Los siete pecados capitales del trader

Vicios y faltas de los operadores

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Bolsamania | 02 jun, 2015

Actualizado : 15:41

Los pecados o vicios capitales son aquellos a los que la naturaleza del trader, está principalmente inclinado.

Perfeccionismo. Quizá uno de los grandes males de todo inversor. No podemos coger esa entrada al tick, o esperar que se dibuje un perfecto doble suelo. Un ratio ganador de 70/30 supone una grave insatisfacción para un perfeccionista. Posiblemente el mayor error que comete un trader perfeccionista es arreglar lo que no está roto. Mejorar ese ratio ganador lleva en ocasiones a perder lo que ya se había ganado. El afán de mejorar un sistema ganador para evitar días malos, puede estropear el método.

 

Impaciencia. Recuerdo como si fuera hoy, lo ilusionado que acudí al concesionario Madrid Norte de Porsche cuando sólo llevaba cuatro meses de simulado y uno de operativa en real. Los números estaban ahí, el 911 Turbo era posible ya. Lo cierto es que distaba mucho todavía pero quería demostrarme que ya era trader. Quise ver en esos resultados la realidad que todavía no vivía y que muy pronto se torcería en pérdida. El trader anhela acelerar los procesos, consolidar rápidamente sus números y replicar su operativa día tras día, con el fin de llegar a una meta que, por lo general, dista bastante del punto de partida. Con disciplina y paciencia todo llega, pero ambos atributos son imprescindibles si uno quiere “subirse a su bólido”. Los números que salen en simulado, necesitan de meses, e incluso años, para que se asemejen a los del mercado real.

 

Resiliencia. Las adversidades en el trading son muy frecuentes y la capacidad para gestionarlas es muy importante. Entendemos como resiliencia la capacidad de estirar la frontera del dolor, ese dolor del stop, de esa oportunidad que hemos visto pasar y no cogimos, del resultado global que no avanza como queremos, …. Los obstáculos son una oportunidad de crecer, el dolor en el corto plazo se transforma en crecimiento como trader en el medio y largo plazo. La adversidad despierta talentos que ni siquiera conocemos y que en la prosperidad no emergen. Si confiamos en nuestras capacidades y somos resilientes, vivir del trading está a nuestro alcance.

 

Trabajólico. O comúnmente aceptado como Workaholic, es decir, persona afanada en el trabajo. Un trader no puede serlo, un auditor en Deloitte sí. El trader debe concentrarse en ser productivo, no en estar ocupado delante de las pantallas. Hacer menos no es ser vago. Llenar la agenda de citas y reuniones esta sobrevalorado. Trabaja poco tiempo, procura hacerlo menos cada día. En el DAX, mercado en el que opero, hay 840 velas de un minuto al día ¿crees que merece la pena verlas pasar todas? Serán 840 oportunidades al día (y casi todas serán trampas para perder dinero), y un trader tiene asuntos más importantes que atender como vivir, la familia o incluso aburrirse.

Metas. Existen opiniones encontradas entre tener o no tener metas. He leído que tener metas y no alcanzarlas supone muchas veces frustración y abandono, pero mi experiencia dicta lo contrario. El primer paso para conseguir lo que uno quiere, es saber el objetivo y dividirlo en etapas, puede ser ganar 200€/día, tener más tiempo para dedicar a los hijos, o algo sencillo como gestionar el patrimonio familiar mejor que el gestor de banca. Ir consiguiendo avances hace más sencillo el camino para el resto de días. Supone un estupendo estímulo y, bajo mi experiencia, una forma de concienciarse de lo posible que es conseguir objetivos tomando nuestras propias decisiones.

 

Miedo. “El mejor guerrero no es el que triunfa siempre sino el que vuelve sin miedo a la batalla”. Esta cita es trading en estado puro. Uno de los peores errores que puedes cometer en los mercados, es tener miedo de cometer un error. Mi amiga Pilar Jericó, nos explica en su libro No miedo que existen básicamente dos tipos de miedos; el miedo sano, aquel que nos pone en alerta, que agudiza nuestra capacidades y el miedo tóxico, aquel que nos paraliza y limita nuestra reacciones. Éste último es letal para el bolsillo de un trader. Debemos identificar cual de los miedos actúa sobre nosotros en la operativa. Si es el primero, enhorabuena será tu compañero de viaje a lo largo de muchos años. De ser el segundo, tienes que trabajar el psicotrading con premura. No podremos sobrevivir al mercado si nuestro compañero de viaje es el pánico. El miedo a perder nos hace perder. El miedo a ganar nos hace perder. ¿Sencillo, no?

 

Frágil. Un trader debe procurar ser antifrrágil*, es decir, debe mejorar ante la inestabilidad, ante la incertidumbre y la volatilidad de los mercados. Esas son nuestra armas para sacar tajada donde otros pierden cantidades indecentes de dinero. Un trader debe adaptarse para navegar en aguas turbulentas, para saber surfear la gran ola. Para el deposito a plazo fijo todos estamos preparados. Es cómodo sucumbir al viejo paradigma, pese que conozcamos el mísero resultado. La vida del trader es lidiar a diario con la incertidumbre, y eso nos mejora en todos los aspectos.

 

* Antifrágil de Nicholas Taleb, es uno de los mejores libros de “no” trading que se hayan escrito nunca. Recomendado 100x100.

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