El atardecer como causa frente a cualquier cosa. La magnitud de tu brillo cegador, como una sonrisa que cautiva la esperanza de un futuro mejor. El cielo despejado de un diciembre frío, tórridos abrazos bajo el edredón.
Las protestas de los “chalecos amarillos” se repiten en Francia por cuarto fin de semana consecutivo. Un elevado ritmo de fuertes manifestaciones difícil de digerir incluso para la tercera economía europea, después de Reino Unido y Alemania, y que ya está notando el impacto económico de la parálisis provocada por las reivindicaciones a las puertas de la campaña de Navidad y que cuestan a España al menos dos millones diarios.
París, la Ciudad de la Luz, parece una ciudad fantasma desde las ocho de la mañana con museos, grandes almacenes y el metro cerrados. Desde los primeros rayos de sol la tensión ha sido palpable y la policía se ha visto obligada a intervenir. Por el momento, son más de 100 los detenidos este sábado en las protestas contra el presidente galo, Emmanuel Macron.
El Gobierno chino ha exigido este sábado a Canadá la liberación inmediata de la directora general de Huawei y también considerada heredera de la marca tecnológica, Meng Wanzhou, si no quiere atenerse a graves consecuencias. Wanzhou fue arrestada en Vancouver a petición de Estados Unidos por intentar vender productos fabricados en suelo estadounidense a Irán a pesar de las sanciones.
