La actividad empresarial enfilaba la cuesta abajo ya en 2019, según el Banco de España

Perdió dinamismo en 2019, lo que se tradujo en una desaceleración de la creación de empleo

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Bolsamania | 23 mar, 2020

Actualizado : 12:24

La actividad de las sociedades no financieras perdió dinamismo en 2019, lo que se tradujo en una desaceleración de la creación de empleo. Sin embargo, la elevada entrada de dividendos favoreció un aumento de los beneficios ordinarios y con ello crecieron también los niveles medios de rentabilidad. Así lo reflejan los resultados de las empresas no financieras publicados este lunes por el Banco de España.

En concreto, la información corresponde al cuarto trimestre de 2019 así como un avance de cierre del ejercicio pasado. En cuanto al empleo, se desaceleró, reduciéndose su tasa de crecimiento al 0,8%, lo que supone 0,6 puntos porcentuales menos que un año antes. El aumento del número de trabajadores se vio impulsado principalmente por el avance de la contratación de personal fijo, que se elevó un 1,4%, mientras que el empleo temporal descendió un 1,7%.

En 2019, el porcentaje de empresas que crearon empleo se situó en un 51,4%, ligeramente por debajo del dato del año previo (51,7%), si bien siguió siendo claramente superior a la proporción de compañías que destruyeron empleo, que fue de un 33,4%.

En 2019, el porcentaje de empresas que crearon empleo se situó en un 51,4%, ligeramente por debajo del dato del año previo

El detalle sectorial evidencia que el crecimiento del empleo se concentró en las ramas de servicios, con incrementos de un 2% en la de comercio y hostelería, de un 0,9% en la de información y comunicaciones, y de un 0,8% en la rama que engloba al resto de las actividades. Por el contrario, el sector de la energía registró un descenso de sus plantillas medias del 1,9%, mientras que en el industrial el empleo se redujo un 0,3%.

Las remuneraciones medias experimentaron un nuevo repunte en 2019, aumentando un 2%, medio punto más que un año antes. Esta aceleración se observó de forma generalizada en casi todos los sectores, excepto en el del comercio y la hostelería, que fue el único en el que los salarios medios crecieron menos que el año previo (un 1,6%, frente al 2,9% de 2018). En el resto de las ramas, los incrementos salariales fueron más elevados: oscilaron entre el 1,9% del sector de la información y las comunicaciones y el 2,9% del de la energía, siendo en todos los casos estos aumentos superiores a los del ejercicio precedente.

Por otro lado, los ingresos financieros crecieron con fuerza en 2019, un 21,2%, impulsados principalmente por el aumento de los dividendos recibidos (24%), si bien los ingresos por intereses también crecieron, aunque en menor medida, un 5,1%. Por su parte, los gastos financieros continuaron cayendo, un 4,9% en este caso, debido sobre todo a los menores costes medios de financiación, efecto que quedó parcialmente compensado por el mayor volumen de deuda de las empresas de la muestra en el conjunto del año.

El avance de los beneficios ordinarios permitió que las ratios agregadas de rentabilidad crecieran en 2019, siete décimas la del activo y un punto y dos décimas la de los recursos propios, situándose en un 7,2% y un 11%, respectivamente. No obstante, los valores medianos de estos indicadores reflejan un descenso tanto en el caso de la rentabilidad del activo (cayó tres décimas, hasta el 5,6%) como en el de la rentabilidad de los recursos propios, que pasó de un 8,3% a un 8%.

El coste medio de la financiación ajena continuó su tendencia descendente y cayó dos décimas en 2019, hasta el 2%. El aumento de la rentabilidad del activo, junto con el descenso de los costes de financiación, propició que volviera a ampliarse el diferencial entre ambas ratios, hasta 5,1 puntos porcentuales, ocho décimas más que el año anterior.

Los datos destacan en un contexto en el que se contrajo moderadamente la actividad comercial, lo que se reflejó en un descenso del 1,5% de la cifra de negocios. La reducción de las ventas afectó en mayor medida a las realizadas en España, que perdieron algo de peso relativo en favor de las exportaciones.

Las compras también disminuyeron en 2019, un 2,2%, siendo este descenso más acusado en el caso de las importaciones, que pasaron de suponer un 33,1% respecto al total de las adquisiciones de 2018 a representar un 30,9% en 2019. En línea con estos desarrollos, disminuyeron los saldos de clientes y de proveedores, que se vieron también condicionados por una nueva reducción de los períodos medios de cobro, mientras que los de pago aumentaron ligeramente.

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