• El euro da más relevancia al retraso de la subida de tipos que la retirada del 'QE'
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Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo

'Halcones' y 'palomas' se batían este jueves una vez más para decidir el futuro monetario de la Eurozona y terminaron presenciando la reunión del Banco Central Europeo (BCE) más trascendente de lo que va de año. La autoridad monetaria de la zona euro oficializó la fecha del fin del 'QE' y su plan para desmantelarlo 'a plazos'. Además, aseguró que los tipos de interés se mantendrán intactos "al menos hasta verano de 2019". Dos decisiones que se entienden mejor juntas, en un escenario que ha contentado tanto a los partidarios de una retirada más rápida de los estímulos como a los defensores de la actual política monetaria expansiva.

La presión alemana se hizo notar. El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, ponía en alerta la semana pasada a los mercados asegurando que consideraba "plausibles" las posibilidades de ver morir al 'QE' este mismo año. Por su parte, Peter Praet, también miembro del Consejo de Gobierno del BCE, se posicionaba en esta misma línea al asegurar que el fin del programa se debatiría este jueves en Letonia. Parece que los dos acertaron o Draghi quiso que acertaran.

Draghi, como Buda, decidió tomar el camino medio

Sin embargo, los últimos datos de crecimiento daban voz a los miembros más 'dovish' del organismo. La economía de la Eurozona ha crecido un 0,4% durante el primer trimestre, tres décimas por debajo del dato a cierre de 2017. Del mismo modo, la inestabilidad política de Italia, así como su revuelto mercado de deuda han dado lugar a un escenario "robusto pero de mayor incertidumbre", en palabras del presidente, que no hacía trivial la decisión de este jueves. Por último, el mes de mayo disparó siete décimas hasta el 1,9% el dato de inflación, sin embargo, el índice subyacente se mantuvo en el 1,1% fruto de un engrosamiento 'artificial' de los precios mediante el petróleo.

UNA DE CAL Y OTRA DE ARENA

Draghi, como Buda, decidió tomar el camino medio. Ante el apetito alemán por acabar con los estímulos, el italiano oficializó la caducidad del programa de compras de activos a finales de año mediante un desmantelamiento progresivo. La autoridad monetaria seguirá dedicando 30.000 millones de euros a la compra de deuda hasta septiembre para recortar el volumen a 15.000 millones durante el último trimestre de 2018. Con la entrada del próximo ejercicio, esta herramienta no convencional quedará clausurada.

Por otro lado, aseguró que los tipos oficiales se mantendrán en el 0% y los de facilidad de depósito en el -0,4% "al menos hasta verano de 2019", con la promesa de modificar el precio del dinero sólo en caso de un desempeño extraordinario de la inflación. Algo que asegura unas condiciones monetarias muy laxas al menos otro año y del gusto de los más recelosos de la fortaleza de la recuperación.

EL EURO NO ENGAÑA

El euro tocó mínimos mensuales pese al anuncio del fin de 'QE'

Y es que Draghi pudo contentar a ambos bandos, pero el euro dejó clara su opinión. Pese a ganar terreno frente al 'billete verde' a primera hora de la mañana, la divisa común sufrió una dura depreciación en la jornada de ayer hasta tocar mínimos mensuales por debajo de los 1,165 dólares. Un síntoma que muestra cómo el mercado de divisas consideró más relevante el retraso de la subida de tipos un año que la retirada del 'QE' en seis meses.

"A pesar de una posición más dura del BCE, Mario Draghi ha logrado una vez más depreciar el euro. Con la divisa común y la libra en declive en la tarde del jueves prevemos un rendimiento significativamente superior de los mercados bursátiles europeos sobre sus homólogos estadounidenses", explica Joshua Mahony, analista de mercados de IG Group.

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