El Barça de Valverde celebra su primer título en el césped del Metropolitano
MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
El FC Barcelona levantó este sábado su primer título con Ernesto Valverde a la cabeza después de golear (0-5) al Sevilla en la final de Copa del Rey celebrada en el Wanda Metropolitano, escenario de la obligada victoria azulgrana para buscar el doblete con la liga ya en la recamara.
El cuadro culé estrenó la temporada de títulos, un curso que marcaba el inicio de la era Valverde después de la de Luis Enrique. El técnico asturiano se despidió con una Copa en el Calderón y su sucesor Valverde abrió su veda particular con otro torneo del 'K.O' en la nueva casa del Atlético, el cuarto seguido del club.
Después de caer en verano en la Supercopa de España ante el Real Madrid, el Barça levanta el primer título a tiro, este año calzado en el mes de abril en medio de una jornada liguera en vez de guinda al fútbol nacional. Se le escapó de mala manera la opción en Liga de Campeones, cayendo (3-0) en Roma la pasada semana, pero recuperó el pulso el Barça en 'su' torneo.
El pitido final en el Metropolitano desató la euforia azulgrana, una afición testigo para bien de la exhibición de su equipo, y que no dejó de corear a sus ídolos cuando se confirmó el 0-5 de la trigésima Copa barcelonesa. Iniesta acaparó los gritos de la grada culé. El capitán azulgrana fue el encargado de recoger la copa en el palco.
Después, bajó al césped, donde le esperaba el resto de la primera plantilla para levantar al unísono el trofeo y entonar el famoso 'We are the champions'. Hasta ahí aguantó respetuoso el Sevilla y su afición, que abandonó rápidamente el Wanda, ante la celebración rival.
En su fondo, la afición festejó con el equipo el primer título de la temporada, con la liga en el bolsillo y a solo una victoria, para cerrar con un doblete que cure el batacazo de Champions. Piqué, Messi e Iniesta fueron los más aclamados, en un río de familia y futbolistas difícil custodiar para un centenar de agentes de seguridad.
El capitán, que ya había dejado unas lágrimas en el banquillo tras ser sustituido en el 88', se dejó llevar por una afición que exigía seguir disfrutando de días de fútbol como el que brindó este sábado. Su despedida anunciada a los cuatro vientos pero aún no oficial será el otro gran titular de la histórica primera final del Metropolitano.