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Lo lógico es esperar un rebote en el muy corto plazo que al menos sirva para corregir los fortísimos niveles de 'sobreventa' alcanzados.
Que el Ibex haya perforado la base del triángulo simétrico por el que se ha estado desplazando en los últimos meses no es precisamente una señal de fortaleza, todo lo contrario. De hecho, si nos creemos la figura que tenemos delante cabe apostar por un desenlace que le acerque en las próximas semanas hacia la zona de los 8.500-8.600 puntos, la que sería la anchura del triángulo perforado a la baja.
Con todo, antes hay que esperar a ver si el 'soportazo' que presenta en los mínimos anuales (9.327) se termina perforando o no a la baja. En realidad, es a lo único a lo que podemos agarrarnos: a los mínimos anuales. Por arriba, por el lado de las resistencias, tenemos la base del triángulo, antes soporte y ahora resistencia, en los aproximadamente 9.500 puntos. Por lo tanto y a modo de resumen se puede decir que las sensaciones no son buenas, para nada. Pero vamos a ver si al menos los mínimos anuales consiguen frenar las caídas.
