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Turquía y, más concretamente la lira turca, mantienen toda atención del mercado este miércoles, después del crash histórico del martes en que la moneda se depreció un 14% ante el euro y el dólar. Los expertos llaman a estar muy atentos a cualquier potencial intervención de las autoridades turcas, ya que la moneda sigue en caída libre y ha llegado a traspasar la marca de las 13 liras por dólar. En su cambio contra el euro, ha llegado a las 14,725 liras, desde donde la moneda otomana se recupera marginalmente.

La divisa ha alcanzado mínimos históricos en 11 sesiones consecutivas, elevando sus pérdidas desde principios de año al 43%, con un descenso cercano al 24% desde principios de la semana pasada. La caída del martes fue la mayor de la lira desde el punto álgido de una crisis monetaria en 2018 que llevó a una fuerte recesión, y trajo consigo tres años de crecimiento económico por debajo de lo esperado y una inflación de dos dígitos.

La venta se desencadenó después de que el Erdogan defendiera los continuos recortes de los tipos de interés de su banco central en medio de una inflación creciente de dos dígitos. Calificó la medida como parte de una "guerra económica de independencia", rechazando los llamamientos de inversores y analistas para que cambie de rumbo. Las críticas son generalizadas por parte de quienes piden que se actúe para revertir la caída de la moneda, incluso por parte de los principales economistas.

En este contexto, la incógnita es si el Banco Central de Turquía apuntalará la moneda. De hecho, en el comunicado que acompañó al recorte de tasas de noviembre, de 100 puntos básicos hasta el 15%, se insinuó una nueva rebaja de tipos en diciembre. El banco central dijo el martes que sólo podría hacerlo bajo ciertas condiciones de "excesiva volatilidad". El banco central ha recortado los tipos de interés en un total de 400 puntos desde septiembre, dejando los rendimientos reales profundamente negativos, ya que prácticamente todos los demás bancos centrales han comenzado a apretar contra la creciente inflación, o se están preparando para hacerlo.

"Con el tipo de cambio actual, la inflación oficial podría superar el 30% en los próximos meses. Con el tipo de depósito actual, esto significa un tipo de interés real del -15%", escribió en Twitter el ex economista jefe del Central, Hakan Kara, según 'Reuters'.

“Tres grandes recortes de tipos, la perspectiva de otro el mes que viene, un desprecio absoluto por la inflación y un gobernador (del banco central) sin carácter que se complace en ser la marioneta del presidente en un tema en el que claramente no tiene experiencia”, lamenta Craig Erlam, analista de Oanda. “La lira se ha descontrolado y por fin ha llegado el momento de tomar medidas desesperadas”, señala.

Desgraciadamente “para el gobernador Şahap Kavcıoğlu -aunque de forma totalmente merecida- eso significará probablemente, hoy o en algún momento en un futuro próximo, ser arrojado a los pis de los caballos”, prosigue. “Esta es la realidad de Erdoganomics y los resultados están a la vista. Una inflación altísima y una moneda que ha caído más de un 30% frente al dólar desde principios de septiembre. Otro experimento desastroso para difuminar la división entre la mala política y la débil política monetaria”, redondea.

¿CONTAGIO?

Turquía puede no ser el único país que se enfrente a una crisis monetaria ante las perspectivas de subida de los tipos de interés en Estados Unidos, avisa el destacado inversor en mercados emergentes Mark Mobius.

"Sí, claro que puede", ha declarado Mobius en el programa "Closing Bell" de la 'CNBC' en respuesta a una pregunta sobre si la fuerte depreciación observada en la moneda turca -la lira- podría extenderse a otros países. "Con unos tipos de interés más altos en Estados Unidos, todos estos otros países que tienen deuda en dólares se verán afectados", ha comentado el inversor, que es el socio fundador de la firma de inversión Mobius Capital Partners.

"Si la crisis actual empeora, puede causar oscilaciones en algunas monedas de los mercados emergentes, pero hay razones para pensar que cualquier contagio financiero será mucho más limitado que durante la crisis de 2018, entre los que destacamos el progresivo aislamiento, además de una percepción de riesgo política bien diferente, con el mercado cotizando ya un riesgo político muy alto", comentan los analistas de A&G Banca Privada.

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