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"Esta idea de que estamos en una línea recta hacia una recesión en algún momento del año que viene parece menos probable hoy", a pesar de las señales y los datos económicos preocupantes que salen de Europa. Así lo ha asegurado el CEO del banco británico Standard Chartered, Bill Winters, durante una entrevista a la CNBC, en la que a dicho que "en general, las cosas se sienten bien ahora mismo".

Winters se une así a la opinión de Janet Yellen, para minimizar los temores de recesión. El lunes se le preguntó en la misma conferencia si la inversión en la curva de rendimiento era una señal de una inminente desaceleración. "Mi respuesta es no, no lo veo como una señal de recesión", dijo.

Puede haber signos siniestros de una recesión, como una curva de rendimiento invertida y datos económicos preocupantes que salen de Europa, pero Winters cree que no parece que haya una recesión en el horizonte. Este martes, en la Conferencia de Inversiones Asiáticas de Credit Suisse, celebrada en Hong Kong, Winters ha afirmado a la CNBC que "sabemos que la economía mundial se ha desacelerado, pero hay señales de un estallido que comienza a repuntar".

Janet Yellen minimizó los temores de recesión: "Mi respuesta es no, no lo veo como una señal de recesión"

"Hay señales de China, hay señales de Europa, yo diría que más tiernas en Europa. Esta idea de que estamos en línea recta hacia una recesión en algún momento del próximo año parece menos probable hoy". Y señaló tres factores para apoyar su predicción.

"Parte de esto es la Reserva Federal de EEUU (Fed), otra parte es la sensación de que hay avances en las discusiones comerciales entre Estados Unidos y China". Además, "probablemente hemos pasado por el período de desapalancamiento en China. En el resto de Asia emergente, no completamente, pero existe la sensación de que estamos volviendo a subir", continua, refiriéndose a los esfuerzos de China para reducir los niveles de deuda. Pero ha habido indicios de que la segunda economía más grande del mundo ha detenido más o menos sus medidas de desapalancamiento y, en cambio, está implementando más medidas de alivio en un intento por apuntalar su economía en desaceleración.

Sin embargo, la semana pasada los mercados se mantuvieron al límite. Uno de los indicadores de recesión más confiables del mercado, la curva de rendimiento, se invirtió el viernes. Algo que ocurre cuando las deudas a largo plazo tienen un rendimiento más bajo en comparación con las deudas a corto plazo, señala. Una serie de datos económicos débiles también avivaron los temores de recesión: la actividad manufacturera de Alemania cayó a su nivel más bajo en más de seis años en marzo, según datos de IHS Markit; mientras que la manufactura en la eurozona también cayó a su menor nivel desde abril de 2013.

Por su parte, el banco central de EEUU sorprendió a los inversores al adoptar una postura moderada el pasado miércoles, no proyectando más aumentos en los tipos de interés este año y justificando su perspectiva más templada al recortar las perspectivas de crecimiento de 2019 para la mayor economía del mundo.

FIDELITY, MÁS OPTIMISTA QUE EL MERCADO

"Nuestra hipótesis de referencia es más optimista que las previsiones actuales del mercado", asegura el director de inversiones en renta fija de Fidelity International. "Aunque EEUU podría estar frenándose a medida que se desvanece el efecto de los estímulos presupuestarios, la economía sigue creciendo a tasas cercanas a su tendencia, mientras que el mercado laboral sigue registrando tensiones y las condiciones financieras se han suavizado considerablemente este año", afirma.

Por su parte, cree que la Fed ha desoído las "buenas noticias" procedentes de la economía y ha basado su postura de cautela en los riesgos externos. "Este sesgo expansivo podría volverse contra la entidad y dejarles poco margen de maniobra, ya que la actividad probablemente se acelere en el segundo trimestre, lo que se sumará a las presiones que seguirá registrando el mercado laboral y a la mejoría del crecimiento y la inflación conforme avance el año. En este entorno, la Fed tendría que volver a cambiar de rumbo y retomar el ciclo de subidas este año o en 2020".

"Si nos fijamos en lo que el mercado espera en relación con la Fed este año, la probabilidad de que los tipos se recorten en 2019 es del 50%, con algo menos de dos subidas de aquí a finales de 2020. Parece, por tanto, que la recesión es una preocupación extendida". "A la vista de que los precios ya descuentan una gran cantidad de pesimismo, preferimos infraponderar la deuda pública estadounidense, donde vemos poco margen para que los tipos sigan descendiendo desde los niveles actuales", concluye".

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