• Se reduce la demanda de créditos bancarios de más de un millón de euros
  • Las pequeñas y medianas empresas podrían volver así a tener un mayor acceso a la financiación
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España es un país de pymes, pero no por ello es una economía en la que las pequeñas y medianas empresas tengan todo tipo de facilidades. Al contrario. Los pequeños empresarios son los que más han sufrido el cierre parcial del grifo de la financiación por parte de los bancos cuando tenían que sanear con urgencia sus balances, y no han terminado de reabrirlo. Algo que podría cambiar con la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE).

Mario Draghi, presidente del BCE, puso toda (o casi) la carne en el asador en marzo, en la guerra de la autoridad monetaria contra la ausencia de la inflación. Los tipos de interés de referencia pasaron del 0,05% al 0% para dejar claro que hay dinero gratis en la Eurozona, mientras que los tipos de facilidad marginal de depósito, clave para el negocio bancario, pasaron del -0,3% hasta el -0,4%.

Pero no fue el único cambio en la ultraexpansiva política del BCE. Draghi y los suyos ampliaron el programa de compras de activos (APP, por sus siglas en inglés) cuantitativa y cualitativamente. En el primer caso, al aumentar el volumen mensual desde 60.000 hasta 80.000 millones de euros. Y en el segundo, al incorporar la compra de bonos corporativos a los activos para adquirir.

El BCE empezó a ejecutar la compra de bonos corporativos con vencimiento de entre seis meses y 30 años de grandes empresas no bancarias con un rating de grado de inversión. El organismo ha comprado deuda corporativa por valor de 27.868 millones de euros hasta el pasado 23 de septiembre (este martes se conocerá la cifra de la última semana). Durante los últimos cuatro meses, los bonos de las compañías privadas representan entre el 7% y el 11% de las compras mensuales totales, según las estadísticas recopiladas por el Banco de España (BdE) en su último boletín económico.

Estas cifras suponen, según el organismo gobernado por Luis María Linde, una “importancia menor” por volumen, pero con una “efectividad proporcionalmente elevada”. El impacto de las compras de bonos corporativos ha disminuido los costes de las emisiones de deuda por parte de las empresas, ha reactivado el mercado primario de emisiones no bancarias y, muy importante para la economía española, permite un desplazamiento de la oferta crediticia de los bancos hacia las pequeñas y medianas empresas.

Las pymes suponen el 99,9% del tejido empresarial, según las estadísticas del Ministerio de Industria, Energía y Turismo. Es decir, sólo una de cada 1.000 empresas tienen más de 50 trabajadores. Asimismo, según cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 98% no pasa de los 20 empleados.

El programa diseñado desde Fráncfort ha ralentizado los préstamos bancarios de más de un millón de euros

Estas empresas son, a su vez, las que más han sufrido el deterioro del mercado de crédito, con la drástica reducción de la financiación otorgada por parte de los bancos al sector privado en general. Los grandes bancos pasaron entre 2004 y 2015 de copar el 40% de los créditos inferiores al millón de euros hasta el 20%. Préstamos asociados mayoritariamente por volumen a las pymes, según cifras del Banco de España.

La institución española espera ahora que el grifo de financiación vuelva a fluir hacia las pymes en detrimento de las grandes empresas. La explicación viene por el lado de la demanda, y motivada por el BCE. El programa diseñado desde Fráncfort ha ralentizado los préstamos bancarios de más de un millón de euros, explica el boletín económico del organismo español (ver cuadro tras el texto).

Así, si las empresas de mayor tamaño demandan menos préstamos porque prefieren emitir deuda, los bancos tienen dos opciones para la rama empresarial: prestar menos y alejarse de su negocio tradicional, o conceder más créditos a las pymes, algo por lo que apuesta el Banco de España. “En la medida en que las empresas de mayor tamaño desplacen sus decisiones de financiación a los mercados de renta fija, cabe esperar que la introducción del CSPP (compras de bonos corporativos, por sus siglas en inglés) también tenga un efecto colateral positivo sobre la oferta de préstamos bancarios disponible para las empresas de menor tamaño”, expone el BdE.

"La oferta de crédito por parte de los bancos ya está aumentando. Y los datos, con crecimientos del crédito a pymes del 5/8% anual, son su mejor prueba", explica José Luis Martínez Campuzano, portavoz de la Asociación Española de Banca (AEB), que cita datos del Banco de España. En su opinión, "la cuestión no es tanto las medidas en si como su duración. Y es en este punto donde pueden afectar a la estabilidad del sector financiero. En definitiva, son medidas excepcionales y como tales deberían ser acotadas en el tiempo".

MÁS EFECTOS POSITIVOS DE LAS COMPRAS DEL BCE

El Banco de España destaca varios efectos positivos en torno al programa del BCE y las emisiones de deuda corporativa, además del propio impacto esperado en la financiación a pymes. En primer lugar, la disminución de costes de la deuda corporativa. La rentabilidad de las emisiones con calificación crediticia BBB se ha reducido en promedio un punto porcentual hasta mínimos históricos, y por debajo del coste de los préstamos bancarios. Es decir, para las empresas ahora es más barato emitir deuda que acudir al banco.

Por otro lado, la actuación del BCE ha reactivado el mercado primario de emisiones, con un crecimiento notable pese a la ralentización de junio, un bache que “probablemente está relacionado con el incremento de la incertidumbre asociado al referéndum en Reino Unido”, señala el boletín económico del BdE.

El organismo gobernado por Linde también evalúa el efecto del 'QE' europeo en la economía: “La relajación adicional de las condiciones de financiación y el mayor dinamismo del crédito que parece estar aportando esta nueva herramienta de política monetaria deberían contribuir a sostener la recuperación económica en el área del euro y a acelerar la vuelta progresiva de la inflación a tasas más comparables con el objetivo de medio plazo de la política monetaria (2%)”.

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