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El miedo al contagio de la crisis turca se ha extendido con fuerza entre los inversores, y eso se está dejando notar día tras día en bolsa, en el mercado de divisas e incluso en el oro. Sin embargo, los expertos creen que pese a que los problemas y el nerviosismo sobre la situación de Turquía pueden persistir, el contagio no se producirá; y, si se da, será "limitado".

Así lo aseguran diversas casas de análisis, que han dado su punto de vista sobre la situación que atraviesa el país que preside Recep Tayyip Erdogan, en el punto de mira desde hace varios días por los problemas económicos que arrastra y por el desplome que ha protagonizado la lira. Además, el conflicto político que mantienen Turquía y EEUU por la detención del pastor estadounidense Andrew Brunson y la ampliación de las sanciones impuestas por EEUU al acero y el aluminio turcos no han hecho más que agravar un problema que se ha dejado sentir en los mercados internacionales.

"Los problemas de Turquía están limitados al propio país, sin potencial para su transmisión al resto del mundo", dicen los expertos

Según indica DWS, aunque el miedo se extienda ante una eventual profundización de la crisis turca, el contagio económico a otros países "será limitado" porque estamos ante una crisis "local". Aunque sí que creen que hay razones de sobra para esperar que los mercados se mantengan "cautos y volátiles" durante un tiempo. Sobre todo porque la economía turca arrastra muchos desequilibrios estructurales que no van a desaparecer de la noche a la mañana.

En este sentido, desde DWS se refieren a las medidas adoptadas por el Gobierno, como por ejemplo no subir los tipos de interés pese al desplome de la lira y la alta inflación que arrastra el país, la cada vez mayor intervención del Ejecutivo en el Banco Central turco, o el nombramiento del yerno de Erdogan como ministro de Finanzas. Todo eso, dicen los expertos de esta firma, ha "erosionado la confianza" de los inversores y ha convertido esta crisis en una "crisis feroz".

"Debido al tamaño de la economía turca (850.000 millones de dólares en 2017), no nos preocupa demasiado el riesgo de contagio", defienden los analistas de DWS, que recuerdan que la Eurozona exporta a Turquía menos del 0,6% de su PIB, aunque reconocen que no hay que "tomarse a la ligera" la situación, porque pese a que las cifras macroeconómicas globales siguen siendo "robustas", lo cierto es que la acumulación de una serie de acontecimientos "podría provocar un aumento de la aversión al riesgo". Se refieren a la guerra comercial que mantienen EEUU y China y a los encontronazos que ha protagonizado el país que dirige Donald Trump con la Unión Europea y ahora también con Rusia. "Aún no se ha alcanzado el punto álgido en la disputa comercial", pero la situación "podría empeorar", dicen estos expertos.

NO HAY POTENCIAL DE TRANSMISIÓN

Por su parte, desde Fisher Investments aseguran que los problemas de Turquía "se encuentran notablemente limitados al propio país, sin demasiado potencial para su transmisión al resto del mundo", por lo que no debe cundir el pánico. Según Aaron Anderson, vicepresidente de análisis de esta firma, "la deuda turca representa una proporción minúscula de los activos de los bancos europeos y, en cualquier caso, gran parte de esta deuda está cubierta". Además, no hay que olvidar que los bancos europeos tienen un nivel "excelente" de capitalización, lo que ofrece un "importante colchón de capital ante cualquier posible deuda incobrable turca", dice.

Este experto asegura también que las comparaciones que se han hecho con la crisis económica asiática -que sí provocó contagio- "ignoran varios puntos clave". Por ejemplo, que las divisas de los mercados emergentes, incluyendo la lira, "no se encuentran tan vinculadas a las divisas de los países desarrollados como a finales de los 90"; o que los balances soberanos de los países emergentes están, por lo general, "en mejores condiciones"; incluso que "las reservas de divisas extranjeras son notablemente sustanciales".

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