• Las transacciones entre la Unión Europea y Rusia ascienden a 330.000 millones de dólares
  • Bruselas estudia impedir el acceso de los bancos públicos rusos al capital europeo
  • 6.000 empresas alemanas tienen relación con Moscú

Las transacciones entre la Unión Europea (UE) y Rusia ascienden a 330.000 millones de dólares, mientras que los intercambios entre Estados Unidos y Rusia no alcanzan los 30.000 millones de dólares, lo que da idea de lo comprometedor que es para Bruselas imponer sanciones a Moscú para responder al conflicto de Ucrania. No obstante, la UE estudia, como ya ha hecho Washington con menos miramientos, impedir el acceso de los bancos públicos rusos al capital europeo. Esta es una de las sanciones que estudia Bruselas y que podrían superar los 10.000 millones de euros.

Según publica El País, el impacto potencial de la nueva generación de sanciones para la economía rusa sería de 1,5 puntos del PIB de este año y 4,8 puntos en 2015. Magnitudes muy abultadas que, en el caso de la economía europea, serían de 0,3 puntos de PIB en 2014 y 0,4 puntos en 2015, un impacto poco conveniente en momentos de débil recuperación.


Para el economista Santiago Niño Becerra, a pesar de la diferencia numérica del efecto de estas sanciones en ambas economías, es Europa la que se la juega: “No sé cómo explicarlo. ¿Saben la sensación que me da esta situación? Una pelea entre dos empresas por un mercado con un espectador al que le involucran sin querer. Europa es el espectador. ¿Nos dedicamos a buscar por el planeta escenarios mucho más horribles que el que van a provocar estas sanciones? ¡Por favor! Seamos lógicos y dialoguemos. Rusia va a perder, pero Europa, pienso, va a perder más: una oportunidad”.

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POSIBLES ESCENARIOS

El economista jefe de Andbank, Alex Fusté, ha dibujado los escenarios posibles de este conflicto, ante la necesidad de ser muy prudentes, porque las tensiones entre Rusia y Occidente suponen un gran factor de riesgo “de consecuencias potenciales inestimables”.

- Escenario Alcista

La facción “alcista” (favorable a los mercados), reflejada en las valoraciones del profesor Riad Khouri –especialista en economía política y comercio- y otros muchos analistas, es que el desarrollo actual llevará a Putin a “desentenderse” de los grupos separatistas del este de Ucrania. En tal caso, las cuatro exigencias detalladas en el documento del Consejo de Europa serían acatadas por parte de Rusia, con lo que las amenazas de nuevas sanciones no deberían activarse.

A esta línea de pensamiento, añadiría la reflexión realizada por H. McRae (en su artículo en “The Independent”): Rusia debe preocuparse por el largo plazo y su progreso, tal y como venía haciendo en la última década. Rusia puede escoger ser pobre (entrando en un conflicto con Occidente) o convertirse en un país normal, exitoso y diversificado. No hay nada malo en ser una economía productora de materias primas. El truco está en usar esos ingentes recursos naturales para construir una economía industrial más amplia, como hizo Canadá. Rusia puede ser a la UE lo que Canadá es para Estados Unidos. Eso es algo ciertamente factible.

Otro elemento que cabe tener en cuenta, y que apunta en la dirección de que las sanciones –y por lo tanto las tensiones- no escalarán más, es que las sanciones de la UE deben ser aprobadas por unanimidad (elemento que hoy por hoy no existe). Como costumbre histórica, parece no haber consenso tampoco respecto a este tema, y ello puede contener el escenario de sanciones de tercera ronda, y evitar las graves consecuencias que se derivarían.

- Escenario Bajista

La línea de pensamiento más “bajista” (en términos de mercados), representada por gente como el presidente del Eurasia Group (Ian Bremmer) o el analista Dan Christam (Potomac Research group), afirma que el actual desarrollo llevará a Putin a enrocarse más en su postura, lo que desencadenaría las temidas sanciones de tercera ronda.

Esta línea de pensamiento argumenta que “la postura firme de Putin se debe a que, hasta ahora, el aparato de propaganda en Rusia considera a los rebeldes de Ucrania como la última línea de contención contra lo que consideran un mundo occidental corrupto, y que la elevada popularidad de Putin entre la sociedad rusa se debe, precisamente, a su apoyo a los soldados del Este de Ucrania”. Según esto, y en opinión de los expertos consultados, la retirada del apoyo (tal y como exige el ultimátum de la UE y de los EE.UU) podría significar también la caída en popularidad del señor Putin.

A esta línea de pensamiento (bajista) hay que añadir otra reflexión que no invita al optimismo. El hecho de la gran determinación de los EEUU en la aplicación de sanciones y su insistencia para que la UE siga sus pasos. Este factor debe tenerse en cuenta porque es posible que, incluso viendo algún gesto por parte de Putin, las sanciones sigan escalando y no podamos evitar el peor escenario.

¿Por qué? Hemos observado que algunos gestos recientes por parte de Rusia (como su influencia para liberar a los diversos miembros de la OSCE que han sido retenidos en diversas ocasiones, o la retirada parcial de sus tropas en la frontera con Ucrania) no han servido para rebajar el tono de las sanciones (que han seguido escalando). Eso se debe, según Occidente, al continuo suministro de armamento por parte de Rusia hacia el Este de Ucrania. Algo que parece evidente, aunque Rusia lo niegue.

Otras razones que no invitan al optimismo son las siguientes:

(1) la fuerza con la que el Reino Unido se ha sumado a los que exigen más sanciones a Rusia.

(2) La imposibilidad de que Putin deje de apoyar a los grupos del Este de Ucrania, ya que en caso de hacerlo, la región sería controlada en poco tiempo por el ejército regular y Ucrania iniciaría (según los expertos consultados) un rápido proceso de adhesión a la UE que desembocaría en una más que probable adhesión a la OTAN. Algo que ningún analista político consultado cree pueda ser aceptado por Rusia.

No es necesario mencionar que los efectos de las sanciones de tercera ronda podrían ser significativos. Si las sanciones afectan al sector financiero limitando el acceso de los bancos y empresas rusas al mercado de financiación europeo (y norteamericano), sin duda se generaría una atmósfera de duda sobre la capacidad de refinanciación de estas empresas, lo que seguramente provocaría algún tipo de disfunción en el tejido industrial ruso y en la propia marcha de la economía. Sin duda, estas acciones desencadenarían decisiones por parte de Rusia con el fin de intimidar a Occidente para que las sanciones se retiren.

Rusia podría lanzar el precio del petróleo por encima de los 200 dólares

Uno de los instrumentos (si no el único) que Rusia tiene para presionar a Occidente es la energía (recordemos que es el primer país del mundo en reservas combinadas de gas y petróleo, y también el primer exportador de energía). Según Adam Slater, economista senior en Oxford Economics, en dicho escenario de sanciones y embargos sectoriales, Rusia podría lanzar el precio del petróleo por encima de los 200 dólares.

Por otro lado, también sería concebible ver un aumento en el precio del gas del 50% o más. Todas estas combinaciones de sanciones y respuestas, sin duda, daría al traste con la incipiente e incierta recuperación en Europa. Lo que sin duda, podría desembocar en una nueva crisis en los mercados de deuda (especialmente en el sur de Europa, mercados de renta variable, etc.)

CONCLUSIONES: ¿QUE HARÁ PUTIN? ¿CUMPLIRÁ CON LAS EXIGENCIAS DE LA UE?

¿Evitará una escalada de las sanciones que pueden perjudicar seriamente a su tejido industrial? Preguntas que se hace Alex Fusté y que él mismo responde.

“Lo desconocemos. Aunque ante la identificación de las nefastas consecuencias de un escenario adverso (escalada de las sanciones), uno simplemente se inclina a pensar que dicho escenario no se dará, precisamente, por su elevado coste. Este optimismo “inconsistente” (dado que el único argumento que lo respalda es el coste) aboga por la opción de que seremos capaces de mantener un cierto statu quo que no derive en el desplome de ningún activo (ni activos rusos, ni activos europeos).

Fíjense que digo activos rusos y europeos porque, sin duda alguna, el gran beneficiado en un escenario adverso sería EEUU. Pero para dar un poco más de consistencia a nuestro optimismo, diremos que en muchas ocasiones, detrás de toda retórica política de sanciones y amenazas, los estados tienen sus propios intereses tangibles que son los que principalmente dirigen la política exterior.

Adicionalmente, no hay que olvidar que Rusia y Occidente están vinculados en su mutua cooperación para resolver asuntos internacionales de extrema importancia, como el programa nuclear de Irán, mantener la estabilidad en Asia central, o resolver la oleada de violencia desencadenada en Irak. En suma, parece importante mantener la participación de Rusia en muchos de los asuntos internacionales, pendientes aún de resolución. Eso sin olvidar que unas 6.000 empresas alemanas mantienen contratos con empresas rusas, y que unos 350.000 trabajadores alemanes dependerían directamente del comercio con Rusia (según el Committee on Eastern European Economic Relations).

El gran beneficiado en un escenario adverso sería EEUU

Como elemento adicional, a sumar a nuestro optimismo “inconsistente”, cabe tener en cuenta que en el borrador que conocimos este jueves acerca del paquete de sanciones de tercera ronda a Rusia (que sólo se activarían si Rusia no responde a las exigencias que la UE le trasladó el martes), se habla de limitar el acceso a los mercados financieros sólo a aquellos bancos en los que el Gobierno de Rusia posea mas del 50% del capital. Adicionalmente, Alemania habría sugerido la incorporación de límites temporales a dichas sanciones, con el fin de dar una oportunidad a que las relaciones puedan volver a la normalidad.

Por tanto, y para concluir, las tensiones entre Rusia y Occidente suponen un gran factor de riesgo de consecuencias potenciales inestimables. Tanto es así, que hemos decidido plantear, como escenario base, que dichas tensiones no escalarán hasta el punto en que las peores sanciones (y sus efectos) se materialicen. Si esto resulta ser así, la capacidad de pago de Rusia quedaría intacta.

A pesar de ello, recomendamos cautela ya que los activos rusos sufrirán una volatilidad extrema en los próximos días-semanas. Espero que nuestro optimismo “inconsistente” funcione. Si no es así, la proyección para todos los activos de riesgo (con independencia de su nacionalidad) tendrá un común denominador”.

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