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Clientes de iPhone X. Justin Sullivan/Getty
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La guerra comercial entre Estados Unidos y China ya tiene una gran víctima: Apple. La tecnológica de Silicon Valley dirigida por Tim Cook es una de las compañías más afectadas por los aranceles entre las dos mayores economías del mundo. El impacto sobre la empresa llega tan lejos que desde Morgan Stanley creen que los de Cupertino deberán tener que decidir: o dejar que la acción caiga o subir los precios del iPhone.

Morgan Stanley asegura en su último informe que la guerra arancelaria entre China y EEUU, intensificada tras las nuevas tarifas del 25% sobre bienes estadounidenses valorados en 60.000 millones de dólares, "pueden tener un considerable impacto en toda la cadena de suministro de Apple".

¿Cómo puede afectar esto al consumidor? Los de Cupertino pueden verse obligados a elevar los precios de sus teléfonos, que ensamblan en fábricas chinas, para compensar así el aumento de los costes.

De esta forma, un iPhone que cueste aproximadamente 1.000 dólares pasará a costar unos 1.160 dólares, es decir, cerca de 150 euros más, según las estimaciones de Morgan Stanley.

La otra opción que le queda a los de Cook es asumir los costes de los aranceles sin elevar el precio de sus móviles... lo que acabaría impactando negativamente en los ingresos de la compañía y, a su vez, puede lastrar al precio de la acción cuando haga públicas sus próximas cuentas.

Apple ya lanzó un profit warning en los primeros compases del año por China y su exposición en el gigante asiático. En este caso, la empresa podría llegar a sacrificar hasta un 23% (3 dólares) de beneficio por acción para 2020, de los 12,67 dólares por acción proyectados ahora por los analistas.

¿POR QUÉ APPLE ES TAN SENSIBLE A LA GUERRA COMERCIAL?

Las tecnológicas como Apple están especialmente expuestas en este tipo de conflictos. En el caso concreto de los de Cupertino, que cerraron la sesión del lunes con caídas del 6% tras el recrudecimiento de la guerra comercial, se debe principalmente a dos razones:

1. Apple ensambla sus teléfonos móviles en China. Pese a que la tecnológica se gastó 60.000 millones de dólares en proveedores estadounidenses en 2018, esta fase del proceso de fabricación de sus iPhone se realiza en el gigante asiático.

2. China es uno de sus principales mercados. Apple no solo utiliza al gigante asiático como gran fábrica de sus populares teléfonos, sino que además se dirige a los chinos como uno de sus consumidores más relevantes. Solo en 2018, Apple ingresó 51.000 millones de dólares en China, de un total de 265.600 millones de dólares facturados por la empresa aquel año. La región asiática es, por tanto, la tercera más importante en las cuentas del grupo solo por detrás de las Américas y Europa.

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