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Sede de la Oficina Europea de Patentes (OEP) en Munich.OFICINA EUROPEA DE PATENTES - Archivo

Las solicitudes de patentes en España subieron un 9% en 2020, rompiendo así con la tendencia a la baja de los últimos doce años, según datos provisionales de la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) recogidos por la agencia EFE, que muestran un pico de actividad en los meses más duros de la pandemia.

Un dato significativo es también el repunte de las solicitudes de marcas, que pasaron de 50.693 en 2019 a las 51.103, unos números en los que los expertos ven una “estupenda” noticia para el tejido nacional en un momento de incertidumbre como el actual.

Este auge contrasta con el progresivo empeoramiento de otros indicadores como el de la destrucción de empresas, ya que el último avance del Mercado Laboral Asempleo-AFI indica que 91.000 compañías cerraron entre febrero y abril.

Sin embargo, mientras la crisis sanitaria sacaba del mercado a estos negocios, otros muchos han repensado su modelo, dando mayor importancia a su marca.

Para Carmen González, la directora de Marcas de Pons IP, en esta tendencia ha influido la “explosión definitiva” del e-commerce o comercio electrónico, una de las grandes oportunidades para empresarios y emprendedores para dar salida a sus productos y minimizar las pérdidas que provocó el cierre de sus establecimientos por el estado de alarma.

En entornos digitales, según González, la protección de marcas y servicios es clave, ya que facilitan su identificación frente a los consumidores y los diferencia de sus competidores.

De las 51.103 solicitudes de marcas nacionales registradas en 2020, aproximadamente un 24% (12.102) procedieron de Madrid, seguida de Cataluña (8.448) y Andalucía (7.334).

Entre las posibles causas de este incremento con respecto al año anterior puede ser el uso de plataformas como los “marketplace”, los cuales fomentan el registro de marca como garantía de cara a una posible estafa o falsificación. Pero seguramente la razón más significativas sean las solicitudes de marcas de bienes o servicios vinculadas al coronavirus, como se extrae del Boletín Oficial de la Propiedad Industrial (BOPI).

Aplicaciones móviles, productos de limpieza antibacterianos, geles y felpudos desinfectantes, mascarillas de protección y pantallas faciales se suceden en las páginas del BOPI, donde tampoco falta el “software” para la educación a distancia.

En los últimos doce meses, las marcas concedidas bajaron un 9%, hasta las 39.967; la duración media del trámite oscila entre los 8 y 15 meses, por lo que pueden incluir solicitudes del ejercicio anterior.

CRECEN LAS SOLICITUDES DE PATENTES POR PRIMERA VEZ DESDE 2008

Los datos provisionales de 2020 arrojan además un repunte en las solicitudes de patentes desde abril, con lo que cierran el año en las 1.479, un 9% más que en 2019. Se trata de la primera subida desde 2008, cuando la OEPM recibió 3.783 solicitudes; desde entonces -y presumiblemente por la crisis financiera- los registros siempre han ido a la baja.

Prueba de ello es que en los últimos doce años las solicitudes de patentes, que de concederse reconocen el derecho de explotar en exclusiva una determinada invención durante 20 años, han caído cerca de un 40%. Junio, con 183, fue el mes de mayor actividad, mientras que Madrid (316), Comunidad Valenciana (230) y Andalucía (200) fueron las comunidades autónomas que lideraron el ranking. En el conjunto del año, se concedieron 587.

LOS MODELOS DE UTILIDAD REPUNTAN UN 24%

Mención especial merecen los modelos de utilidad, conocidos como los “hermanos pequeños de la patente”, que durante diez años protegen invenciones de menor rango inventivo y que han experimentado un crecimiento del 24% respecto a 2019.

“Si pensamos en la COVID-19, no solo se trata de vacunas o tratamientos, también entran las pantallas de separación, mascarillas, sistemas de desinfección, de protección…”, explica la directora de Patentes de Pons IP, Patricia Ramos, que cree que “ha habido un ‘boom’ de este tipo de invenciones por las pequeñas y medianas empresas (pymes)”.

“Para la COVID-19 y sus ‘colateralidades’ ha habido prisa y recursos económicos para proteger esos resultados de la innovación”, indica Ramos, que recuerda que los españoles, históricamente “nos volvemos creativos con las crisis”.

A pesar del optimismo en torno a los últimos datos, aún queda trabajo pendiente en España, donde las solicitudes de patente aún están “lejos de las cifras de los países más innovadores del mundo, o simplemente de Europa”.

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