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Pese a los esfuerzos de los bancos centrales por seguir bombeado billetes en el sistema a través de programas ayuda que tienden a infinito, el gargantuesco esfuerzo financiero y fiscal de los países para contener la crisis del coronavirus pasará factura en el plazo de un año y lo hará en forma de "potenciales 'defaults'", avisan los expertos. El gasto elevará el déficit hasta niveles insoportables para los emergentes y en la Eurozona existe el peligro de un impago en los países periferia, como España y Grecia.

"El Banco Central Europeo (BCE) ha evitado una crisis de la deuda", se jactaba el vicepresidente del organismo, Luis de Guindos, durante una entrevista en Antena 3 esta semana. La mayoría de expertos respaldan estas declaraciones y reconocen que tanto el BCE como la Fed actuaron "como un cortafuegos" con una acertada intervención en tiempo -más el banco central presidido por Jerome Powell, en este caso- como en cantidad. Sin ellos, lo ocurrido entre 2008 y 2012 "quedaría como una broma", comenta David Ardura, subdirector de inversiones de Gesconsult.

Sin embargo, el consenso entre firmas como PIMCO o Buy&Hold es que más pronto que tarde el instituto emisor tendrá que emular a la Fed, mandar un señal inequívoco de que respaldará el bloque comunitario hasta las últimas consecuencias y levantar todas las restricciones a sus programas que conjuntamente ascienden a 1,1 millones de euros en compras hasta diciembre. De lo contrario, "hay un riesgo real de 'default' en España o Grecia", advierte Simon Baptist, analista de la consultora The Economist Intelligence Unit.

El instituto emisor empieza a dar pasos en este sentido. Este jueves ha anunciado una reducción temporal de los requisitos de capital por riesgo de mercado, al permitir a los bancos ajustar el componente de supervisión de estos requisitos. Por otra parte, no escatima en intervenciones verbales y su presidenta, Christine Lagarde ha asegurado que explorará "todas las opciones y eventualidades" para brindar apoyo durante el shock provocado por la pandemia a la economía de la eurozona ante la "gran contracción" del PIB y el deterioro de los mercados laborales que sugieren las caídas sin precedentes de los datos económicos más recientes, según ha expresado durante su intervención en la reunión telemática del Comité Financiero del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Con todo, los pasos dados hasta ahora por el banco central no han evitado la tragedia, sino más bien la ha aplazado, asegura el economista de The Economist Intelligence Unit que expone, en declaraciones a CNBC, que ve posibilidades de impago en estos países en el plazo de 12 a 18 meses. La falta de un paquete de ayuda de la Unión Europea (UE), que muestre su compromiso con todo el bloque y que incluya una mutualización de la deuda, obliga a los países a tirar de presupuesto propio. Y este incremento del gasto hará volar el déficit hasta niveles no vistos desde los rescates de hace ocho años, en el caso de España -9,5% del PIB-.

Muchos gobiernos han anunciado grandes estímulos para apoyar a sus respectivas economías, lo que genera mayor endeudamiento para financiar esos gastos. Estados Unidos ha aumentado su emisión de valores del Tesoro, mientras que Alemania, generalmente conservadora en materia fiscal, planea aumentar su endeudamiento en 150.000 millones de euros.

En base a este contexto, "puede preverse que habrá importantes diferenciales de deuda entre unos países y otros. Incluso, en la propia UE habrá regiones más afectadas que otras y con grandes diferenciales de déficit, algo que hará replantearse los objetivos de deuda", comenta por su parte Alberto Iglesias, gestor de GVC Gaesco Gestión.

Pero Baptist alerta de que no todos los gobiernos lo tendrán fácil para obtener financiación que buscan. En particular, las economías emergentes no cuentan con el respaldo de bancos centrales con la munición del BCE o la Fed y afrontarán "un gran desafío" para convencer a los inversores internacionales de que les presten más dinero en un momento en que predomina la aversión al riesgo.

"En este momento, con este gran giro hacia los refugios seguros en los mercados internacionales, aunque haya algunos gobiernos emergentes del mundo que deseen gastar más, no podrán obtener financiación". En concreto, el economista avisa de que Sudáfrica y Brasil serán de los países que más dificultades hallarán para dejar atrás los estragos de la pandemia, y por supuesto Argentina, que ya ha presentado un plan de reestructuración con una quita del 50%.

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