuda”, comentaba a la agencia
Sophia Salim, estratega para Europa de Bank of America Merill Lynch.
Pero no todas las opiniones que se han vertido al calor del
rally bursátil del viernes han sido tan optimistas. En
CNBC,
Peter Chatwell, estratega de tipos de interés de Crédit Agricole, advierte que “sería
mucho especular pensar que las cosas han mejorado. No vemos flujos significativos de inversión hacia la periferia. Las calificaciones crediticias aún hacen muy difícil que los inversores institucionales participen en esos mercados”. Además, hoy el
BCE ha informado que
la semana pasada tampoco compró deuda soberana. Y ya son 21 consecutivas.
Técnicamente, “el
susto del jueves, ha demostrado ser una oportunidad de compra”. Es lo que opina el
analista técnico de Bolsamanía, José María Rodríguez, que advierte que S&P y Dow Jones ya están a tan solo un 2%-3% de sus máximos anuales gracias al
rally del viernes. “A día de hoy,
las condiciones son las ideales para que, poco a poco, las Bolsas mundiales empiecen a recuperar parte del gran terreno perdido durante el segundo trimestre del ejercicio”, concluye, aunque matiza que en el caso del
Ibex 35, esa señal sólo se confirmaría
si supera los 7.220 puntos, el origen de la última caída.
María Gómez