El Banco de España prevé que la vacunación reactive el consumo, pero solo parcialmente

Espera que el gran ahorro acumulado por los hogares se libere al relajarse las restricciones

Irene Hernández
Bolsamania | 10 mar, 2021 12:38 - Actualizado: 14:25
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Banco de España

El Banco de España espera que el avance en el proceso de vacunación haga que las restricciones por la pandemia del Covid-19 se relajen, lo que llevará a que el gran ahorro acumulado por los hogares durante estos meses se libere, causando un mayor vigor a la recuperación del consumo. Eso sí, el organismo señalan factores por los que prevé que su impacto podría ser relativamente limitado.

Según explica en un recuadro sobre el ahorro de los hogares durante la pandemia y sus posibles efectos sobre la reactivación futura del consumo, en los próximos meses, espera que el avance en el proceso de vacunación permita una relajación gradual de las medidas de contención de la pandemia aún en vigor y contribuya a una disminución progresiva de la incertidumbre sobre la situación sanitaria y económica. Esto permitiría, a su vez, liberar una parte de la bolsa de ahorro privado acumulada, lo que podría imprimir un mayor vigor a la recuperación del consumo.

Pero avisa de que la magnitud de este efecto está sujeta a una elevada incertidumbre y algunos argumentos sugieren que su impacto podría ser relativamente limitado. Así, en primer lugar destaca que una parte importante del consumo no satisfecho en los últimos trimestres como consecuencia de las restricciones es atribuible al gasto en servicios, que, por lo general, no es aplazable. En este sentido, el Banco de España detalla que, cuando los hábitos de consumo se restauren, no es previsible que al gasto habitual en determinados servicios, como la restauración o el ocio, se le añada el no materializado durante la crisis sanitaria.

En segundo lugar, el organismo explica que la extraordinaria bolsa de ahorro que se ha acumulado desde el comienzo de la pandemia se concentra principalmente en las rentas más altas, cuya propensión marginal a consumir es menor. Los hogares con las rentas más bajas no solo tienen una menor capacidad de ahorro, sino que el aumento de este durante los últimos trimestres también podría haber sido más limitado o, incluso, en algunos casos, haber sido inexistente, a pesar de que las medidas de apoyo público han contribuido a preservar sus ingresos.

En este sentido, señala, por una parte, que los trabajadores con rentas más bajas tienen un peso relativamente más elevado en el empleo de aquellos sectores que, precisamente, se han visto más afectados por la pandemia. Por otra parte, el gasto que no ha podido efectuarse por el efecto de las medidas de contención, y que se ha ahorrado -fundamentalmente el vinculado con aquellas partidas que conllevan una mayor movilidad e interacción social- pesa menos en el gasto de los hogares con las rentas más bajas.

Por último, según el estudio del Banco de España, la literatura económica enfatiza también la posibilidad de que los hogares decidan mantener un nivel de ahorro relativamente elevado porque anticipen futuras subidas de impuestos en respuesta al notable incremento de la deuda pública que se ha producido en esta crisis. Además, algunos trabajos identifican también posibles secuelas negativas de esta crisis sobre el gasto futuro. En particular, las situaciones extremas que se han producido en los últimos meses podrían modificar estructuralmente el patrón de comportamiento de los individuos, haciéndolos más propensos a ahorrar en la medida en que pasen a asignar una mayor probabilidad a este tipo de eventos extremos.

EXTRAORDINARIO AUMENTO DEL AHORRO

En cuanto a la evolución durante estos últimos meses, el Banco de España constata que la crisis económica provocada por la pandemia del Covid‑19 llevado asociado un extraordinario aumento de la tasa de ahorro de los hogares. En concreto, entre enero y septiembre de 2020, tanto en España como en la zona euro, el ahorro de las familias fue en torno a 3,5 puntos porcentuales de PIB superior al observado, en promedio, en los tres primeros trimestres de los últimos cinco años. Una parte significativa de ese exceso de ahorro se ha acumulado en forma de depósitos bancarios.

Explican que esta evolución del ahorro ha sido el reflejo de una caída del consumo de los hogares mucho más acusada que la de las rentas, pues estas últimas han estado sostenidas, en cierta medida, por las ayudas públicas que se han desplegado para mitigar los efectos económicos adversos de la pandemia.

A su vez, consideran que varios factores han contribuido al histórico retroceso del consumo privado, más allá de la propia disminución de los ingresos de las familias. Así, una parte de la caída del consumo sería consecuencia del deseo de los hogares de incrementar su ahorro por motivo de precaución, ante las actuales circunstancias sanitarias y económicas, de gran incertidumbre. En esta coyuntura, la percepción de los hogares sobre su situación financiera futura o acerca de la evolución del desempleo se ha deteriorado de forma notable.

El comportamiento del consumo privado en los últimos trimestres también se habría visto sensiblemente influido por las restricciones que las autoridades han venido imponiendo a la movilidad de las personas y a la realización de determinadas actividades, para contener la expansión de la pandemia. En gran medida, estas restricciones, que sin duda distinguen esta crisis de cualquier otro episodio recesivo reciente, junto al miedo al contagio, han impedido, desde el comienzo de la crisis sanitaria, que las familias alcancen su nivel de consumo deseado. Esto ha generado un importante volumen de ahorro, que podría calificarse como de carácter forzoso, afirman.

En este sentido, los modelos de consumo empleados por el Banco de España sugieren que la bolsa de ahorro forzoso acumulada hasta el tercer trimestre de 2020 podría situarse próxima al 2,5% del PIB tanto en la zona euro como en España. El hecho de que el retroceso más pronunciado del consumo se haya observado precisamente en aquellas partidas de gasto asociadas al transporte o que conllevan un mayor grado de interacción social y que, por tanto, se han visto más afectadas por las restricciones apuntaría también al carácter predominantemente forzoso del aumento del ahorro de los hogares.

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