Encontrar petróleo siempre ha significado hacerse millonario. Ya no. Con las limitaciones cada vez mayores a los coches tradicionales, el oro negro va a dejar de ser oro. El barril lleva un batacazo del 25% en poco más de un mes, aunque de momento se nota poco en la gasolinera, que esa es otra.

Parece cada vez más claro que la era del petróleo tocará a su fin en los próximos años. El medio ambiente lo exige. Otra cosa es que, como siempre, en España lo hagamos de la forma más chapucera posible. En diciembre no se va a poder entrar con el coche al centro de Madrid. Y esta semana, el Gobierno ha anunciado que va a prohibir la venta de coches que emitan humo -incluyendo los híbridos, ojo- en 2040. Falta mucho, es cierto, y son unas previsiones irreales el coche eléctrico es carísimo y apenas hay puntos de recarga.

Pero parece mentira que el Ejecutivo no sepa que el mercado reacciona siempre de forma radical. Intente usted vender su viejo diésel y suerte si alguien le da algo por él. Más grave que eso es la crisis que va a provocar en el sector del automóvil, que es la primera industria de España, no lo olvidemos, que da empleo a más de 2 millones personas. Está mucho en juego y las cosas hay que hacerlas con mucho más cuidado para reducir la contaminación sin provocar una auténtica catástrofe económica

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