- 'Inventamos una montaña de consumo superfluo y hay que tirar y vivir comprando'
- Las declaraciones forman parte del documental Human
El expresidente uruguayo José Mujica se ha caracterizado por ser un mandatario bien distinto a la mayoría de los líderes mundiales. Mujica siempre ha hecho gala de una humildad y una sencillez que le han convertido en un referente admirado por personas procedentes de todos los rincones del planeta.
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El último ejemplo de esta admiración se puede ver en un vídeo compartido en Facebook con el nombre '47 segundos de sabiduría de José Mujica' y que en media semana ha superado los 2,5 millones de visitas, según ha informado el portal Verne.
'GASTOS INÚTILES'
El que fuera presidente de Uruguay habla del precio de las cosas
En esta grabación, extraída de una entrevista para el documental Human, el que fuera presidente de Uruguay habla del precio de las cosas y de cómo con su gestión ha intentado hacer gala de la sobriedad rechazando el “despilfarro” y los “gastos inútiles”.
“Inventamos una montaña de consumo superfluo y hay que tirar y vivir comprando y tirando, y lo que estamos tirando es tiempo de vida” empieza diciendo en el vídeo José Mujica, que recuerda que “lo único que no se puede comprar es la vida y es miserable gastar la vida para perder libertad”.
El documental Human es una producción de cuatro horas de duración, según ha apuntado el portal de El País, en el que se recogen entrevistas a personalidades destacadas mientras analizan “la humanidad de hoy en día”.
LA VIDA EN LA 'CHACRA'
Mujica ocupó el cargo de presidente de Uruguay entre 2010 y 2015. Antes, este carismático político, que cuenta con un pasado guerrillero, ocupó la cartera de ministro de Agricultura entre 2005 y 2008. Durante este tiempo, Mujica nunca cambió sus hábitos de vida y siguió viviendo en la “chacrita” de toda su vida junto a su mujer.
De hecho, el exmandatario latinoamericano abrió las puertas de su casa a los medios de comunicación para enseñar que no tenía más de lo que necesitaba, con una vivienda pequeña exenta de grandes lujos en la que él y su inseparable Lucía Topolansky disfrutaban de una vida sencilla.
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