• El economista cree que será incluso más tiempo
  • Vivimos la transición hacia un nuevo modelo económico y social
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El economista Santiago Niño Becerra ha lanzado una predicción: harán falta al menos 75 años para que la economía mundial pueda abandonar la crisis sistémica y vuelva a ir bien, por muchos estímulos que se inyecten a la economía, ya que el modelo económico actual ya ha dado de sí todo lo que podía dar.

En un artículo publicado en La Carta de la Bolsa con el título ‘Hemerotecas’, el catedrático de Estructura Económica recomienda a los lectores acercarse buscar declaraciones de “responsables de organismos internacionales, grandes bancos, grandes empresas, y sobre todo por políticos, en estos últimos cinco años”. Así, podrán comprobar que “una vez cada diez meses se producían anuncios en el sentido de que ‘ahora sí ha llegado la recuperación’ alternados con declaraciones del tipo ‘nos hallamos en el camino de una recuperación sólida’, para unos meses después, decir que ‘sigue existiendo debilidad en la recuperación’ por lo que es preciso ‘continuar con los estímulos’”.

"Una vez cada diez meses se producían anuncios en el sentido de que ‘ahora sí ha llegado la recuperación’"

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Según explica Niño Becerra, el modelo actual “no se puede arreglar” ya que “se halla estructuralmente muerto”. Por este motivo, considera que “debe ser sustituido por otro” y lo último que ocurrió fue en la Depresión. “Las razones, las bases, los elementos que posibilitaron aquello se han ido para no volver”, insiste. Así, calcula que habrá que esperar “como mínimo en 75 años que ha sido el tiempo de vigencia del modelo que ahora se ha muerto: 1933-2007”, aunque considera que “va a ser mucho más porque jamás en los últimos 2.000 años ha habido nada parecido al período 1950-1973, absolutamente nada”.

La economía mundial se encuentra “en medio de una crisis sistémica que empezó a insinuarse a mediados de los 70 y que se manifestó en el 2007”, producida por el agotamiento del modelo económico y social, que “ya ha dado de sí todo lo que podía dar”. En este contexto, considera que “en un horizonte de tiempo previsible” de “no menos de 75 años” no vamos a volver “a nada parecido a ‘el mundo va bien’, por muchos estímulos que se produzcan, por muchas anfetas que se inyecten, por mucha pasta que se lance desde una flota de helicópteros”.

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MISMAS PALABRAS CON SIGNIFICADOS DIFERENTES

Para el economista barcelonés, “el problema es que se continúan usando las mismas palabras, los mismos conceptos para expresar, para querer decir, cosas totalmente diferentes”. Así, recuerda que en los años 60 la palabra ‘recuperación’ “significaba ir a más de lo a más que ya se había ido porque era posible ir a más” pero ahora “tiene que ser entendida como ‘fin de la volatilidad’, como ‘estabilidad’, como ‘fin del desorden’”.

"Lo que está pasando es que se está diseñando y poniendo en marcha un nuevo modelo económico-social, y las transiciones siempre son complicadas"

“Entonces, ¿qué está pasando?”, se pregunta. “Pues lo que está pasando es que se está diseñando y poniendo en marcha un nuevo modelo económico-social, y las transiciones siempre son complicadas, máxime cuando se está transitando desde una época en la que ‘todo era posible’ y en la que ‘se tenía todo lo que se quería’ a otra en la que habrá de mirar el céntimo, el gramo y el centímetro”. En este sentido, indica que se ha ido de una situación “en la que la abundancia y gasto eran la norma a otra en la que la escasez y la eficiencia (robotización, trabajo flexible –precario, subempleado–, salarios vinculados al valor generado) ya está siendo la normalidad: la nueva normalidad”.

“Pero estas cosas no se dicen porque suenan mal, son feas, cabrean a la ciudadanía, es decir a los votantes (y aún es necesario que la gente vote), desmoralizan” y pueden dar pie a “tensiones, a que la población empiece a preguntarse cosas, y lo que de momento la población tiene que hacer es seguir deseando creer que ‘la crisis ya se ha acabado’; y cuando haga falta ya saldrá Mr. Draghi diciendo que hará lo que haga falta hacer”, en referencia al presidente del Banco Central Europeo (BCE), que el pasado jueves anunció que podrían reconsiderar la política monetaria en marzo.

En este contexto, Niño Becerra lanza una sugerencia: “Tómenselo con calma”. “Nada pueden hacer, tan sólo esperar” y acostumbrarse “a ese tobogán de ‘ahora parece que ya sí’ - ‘no, aún no’”.

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