El recibo de la luz no solo es un quebradero de cabeza para el Gobierno español. El ejecutivo de Japón se ha topado con un importante incremento de la factura tras apagar sus 48 centrales nucleares por el desastre de Fukushima y optar por la modalidad térmica. Tras varios meses de apagón, la Autoridad de Regulación Nuclear de Japón (NRA) ha publicado un informe que da luz vez a la reactivación de la central atómica de Sendai, al suroeste del país.

En el momento que estalló la central de Fukushima, el 30% de la energía que consumen los japoneses procedía de los 48 reactores nucleares. Al cortar de raíz esta fuente, el Gobierno tuvo que incentivar la producción energética en centrales térmicas, más caras.

El informe de la NRA es un paso clave para la reactivación de los dos reactores de la planta de Sendai, que sería la primera en operar comercialmente bajo la nueva normativa. Este par de reactores, operados por la empresa Kyushu Electric Power, cumplen con los nuevos requisitos de operativa e incluyen rigurosos controles de seguridad ante un eventual terremoto o tsunami.

Tras el maremoto que asoló Fukushima y acabó con la vida de 15.000 personas, Japón ha cambiado radicalmente toda la regulación sobre centrales nucleares. De hecho, el informe que apoya la reapertura de Sendai incluye una explicación exhaustiva de 420 páginas.

RECHAZO SOCIAL A LA ENERGÍA NUCLEAR

A pesar del informe favorable, la empresa Kyushu Electric Power (operadora de Sendai) tendrá que contar con el visto bueno de la población local. Una encuesta elaborada por Kyodo News el pasado junio desgranó que el 50% de los japoneses se oponen a la reactivación de las plantas nucleares.

El ejecutivo nipón se ha mostrado orgulloso ante la población de haber exigido a los operadores de las plantas la implementación de las normas "más rigurosas del mundo" ante cualquier catástrofe natural así como ante un eventual ataque terrorista.

A pesar de ello, los defensores de la prohibición total del uso de la energía nuclear en Japón han acusado a la operadora de la central de Sendai de no tener en cuenta los riesgos de una posible erupción volcánica. La NRA ha apoyado a la empresa en su apreciación de que se trata de un riesgo muy pequeño.

R.F.

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