¿Está preparada Europa para una nueva oleada de 2 a 3 millones de ucranianos en las próximas semanas?

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Capitalbolsa | 25 nov, 2022 10:19
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En las últimas horas, las fuerzas rusas han lanzado una nueva oleada de misiles sobre Ucrania que ha dejado sin luz a buena parte del país, incluida la capital, Kiev, en donde hasta el 80% de sus habitantes carecerían de suministro eléctrico y acceso a agua corriente a estas horas, según ha declarado su alcalde. Las reparaciones, en el mejor de los casos, llevarán horas.

Parecida era la situación en Odesa, en donde los ataques han dejado la ciudad a oscuras y sin agua. Lo más preocupante es que las centrales nucleares y térmicas ucranianas han tenido que ser desconectadas de la red por precaución.

Se continúa agravando pues la situación en una Ucrania cuya red está muy cerca del colapso, lo que podría provocar una oleada de entre 2 y 3 millones de refugiados en las próximas semanas, según algunos medios. Es, como explicamos ayer, la mejor baza rusa en esta fase de la guerra, aunque no parece que por el momento pueda hacer cambiar la voluntad de resistencia de Ucrania, ni tampoco el apoyo de sus socios. De hecho, es posible que la nueva tanda de ataques provoque todavía una mayor propensión a solidarizarse con Kiev incluso a pesar de la posible llegada de inmigrantes, de los precios ascendentes del crudo y de las llamadas a explorar la vía diplomática, que se antoja difícil e incluso podría ser contraproducente en opinión de algunos autores.

Como daño colateral de la guerra, hoy cabe hablar de Moldavia, país que ha sufrido también apagones a causa de los ataques a la red ucraniana, de la que depende. De hecho, el impacto ha sido tal que más de la mitad de este pequeño estado ha quedado a oscuras, incluida la capital, Chisinau. Esto ha motivado que el Gobierno del país llame a consultas al embajador ruso y hable con la comisaria europea de Energía, Kadri Simson, en busca de ayuda.

Del lado ucraniano, la situación ha vuelto a poner de manifiesto la necesidad de recibir más y más sistemas antiaéreos, así como misiles para estos, pero también artillería AAA que debería desplegar en torno a las subestaciones y las pocas instalaciones realmente sensibles que hay en el país. Esto, independientemente de las tasas de derribo que se estén haciendo públicas para sistemas como los NASAMS (recordemos que cercanas al 100%), es algo que no se está logrando. O no lo suficiente como para que el daño sea lo suficientemente reducido como para permitir que las reparaciones restituyan la red. No obstante, tampoco están claros los porcentajes, hablando medios rusos del 50% de la red ucraniana destruida.

Artículo completo en la revista Ejércitos.

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