Según Heinz había solicitado el dominio de la web en 2014 y había expirado
Un cliente se llevó una gran sorpresa al escanear un código QR de una botella de ketchup y ver que la web que se abría no tenía nada que ver con el producto comprado. El enlace dirigió a Daniel Korell, la afectada, a una web de contenido pornográfico. La mujer, de nacionalidad alemana, se quejó a través de la red social de lo sucedido.