Tecnológicas y volatilidad, un enigma que parece resolverse

Juan Carlos Ureta Domingo, presidente ejecutivo Renta 4 Banco

CapitalBolsa
Capitalbolsa | 07 sep, 2020 19:31
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Lo que parecía imposible, a saber, una corrección significativa en las Bolsas americanas, se ha producido finalmente, y, como siempre, de manera inesperada, en los primeros días de septiembre, tras un agosto espectacular, en el que los índices, sobre todo el S&P y el Nasdaq han ido acumulando sucesivos máximos un día si y otro también. Al terminar agosto, el S&P y el Nasdaq encadenaban cinco semanas consecutivas de alzas, en medio de una dinámica alcista que, lejos de mostrar el más mínimo cansancio, iba "in crescendo" a medida que pasaban los días.

Sin ningún motivo aparente, salvo tal vez el propio vértigo de la altura y algunas noticias como la de que el mayor accionista externo de Tesla, Baillie Gifford, había reducido su posición a menos del 5%, el jueves se inició una fuerte corrección en las tecnológicas que llevó a varias de ellas a caídas importantes. Apple y Tesla, que el lunes 31 de agosto celebraban con nuevos máximos históricos el desdoblamiento de sus acciones en otras de menor valor nominal (split) se dejaron el jueves 3 de septiembre un 8% y un 9% respectivamente, acompañando a otras "big tech" que también sufrieron descensos fuertes en la sesión, como Microsoft (-6% en el día) Amazon (-4,6%) o Facebook (-3,7%), por citar solo algunas.

Podríamos pensar, con razón, que el giro a la baja del jueves no responde a ninguna causa en particular, y que tarde o temprano la euforia extrema tenía que tomar un respiro. En definitiva, aunque hay varios argumentos que podrían explicar las fuertes subidas de agosto en las tecnológicas, argumentos a los que hemos dedicado los comentarios de agosto (la expansión de los multiplicadores por el escenario de tipos cero permanentes, la recuperación en "K", la apuesta por las compañías ganadoras en el mundo post Covid, la enorme liquidez en el sistema, el avance en las vacunas, la progresión hacia una nueva economía mejor y más productiva tras la pandemia...), esos argumentos no pueden justificar que las cotizaciones suban hasta el infinito.

Pero hay algo más y ese "algo más" empezó a asomar los últimos días de agosto al repuntar la volatilidad. El VIX, índice que mide la volatilidad de las opciones sobre el S&P, subió de forma un tanto sorprendente los últimos días de agosto, a la vez que subían las Bolsas. La subida simultánea del S&P y del VIX es algo muy inusual, ya que la volatilidad tiende a ser más alta cuando las Bolsas corrigen, y por eso el movimiento llamó la atención de algunos analistas e inversores, que dirigieron su mirada hacia los mercados de opciones sobre compañías tecnológicas. Unos mercados especialmente activos en el mes de agosto, movidos, se suponía, por la legión de inversores de corto plazo ("day traders") aglutinados en torno a la plataforma Robinhood.

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