• Habla de ahorros expropiados y burbujas de activos
  • La entidad cataloga de "infame" el discurso de 2012

Las críticas desde el sector financiero hacia las políticas del Banco Central Europeo (BCE) se han convertido en una constante durante los últimos meses. Pero pocas son tan demoledoras como el informe publicado esta semana por Deutsche Bank, que habla de “ahorros expropiados y burbujas de activos”.

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El gigante alemán, cuya solvencia se ha puesto en duda este año y que supone una de las grandes preocupaciones de la Eurozona por su dimensión sistémica, ha lanzado un informe titulado “el lado oscuro del QE” en el que describe el programa de compras de activos del banco central. O, más bien, refleja un cúmulo de recriminaciones hacia la labor del presidente de la autoridad monetaria, Mario Draghi, y el resto de miembros del consejo de gobierno de la institución con sede en Fráncfort.

“Mientras que los banqueros centrales europeos se felicitan por la originalidad de la política monetaria desde 2012, sus 'auto halagos' no están justificados”, relata del informe. La realidad, asegura el documento realizado por los economistas de Deutsche Bank, es que desde que Draghi pronunció el discurso de "lo que sea necesario" que califica como "infame" en 2012, la zona euro "apenas ha logrado registrar crecimiento, con "el peor comportamiento" entre las economías industrializadas, "insostenibles niveles de deuda", e inflación por debajo del objetivo del 2% a medio plazo.

La intervención del BCE ha limitado la perspectiva de reformas significativas en el mercado laboral, leyes o Estados del Bienestar

El informe continúa, y no cesa en las críticas: "Mientras el efecto positivo de la intervención del BCE es débil en el mejor de los casos, las repercusiones negativas se están volviendo abrumadoras". El documento refleja cinco puntos para analizar la política monetaria y su impacto en el mercado y en la economía. La primera, dice Deutsche Bank, es una paradoja: el abaratamiento de la financiación ha empeorado las medidas llevadas a cabo por los Gobiernos de la Eurozona. Hasta 2012, explican los autores, las amenazas de encarecimiento de la financiación o incluso insostenibilidad de la deuda obligó a los Ejecutivos a llevar a cabo amplias iniciativas recomendadas por la OCDE. El pasado año, sólo el 20% de las reformas iban en esta dirección, según el banco alemán: "La intervención del BCE ha limitado la perspectiva de reformas significativas en el mercado laboral, leyes o Estados del Bienestar".

La segunda clave es que los precios de los bonos "han perdido su función de señalización derivada del mercado", ya que los inversores han empezado a "anticiparon las compras de bonos soberanos por parte del BCE en 2014", con lo que se han bloqueado los diferenciales entre los países del área monetaria. A su vez, "los rendimientos de títulos de deuda soberana están distorsionados".

CONCENTRACIÓN DE RIESGOS

El informe, que está firmado por David Folkerts-Landau, Stefan Schneider y Stuart Kirk, indica que el "lado más oscuro de la política monetaria es la concentración de riesgos en el balance del Eurosistema", que señala que se espera que se haya incrementado en dos billones de euros en marzo de 2018. "En caso de que haya una reestructuración de la deuda de un miembro de la zona euro, es probable que los pasivos del banco central sean soportados por los contribuyentes", dice Deutsche.

En cuarto lugar, Deutsche se hace eco de una crítica habitual a las políticas del BCE que se realiza desde Alemania. "La intervención del banco central no ha sido positiva para los ahorradores de la Eurozona", ya que "el aumento de los precios de la energía, la escasez de cupones altos y, en última instancia, la reversión de las políticas hacen probable que haya un peaje" para los ahorradores.

Finalmente, estos expertos creen que ha habido una mala asignación de capital causada por la política del BCE, lo que da lugar a la "destrucción" de valor en algunos activos y la formación de burbujas en otros. También ha habido un aumento de préstamos a prestatarios de baja calidad, "evitando que los bancos con problemas amorticen préstamos".

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