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Pedro SánchezCongreso de los Diputados

¿Otra investidura o elecciones? Esa es la pregunta que se hacen ahora todos los españoles, una vez que se ha constatado la derrota de Pedro Sánchez en su intento de ser investido presidente del Gobierno. El acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos ha sido imposible, y lo ocurrido este jueves en el Congreso, con duras acusaciones de ambas partes, hace pensar que quizá no haya ya nada que hacer. La cuenta atrás para que haya nuevas elecciones ya ha empezado. Serían las cuartas en cuatro años.

La de este jueves ha sido una jornada de infarto. Las informaciones sobre las ofertas que se hacían PSOE y Podemos para tratar de cerrar un pacto, y las acusaciones de una y otra parte, se han sucedido de forma continuada hasta el mismo inicio del Pleno, en el que socialistas y la formación morada han dejado bien claras sus diferencias irreconciliables. Pablo Iglesias, en un intento de desatascar la situación, ha hecho una oferta de última hora desde la tribuna, renunciando al Ministerio de Trabajo que pedían liderar si Sánchez les daba las competencias en políticas activas de empleo.

Ni siquiera eso ha sido suficiente, sobre todo porque como ha explicado la propia portavoz socialista, Adriana Lastra, se trata de competencias transferidas a las comunidades autónomas. Nada había que hacer, y finalmente la abstención de Unidas Podemos ha acabado por sentenciar la investidura, que se ha saldado con 124 'síes', 155 'noes' y 67 abstenciones (se han emitido, como el martes, 346 votos de los 350 totales, ya que cuatro corresponden a los parlamentarios presos, que no podían votar al estar suspendidos).

La decepción ha sido palpable, ya que como ha avisado ERC insistentemente en los últimos días, el escenario de cara a septiembre se complica, y mucho. Para entonces se conocerá la sentencia del juicio del 'procés', y lo que decida el Tribunal Supremo podría llevar a cambiar el sentido del voto de algunos partidos, lo que haría que la aritmética parlamentaria no sumase para hacer presidente a Sánchez en caso de que se volviese a presentar. Algo que, por otro lado, no está nada claro.

El PSOE ha subrayado tras la votación que Sánchez "ya no es candidato", dejando en el aire si volverá a intentarlo antes del 23 de septiembre, fecha en la que acaba el plazo que establece la Constitución para llevar a cabo nuevos intentos de investidura tras un primer fracaso. En concreto, el artículo 99 de la Carta Magna estipula que si en dos meses -a partir de la primera votación- ningún candidato obtiene la confianza del Congreso, el Rey disolverá las Cortes y convocará nuevas elecciones, con el refrendo de la presidenta del Congreso.

Por tanto, si no hay acuerdo en septiembre, España afrontaría sus cuartas elecciones generales en cuatro años el próximo 10 de noviembre. Muchos creen inevitable que haya nueva convocatoria electoral, y el PSOE no ha despejado la incertidumbre que hay sobre esta posibilidad. Ve difícil el acuerdo con Unidas Podemos, sobre todo por la ambición "desmedida" que ha demostrado el partido en la negociación. De hecho, el secretario general del PSOE en el Congreso, Rafael Simancas, ha advertido que en septiembre habrá "otros problemas" y que, entonces, las posibilidades de sumar más apoyos será menor. "La oportunidad de que este país tuviera un presidente socialista se ha malogrado".

Pese a todo, la formación morada "mantiene la mano tendida". La portavoz adjunta de Unidas Podemos en el Congreso, Ione Belarra, ha explicado que aún ven margen para un acuerdo de la fecha límite de septiembre, siempre y cuando Sánchez deje de poner "excusas, impedimentos y problemas". "Ha sido incapaz de llegar a un acuerdo para poder construir un gobierno de coalición progresista a pesar de las increíbles facilidades que hemos puesto", ha señalado la diputada, que ha señalado que siguen "disponibles para negociar" porque "no hay ningún motivo para amenazar a los españoles con una repetición electoral, que es una irresponsabilidad". "Es posible, hay números suficientes", ha afirmado.

SEGUNDO FRACASO DE SÁNCHEZ

Pedro Sánchez ya bromeaba con ello el martes, y al final ha acabado por cumplirse. El socialista ha hecho historia al hacerse convertido en el primer candidato que fracasa en dos investiduras. Hay que recordar que se convirtió en presidente del Gobierno en junio de 2018 al ganar la moción de censura contra Mariano Rajoy -otro hito en la historia política española, ya que no había ocurrido nunca-, y eso sin ser diputado, pero las investiduras se le resisten.

En la primera a la que se presentó, en 2016, tampoco logró la confianza de la Cámara ni en primera ni en segunda votación, y eso que acudió al hemiciclo después de haber cerrado un acuerdo con Ciudadanos. Era la primera vez que esto pasaba en España en Democracia. Y ahora la historia ha vuelto a repetirse. Lo que todos se preguntan es si Sánchez se arriesgará o no a un tercer fracaso, o si, como dice el dicho, a la tercera irá la vencida.

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