Italia
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La Bolsa de Milán no es la única que sube en lo que va de julio, pero si la que más y con bastante diferencia del resto de índices europeos. Mientras Alemania registra un saldo negativo en estas sesiones (-0,6%), el resto de plazas europeas suben como mucho un 1%. Mientras que la italiana, a contracorriente, acumula una revalorización del 4,5% motivada por la Comisión Europea y su decisión de no sancionarla.

De hecho, la remontada del Ftse Mib se aceleró el mismo día 3 de julio, cuando Bruselas decidió finalmente no abrir un expediente a Italia por su elevada deuda pública, un proceso que en última instancia podría haber supuesto la imposición de una multa de 3.500 millones.

Un día después, el italiano Ftse Mib alcanzaba máximos de un año (20.229 puntos) aupado por el sector bancario que subió un 3%, después de haber sumado un 5% en la sesión anterior. Pero las alzas de ese día fueron a su vez motivadas por Christine Lagarde, al conocerse que tomaba el mando en el BCE.

La CE ha dado un respiro a Italia tras haber constatado que las medidas aprobadas por el Gobierno italiano corregían las deficiencias presupuestarias detectadas. Y lo hizo, apenas un mes después de determinar que estaba "justificada" la apertura de un procedimiento por déficit excesivo por el criterio de deuda después de haber analizado el paquete de medidas cuyo impacto en las cuentas públicas se estima en 7.600 millones de euros.

"La clave del crecimiento del índice italiano, es la decisión de la CE, pero no solo eso, su prima de riesgo también se ha reducido más de un 30% en lo que llevamos de año, nivel que no reducía desde hace 2 años" explica Darío García, analista de XTB.

Por lo tanto, el nuevo tono sobre todo por parte de Europa, para tender la mano a Italia y que ésta comience a realizar los ajustes necesarios pero sin la presión del eurogrupo "son los catalizadores de las subidas en el índice", añade.

Recordemos que el procedimiento por déficit excesivo "obliga al país a tomar medidas de reducción de gasto y de incremento de impuestos", generalmente, para poder cumplir con el requerimiento, por lo tanto aquellas cotizadas que tengan contratos con el Estado "podrían verse perjudicadas", principalmente infraestructuras y "por descontado" el sector bancario el cual "es el principal acreedor de las emisiones de bonos del país", matiza.

Desde Amundi, Sergio Bertocini, añade que después de salir de una recesión técnica en el segundo semestre de 2018, los datos económicos italianos "siguen mostrando señales de fragilidad" y continúan surgiendo muchos riesgos de cara a la segunda mitad de este año. Sin embargo, los datos técnicos a corto plazo y el valor relativo "parecen favorables" para la deuda italiana.

El primer semestre de 2019 "cerró con logros prometedores" con respecto a las actividades de refinanciación de la deuda llevada a cabo por el Tesoro italiano, impulsado también por el regreso de los inversores extranjeros, mientras que la balanza entre oferta y demanda del segundo semestre de 2019 "parece estar respaldada" por un mayor volumen de reembolsos.

En términos de valor relativo "ha favorecido el reciente ajuste de spreads y es probable que se mantenga la caza de rendimientos” en el “desierto de yield” del panorama Europeo tras la postura más “dovish” del BCE, concluyen.

Si bien todo esto es bueno por ahora, muchos expertos consideran que es casi seguro que los problemas italianos volverán a surgir en el otoño de 2020 cuando se presente el borrador del presupuesto.

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