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Nueva reunión de la Reserva Federal (Fed) y nueva subida de tipos a la vista. El banco central que preside Jerome Powell tiene entre sus planes elevar de nuevo el precio del dinero en 25 puntos básicos para situarlo en la horquilla del 2,00%-2,25%, lo que hace que muchos inversores se pregunten qué hacer con su dinero ante las constantes alzas de los tipos (esta sería la tercera del año, y aún se descuenta otra para diciembre). La mejor apuesta es repartir juego... y no dejar a un lado la bolsa.

Así lo aconsejan los expertos de la firma de inversión estadounidense The Vanguard Group, que analizan cómo puede afectar a los inversores la trayectoria alcista de los tipos a corto plazo iniciada por el banco central en diciembre de 2015. Recuerdan que si la Fed sube los tipos se situarían solo 75 puntos básicos por debajo de los niveles máximos del ciclo económico actual, en torno a los 2,75%-3,00%. Y ante la previsión de nuevas subidas, aseguran que lo mejor es diversificar inversiones.

La Reserva Federal empezó a subir los tipos de interés en diciembre de 2015

La renta variable está entre sus principales recomendaciones, sobre todo porque los datos pueden "sorprender" a más de uno. Habitualmente se cree que las subidas de tipos son el presagio de una menor rentabilidad de las acciones, y en esos momentos los bonos suelen ser más atractivos. Además, los tipos altos suelen frenar el crecimiento económico, lo que a su vez pesa sobre las ganancias corporativas y los precios de las acciones.

No obstante, Vanguard desmiente esta teoría y asegura que, tras revisar el histórico de datos, "no hay un patrón de caídas de los precios de las acciones durante los ciclos de subida de tipos". Es más, señala que las decisiones de la Fed suelen darse en momentos en los que la economía registra un fuerte rendimiento y en los que el crecimiento de los beneficios empresariales es robusto, lo que hace que "las acciones rindan de forma respetable durante estos periodos".

Esta firma explica que en los 11 periodos de subida de tipos que se han producido en los últimos 50 años, los rendimientos de las acciones han sido positivos en todos menos en uno. Por lo tanto, concluye que "el aumento de los tipos de interés no equivale a un rendimiento deficiente de la renta variable".

¿Y LOS BONOS?

Por otro lado, esta firma explica que la inversión en bonos tampoco es mala idea, porque a pesar de que pueda experimentarse cierto 'dolor' a corto plazo cuando hay subidas de tipos, luego se ve "compensado por una mayor rentabilidad en el futuro". Por eso, Vanguard confía en que la renta fija proporcione "mayores beneficios de diversificación de cartera a medida que los tipos se vayan normalizando".

"No hay que inclinarse por los bonos o las acciones, ya que eso equivaldría a intentar cronometrar a los mercados, y ya ha quedado demostrado que esa estrategia no funciona bien", dice la estadounidense, que señala que los altos tipos de interés "se traducen en ingresos adicionales para los inversores en sus carteras de bonos".

Todas estas estrategias pueden extrapolarse a otras zonas, ya que el entorno global de los tipos de interés se está volviendo menos acomodaticio, recuerda Vanguard. La Reserva Federal lidera el camino entre los principales bancos centrales con siete subidas consecutivas hasta ahora, y puede que dentro de poco el Banco Central Europeo (BCE) inicie la misma senda. De momento, el objetivo del banco que preside Mario Draghi es contener la inflación por debajo del 2%, por lo que casi con toda seguridad el alza de los tipos no llegará hasta verano de 2019.

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