La rentabilidad del bono americano a 10 años rompe el 3% y marca máximos de 7 años

Mientras el rendimiento del bono a 2 años marca máximos de 2008 por encima del 2,58%

  • El diferencial entre ambos bonos se mantiene en unos 50 puntos básicos
  • El mercado anticipa una política monetaria más dura por parte de la Reserva Federal
César Vidal
Bolsamania | 15 may, 2018 19:28 - Actualizado: 22:37
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Steven Mnuchin, secretario del Tesoro de EEUU

La rentabilidad de la deuda pública estadounidense sigue disparada. El rendimiento del bono americano a 10 años supera el 3,07%, máximo desde 2011, mientras el rendimiento del bono a 2 años supera el 2,58%, máximo desde 2008.

Los inversores descuentan un crecimiento económico más sólido en EEUU y un repunte de la inflación, lo que obligará a la Reserva Federal (Fed) a mantener (o incluso acelerar) su política gradual de endurecimiento monetario, que consiste en subir los tipos de interés y reducir el tamaño de su balance.

Al mismo tiempo, el mercado también descuenta un aumento del déficit público norteamericano y una mayor oferta de bonos en el mercado para financiarlo, lo que hace temer a algunos inversores que la Fed pierda el control férreo que ha mantenido sobre las condiciones financieras y monetarias con los estímulos aplicados en los últimos años.

El banco central de EEUU ha anticipado en numerosas ocasiones que subirá tres veces los intereses en 2018 (la primera fue en marzo y el mercado espera dos más en junio y septiembre o diciembre). Aunque en los últimos días, al calor de los últimos datos económicos que muestran un sólido crecimiento, la probabilidad que asigna el mercado a cuatro subidas en 2018 ha aumentado hasta el 51%.

Jasper Lawler, analista de London Capital Group, afirma que los rendimientos de los bonos de corto plazo suben porque anticipan "más subidas de tipos por parte de la Fed y el final de los estímulos monetarios de otros bancos centrales".

Al mismo tiempo, las crecientes expectativas sobre la inflación en EEUU provocan que los rendimientos a más largo plazo sigan el ejemplo. "Eso es bueno", argumenta Lawler, porque "los rendimientos a más largo plazo en realidad necesitan subir para evitar que la curva de rendimiento no se invierta".

LA TEMIDA INVERSIÓN DE LA CURVA

El temor de los inversores en renta variable es que se produzca una inversión de la curva de tipos. Esto se debe a que todas las recesiones en Estados Unidos desde mediados de 1970 se produjeron meses después de que la rentabilidad del bono a 2 años superase a la del bono a 10 años.

Al mercado le preocupa que la curva de rendimientos se esté aplanando, ya que la rentabilidad del bono a 2 años está subiendo mucho más rápido. Sin embargo, también hay analistas, como Andrew Adams, de la firma Raymond James, que recuerdan el buen comportamiento de las bolsas cuando se ha producido un aplanamiento de la curva.

Por otra parte, como factor negativo, muchos grandes inversores comienzan a rotar sus carteras, ya que una rentabilidad del 3% por parte del bono americano a 10 años actúa como un activo refugio para las manos fuertes. Esto, al mismo tiempo, eleva la prima de riesgo de las acciones estadounidenses y perjudica su potencial de revalorización.

NO HAY SEÑALES DE RECESIÓN

Aunque por el momento, las previsiones económicas de todos los grandes organismos internacionales anticipan un sólido crecimiento durante 2018 y 2019, por lo que en teoría no debería producirse una recesión ni una inversión de la curva de tipos. Por ejemplo, la Reserva Federal actualizó sus previsiones el pasado mes de marzo. Según estas estimaciones, la economía de EEUU crecerá a un ritmo del 2,7% en 2018 y del 2,4% en 2019.

De una manera similar, el Fondo Monetario Internacional elevó sus previsiones de crecimiento para EEUU el pasado 17 de abril. El FMI revisó al alza en dos décimas sus pronósticos del pasado mes de enero para EEUU, cuya expansión alcanzará el 2,9% este año y el 2,7% el siguiente, convirtiéndose así en la economía avanzada con mejor evolución durante los dos próximos años gracias al impacto de la reforma tributaria que entró en vigor en 2018.

LAS PREVISIONES DE POWELL

Sobre la inflación, el pasado 6 de abril, Jerome Powell, presidente del banco central, comentó que su previsión era que "la inflación suba notablemente esta primavera" debido al efecto estacional muy suave de la primavera pasada en el cálculo interanual. "La proyección de la Fed es que la inflación se mueva hacia el 1,9% este año y hacia el 2% en 2019", añadió.

Respecto a la política monetaria, Powell reiteró que "mientras la recuperación siga su senda actual, un aumento gradual de los intereses será lo mejor para promover el máximo empleo y la baja inflación. Actualmente, subir los tipos demasiado despacio puede hacer que sea necesario subirlos abruptamente en el futuro y poner en riesgo la expansión económica. Pero subirlos demasiado rápido aumentará el riesgo de que la inflación se sitúa de forma persistente por debajo del 2%. Nuestra política monetaria pretende equilibrar estos riesgos".

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