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Alemania se enfrenta a un escenario más que complicado por su fuerte dependencia del gas ruso. Los avisos no dejan de llegar, y ahora ha sido el propio regulador germano el que ha alertado de lo duro que puede ser el inverno si Moscú decide cortar el grifo. Las reservas de gas siguen aumentando en el país, en un intento por hacer acopio y reducir al mínimo los problemas que puedan surgir, pero aún no son suficientes. Si Vladimir Putin corta el suministro, los alemanes se podrían quedar sin existencias en menos de 3 meses.

Así lo ha asegurado Klaus Mueller, presidente de la Agencia Federal de Redes, el organismo regulador de la energía del país. Tal y como ha explicado, según recoge Bloomberg, la reposición de las reservas de gas hasta alcanzar el 95% de su capacidad en noviembre solo cubriría unos 2 meses y medio de demanda de calefacción, industria y electricidad si Rusia cortara completamente el suministro.

Actualmente las reservas están al 77%, cifra que se ha alcanzado dos semanas antes de lo previsto por el Gobierno. El país se apresura a hacer acopio después de que Moscú haya recortado drásticamente los flujos de gas que envía a Europa a través del gasoducto alemán Nord Stream, escudándose en problemas técnicos, aunque en realidad es su respuesta a la batería de sanciones impuestas por la invasión de Ucrania.

"Estamos un poco mejor de lo que solíamos estar en términos de almacenamiento, pero no es una señal de que podamos relajarnos", ha dicho Mueller en una entrevista el martes. "Hay que entenderlo, en cambio, como un impulso. Vamos a seguir adelante".

Ya se teme un otoño más frío de lo normal, lo que unido a posibles nuevas interrupciones del suministro hace que el objetivo que se ha impuesto el Gobierno sea difícil de alcanzar. El Ejecutivo de Scholz quiere tener los almacenes llenos en un 85% para octubre, lo que según Mueller podría ser un reto. Es más, afirma que cumplir el objetivo del 95% en noviembre parece "difícil de conseguir" porque algunos almacenes necesitan más tiempo para llenarse.

"No puedo prometer que todos los almacenes de Alemania estén llenos al 95% en noviembre, incluso en buenas condiciones de oferta y demanda", ha señalado Mueller, que ha remarcado que "en el mejor de los casos, tres cuartas partes de ellos cumplirán el objetivo".

El Gobierno alemán ha instado a reducir el consumo, ha advertido de un posible racionamiento del gas en los próximos meses y esta semana incluso ha impuesto una tasa sobre el uso del gas. Alemania se prepara para lo peor, y es que aunque Rusia no corte del todo el suministro, la reducción de los envíos no ha hecho más que agravar la peor crisis energética que atraviesa Europa en décadas.

ADVERTENCIA SOBRE EL SUMINISTRO

Actualmente los flujos de gas ruso que llegan a través de Nord Stream están a un 20% de su capacidad, lo que ha llevado a las autoridades germanas a lanzar repetidos avisos, llegando incluso a afirmar que el suministro puede cortarse por completo en cualquier momento. Alemania ha adoptado diversas medidas, como las antes mencionadas, y esta semana ha logrado un acuerdo para importar gas natural licuado a través de dos nuevas terminales.

Sin olvidar que se plantea mantener los reactores nucleares que aún están en funcionamiento más allá de lo previsto (tenían que cerrar, de forma obligatoria, este año). Y el regulador también estudia la forma de priorizar el suministro a algunas industrias consideradas esenciales para la economía.

"Todavía no sabemos cómo se desarrollará la crisis. No tenemos certeza de si algunos consumidores podrían sufrir cortes antes que otros", ha señalado Mueller. "Estamos siendo transparentes, pero sé que no es una noticia satisfactoria", ha concluido.

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