• La encuesta está realizada entre empresas que cuentan con entre 50 y 500 trabajadores
  • Se trata del porcentaje más alto en la Unión Europea junto al 78% de Alemania
sueldos

Los salarios subirán, por fin, en 2018. Al menos, eso es lo que promete gran parte de las empresas, después de una década de recortes de empleo primero, y congelación de la remuneración de los asalariados después. Mientras, la masa salarial ha perdido peso en el Producto Interior Bruto (PIB). Es decir, en la riqueza que genera la economía.

Tres de cada cuatro empresas encuestadas dicen que revisarán al alza los sueldos de sus empleados. En concreto, el 77% de los empresarios consultados en una encuesta de Grant Thornton entre 400 compañías españolas dice que subirá los salarios este año. El porcentaje se dispara 14 puntos porcentuales respecto al 63% del cuarto trimestre de 2016.

La encuesta está realizada entre empresas que cuentan con plantillas en una horquilla de 50 a 500 empleados. Es decir, acapara las pymes de mayor tamaño y a parte de las grandes compañías. Con el 77% de las respuestas en favor de subir los salarios, España se sitúa a la cabeza de la Unión Europea en esta tendencia, cuya media está en el 74%. Sólo Alemania está por encima con un 78%. A escala global, el Informe International Business Report (IBR), que engloba a 2.500 empresas de 36 economías, destaca que el 76% está a favor de elevar los salarios.

En el mercado laboral hay cierto clamor en favor de una subida salarial generalizada frente a la contención de los últimos años. El reto es que esto se produzca sin alterar las ganancias de competitividad exterior de la economía española, que permiten alcanzar récords en las exportaciones, con una contribución positiva al PIB y a la mejoría de la posición inversora internacional (PII) neta, que engloba las relaciones financieras de la economía con el exterior y aún atesora una preocupante vulnerabilidad.

En este sentido, el Gobierno prevé un crecimiento nulo de la productividad en 2018, lo que limitaría la capacidad de subir los salarios sin una pérdida de competitividad en caso de que esta estimación finalmente se cumpla. Hay que remontarse hasta 1999 para encontrar un ejemplo similar, según la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF). No obstante, entre 2016 y 2017 la productividad por ocupado, en equivalencia a tiempo completo, ha crecido al menos un 1% interanual durante siete trimestres consecutivos mientras la remuneración por asalariado apenas experimenta cambios. En el tercer trimestre subió un 0,1%, frente a descensos de similar intensidad en los trimestres anteriores.

¿HAY MARGEN PARA SUBIR LOS SALARIOS?

“España ha realizado un ajuste muy importante durante la crisis y ahora existe margen para que los salarios puedan subir sin que se perjudique el actual contexto de expansión económica”, señala Alejandro Martínez, presidente de Grant Thornton. La propia Fátima Báñez, ministra de Empleo y Seguridad Social, pidió en junio un esfuerzo a la patronal y los sindicatos para acordar una subida salarial que no se ha producido de manera generalizada.

Lo que sí ha habido es un pacto para incrementar el salario mínimo interprofesional (SMI) un 4% en 2018, hasta los 736 euros brutos en 14 pagas o 10.304 euros brutos anuales; del 5% para 2019, hasta los 773 euros al mes y 10.819 euros al año; y del 10% para 2020, hasta los 850 euros mensuales o 11.901 euros en el año. Todas estas alzas están condicionadas a un crecimiento del PIB del 2,5% en términos reales -descontando la inflación- en el periodo anterior y un aumento interanual de la afiliación media de 400.000 personas. Aun así, el SMI apenas llegará al 40% del salario medio, como sí ocurre en las grandes economías de la Eurozona que tienen salario mínimo, Francia y Alemania.

Los convenios registrados hasta noviembre recogen una subida salarial pactada del 1,4% de media, aunque sólo afectan a 6,8 millones de trabajadores, menos de la mitad de los asalariados. Las estadísticas de Contabilidad Nacional Trimestral lo que muestran es que la remuneración por asalariado está congelada en plena recuperación del empleo, mientras la productividad crece en los últimos dos años a ritmos del 1% interanual. A ello contribuyen los empleos generados. Un estudio publicado por el IE estimó que los salarios de los contratos firmados en 2015 son un 12% inferiores a los de 2008. Por su parte, el Banco de España estima que los empleos creados tras la crisis tienen sueldos asociados que son un 24% inferior a los de la década de la burbuja.

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