David Carrasco (BBVA Pensiones): "El sistema de pensiones es sostenible, pero hay dudas sobre su suficiencia"

El presidente del Instituto BBVA Pensiones ha asegurado que la sostenibilidad de las pensiones está garantizada a futuro

  • Aboga por que el Gobierno recupere su compromiso de enviar a los trabajadores cartas con lo que recibirán de pensión
Bolsamanía
Europa Press | 29 oct, 2017 10:29 - Actualizado: 10:46
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David Carrasco, presidente del Instituto BBVA Pensiones.BBVA

El presidente del Instituto BBVA Pensiones, David Carrasco, se muestra convencido de que el sistema de pensiones es sostenible y lo seguirá siendo en el futuro gracias a la subida gradual de la edad de jubilación y la ampliación progresiva del periodo de cálculo de la pensión de 15 a 25 años.

Carrasco ha declarado en una entrevista para Europa Press que las últimas medidas puestas en marcha en materia de pensiones, en 2011 y 2013, aseguran la sostenibilidad del sistema. Se refiere a, entre otras medidas, la subida gradual de la edad de jubilación hasta los 67 años, la ampliación progresiva del periodo de cálculo de la pensión de 15 a 25 años, la introducción de una nueva fórmula para revalorizar las pensiones no vinculada al IPC y el establecimiento, a partir de 2019, del llamado factor de sostenibilidad, que liga la cuantía de las pensiones a la esperanza de vida.

"No debemos tener dudas de que el sistema de pensiones afrontará sus compromisos hoy y en el futuro porque el sistema es sostenible. Las dudas de los expertos están en su suficiencia, es decir, en si las pensiones serán suficientes para evitar situaciones de pobreza", subraya Carrasco.

Carrasco: "Las dudas de los expertos están en la suficiencia del sistema, no en su sostenibilidad"

Mientras que hace 40 años el número de las personas que se jubilaban era pequeño, la esperanza de vida era menor y la cuantía de las pensiones era más baja, el sistema se enfrenta actualmente y también en los próximos años a un mayor número de pensionistas (de los 9,5 millones actuales se calcula que se superán los 15 millones en 2050), a una esperanza de vida cada vez más alta y a pensiones cada vez más elevadas porque la generación de los 'babyboomers' (personas nacidas entre 1960 y 1975) tienen carreras de cotización más largas y salarios más altos que sus precedesores.

A todo ello hay que añadir el descenso de la tasa de natalidad (cada vez se tienen menos hijos y, por tanto, desciende el número de potenciales cotizantes) y el envejecimiento de la población. Se espera que los mayores de 65 años pasen a duplicar su participación actual en el total de la población de aquí a 2050, hasta representar el 35%. El resultado de todos estos factores es una población cada vez más envejecida y con un menor número de cotizantes que deberá pagar más pensiones, durante más tiempo y más altas.

Ante este panorama, explica Carrasco, el sistema tiene que atender a dos vectores: su sostenibilidad financiera y la suficiencia de las pensiones. "Yo digo siempre que estos dos retos (sostenibilidad y suficiencia) son como una manta corta. O te cubres la cabeza o te cubres los pies. Si haces todo lo posible para que el sistema sea sostenible, podemos encontrarnos ante unas pensiones que sean insuficientes para los futuros jubilados. Pero si pagamos pensiones muy generosas, el sistema puede no soportarlo financieramente", argumenta. Para el presidente del Instituto BBVA Pensiones, sin sostenibilidad no es posible pagar pensiones suficientes, por lo que lo primero debe ser asegurar que el sistema puede mantenerse en el tiempo y seguir afrontando sus compromisos.

LA SOSTENIBILIDAD, "APUNTALADA" CON LAS REFORMAS

Las reformas de pensiones llevadas a cabo en los últimos años (retraso edad de jubilación, ampliación de periodo de cálculo, factor de sostenibilidad, etc.) han servido, según Carrasco, para "apuntalar" la sostenibilidad financiera del sistema, aunque a costa de que la suficiencia de las pensiones pueda verse "erosionada".

Según Carrasco, se asegura la sosteniblidad porque algunas de las medidas pueden acabar recortando la cuantía de la pensión pública. Así, el índice de revalorización de las pensiones liga la subida de las pensiones a la salud financiera del sistema, de tal forma que en situaciones de déficit como las de los últimos años, las pensiones sólo subirán anualmente un 0,25%. En cambio, cuando los ingresos superen a los gastos, la pensión podrá subir hasta un máximo del IPC más un 0,5%.

Al desvincular la subida de las pensiones del IPC, pueden producirse pérdidas de poder adquisitivo

En todo caso, al desvincular la subida de las pensiones de la evolución de los precios, pueden producirse pérdidas de poder adquisitivo para los pensionistas en aquellos años en los que, habiendo déficit en el sistema, el IPC supera el porcentaje mínimo de subida de las pensiones (0,25%).

El factor de sostenibilidad, que entrará en vigor en 2019, también puede tener un impacto negativo sobre la cuantía de las futuras pensiones. Este factor persigue que dos personas con la misma carrera de cotización que se jubilen en momentos distintos cobren la misma pensión, pero no en términos mensuales, sido entendida como el importe total que debe recibir cada jubilado a lo largo de toda su vida.

Pero como explica Carrasco, dos personas que tengan igual carrera de cotización no necesariamente tienen la misma esperanza de vida. Alguien que se jubile en 2040, por ejemplo, tendrá una esperanza de vida mayor que el que se jubile en 2020. Si el primero vive de media 25 años desde que se jubiló y el segundo vive 20 años, al jubilado de 2040 habría que pagarle una pensión mensual un 25% inferior para que ambos, que han tenido igual carrera de cotización, perciban lo mismo a lo largo de su vida.

También debe tenerse en cuenta, añade Carrasco, la tasa de reemplazo, es decir, el porcentaje que supone la pensión respecto al último salario. Según cálculos de la Comisión Europea, esta tasa se reducirá desde el 79% actual a cerca del 50% en 2050.

Para evitar que la cuantía de la pensión se reduzca en términos reales, el presidente del Instituto BBVA Pensiones opina que el reto es conseguir que el PIB real (descontada la inflación) crezca al menos lo mismo que el gasto en pensiones. Se espera que en las próximas décadas el gasto en pensiones aumente anualmente entre un 2,3% y un 2,8%.

"LA POBLACIÓN TIENE QUE TENER INFORMACIÓN SOBRE SU PENSIÓN"

Carrasco piensa que existe demasiada desinformación entre la población sobre el sistema de pensiones. Las encuestas que realiza el Instituto apuntan a un grado de desconocimiento elevado, también porque se trata de un sistema complejo, al que la falta transparencia.

Tras constatar esta realidad, el Instituto BBVA Pensiones lanzó en 2013 'Mi jubilación' (www.jubilaciondefuturo.es), una iniciativa en la que se facilita a todo el que lo desee y de manera gratuita información sobre la jubilación de una manera sencilla y comprensible y con la que se quiere contribuir a que los ciudadanos mejoren su conocimiento sobre el sistema de pensiones a través de artículos y vídeos explicativos, simuladores para calcular la pensión y un foro de expertos en el que preguntar dudas, entre otras medidas.

Carrasco considera que los poderes públicos deberían adoptar un rol de liderazgo a la hora de proporcionar información a la ciudadanía sobre el sistema de pensiones para que, a partir de la información recibida, puedan tomar decisiones y planificar su ciclo vital. "Sin información es imposible tomar decisiones para la jubilación", afirma.

Carrasco insta al Gobierno a recuperar su compromiso de informar a los trabajadores de su futura pensión

Para ello, cree muy necesario que el Gobierno recupere su compromiso de enviar cada año a los trabajadores una carta (conocida como el sobre naranja) para informarles sobre la pensión que recibirán en su jubilación si se mantienen sus condiciones laborales actuales. Once países europeos ya envían estas cartas a sus trabajadores. En España se dijo que se iba a hacer, pero de momento no se ha llevado a efecto.

Al mismo tiempo, Carrasco aboga por aumentar la transparencia del sistema de pensiones, restándole complejidad, porque se hace muy díficil que los ciudadanos puedan conocer qué pensión van a cobrar cuando se retiren del mercado laboral. "Y la gente necesita saber cuánto cotiza y qué pensión va a recibir a cambio", concluye.

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