El arzobispo de Zaragoza aboga por una Iglesia participativa, "en diálogo con el mundo"

El arzobispo de Zaragoza, monseñor Vicente Jiménez Zamora, ha apostado por una Iglesia "participativa, en diálogo con el mundo", que sea "casa y cosa de todos", una Iglesia "en salida y de puertas abiertas", que "escuche y acompañe", la Iglesia "que el mundo necesita".

Así lo ha manifestado durante la homilía que ha pronunciado este miércoles, 18 de julio, en la misa de acción de gracias que se ha celebrado en la catedral de la Seo para celebrar el séptimo centenario de creación de la Archiócesis. El 18 de julio de 1318 se firmó la bula 'Romanus Pontifex', del papa Juan XXII, por la que se elevó la diócesis de Zaragoza a la categoría de archidiócesis.

El arzobispo ha estado acompañado por los obispos de la provincia eclesiástica, es decir, los de Barbastro-Monzón, Huesca, Tarazona, Teruel y Albarracín, así como de los aragoneses monseñor Jesús Moliné, obispo emérito de Chiclayo (Perú), y Ramiro Moliner, nuncio emérito en Albania, además del obispo emérito del Pontificio Consejo de la Pastoral de la Salud, monseñor José Luis Redrado.

También han participado el vicario general de la Archidiócesis, Manuel Almor; representantes del cabildo metropolitano y unos 50 sacerdotes, diáconos, seminaristas y otros representantes de la vida consagrada y fieles laicos. La parte musical ha corrido a cargo de la Escolanía de Infantes, acompañada al órgano por Juan San Martín, bajo la dirección del maestro Berdejo Marín, director musical de las catedrales.

El arzobispo de Zaragoza ha afirmado en la homilía: "Nosotros, con el Papa Francisco, soñamos en un Iglesia sinodal y participativa; en diálogo con el mundo, compartiendo gozos y esperanzas, angustias y tristezas; una Iglesia en salida y de puertas abiertas".

Igualmente, ha apostado por promover una Iglesia "en la que los jóvenes sean como la pupila y el motor de una comunidad más vigorosa", "los pobres sean dignificados, los niños cuidados y los ancianos atendidos".

RENOVACIÓN

Monseñor Vicente Jiménez también ha recordado que poseen un plan diocesano de pastoral para el periodo de 2015 a 2020, y los obispos de las diócesis aragonesas han reflexionado en sus últimos encuentros con los vicarios generales y episcopales sobre "la situación social, cultural y religiosa que vive nuestro pueblo de Aragón", también sobre la despoblación, así como sobre la necesidad "de una renovación pastoral, personal y comunitaria".

Ha argumentado que la ciudad de Zaragoza celebra en 2018 distintos centenarios importantes para su historia y la de Aragón, para desear que en el caso de VII de la Archidiócesis sea ocasión "para dar gracias a Dios por el don y misterio de nuestra iglesia diocesana" y las dependientes.

También ha confiado en que esta Eucaristía de acción de gracias les aporte "fuerzas, brío, garbo y rasmia para andar el camino en esta hora de la Iglesia y de nuestra sociedad" y ha pedido la protección del patrono, San Valero, y de la Virgen del Pilar, "tan querida y venerada en nuestra tierra y en nuestro pueblo de Zaragoza y Aragón".

Asimismo, ha reivindicado la propiedad de los templos cristianos porque "la catedral no puede estar en manos de los poderes civiles pues es la sede creada por el obispo para cumplir sus obligaciones pastorales".

EVOLUCIÓN HISTÓRICA

Monseñor Vicente Jiménez ha recordado que la Diócesis de Zaragoza data de los primeros siglos del cristianismo y San Valero, patrono de la diócesis y la ciudad, fue uno de sus primeros obispos. Falleció entre los años 305 y 315.

Hasta el siglo XIV, esta diócesis dependía de la Archidiócesis de Tarragona y el Papa Juan XXII la constituyó en sede metropolitana en el 1318, hecho que tuvo una gran importancia para la historia del Reino y la Corona de Aragón. De ella han dependido las diócesis de Albarracín, Barbastro, Huesca, Jaca, Tarazona y Teruel, así como los Obispados de Calahorra y Pamplona en algunas etapas.

Un decreto papal de septiembre de 1955 circunscribió el territorio Archidiocesano de Zaragoza a los obispados aragoneses, a excepción del de Jaca, que fue adscrito a la Archidiócesis de Pamplona, y en 1998 se incorporaron a la nueva Diócesis de Barbastro-Monzón las parroquias de la provincia de Huesca que hasta entonces habían pertenecido a la Diócesis de Lérida.

ACTO CENTRAL

Esta misa de acción de gracias que se ha celebrado en la Catedral de San Salvador de Zaragoza, la Seo, ha sido el acto central de los programados con motivo del VII Centenario y en ella se ha seguido el ritual solemne prescrito para las ocasiones más importantes de la vida de la diócesis. Se ha utilizado un cáliz de finales del siglo XV, una pieza del tardogótico con una incipiente decoración renacentista.

La eucaristía ha tenido a la Seo como escenario porque a este templo se le considera "madre y cabeza de todas las iglesias de la diócesis", que está compuesta por 277 parroquias y un millón de habitantes, 77 estas parroquias ubicadas en la ciudad de Zaragoza, con unos 700.000 habitantes.

Así lo ha explicado el arzobispo en declaraciones a los medios de comunicación, antes de participar en la celebración litúrgica, de la que también ha indicado que en ella ha utilizado el 'palio arzobispal', ubicado sobre los hombros del prelado, "que refleja la vinculación con el Papa".

Monseñor Vicente Jiménez ha relatado que una diócesis representa la presencia de la Iglesia en un territorio y una Archidiócesis "coordina la acción pastoral" de un grupo de diócesis, en el caso de la de Zaragoza, lo hace de todas las diócesis de Aragón, salvo la de Jaca, que últimamente ha pasado a depender de Pamplona.

Igualmente, ha resaltado la "importancia pública" de esta institución y su aportación a la cultura ya que "el arte ha sido muchas veces creación de los cristianos".

En este sentido, ha subrayado que este patrimonio cultural constituye una "seña de identidad" y, como ejemplo, ha mencionado el propio templo de la Seo o las torres del Pilar de Zaragoza, junto a "tantos templos emblemáticos", de forma que "no se entenderían Aragón, España y Europa sin la raíces cristianas y sin los monumentos de arte que ha creado la fe".