No era el fundador de Twitter, pero fue la solución a la guerra desatada entre ellos y algunos grupos de inversores. Hasta entonces, la empresa crecía y crecía, pero sin dejar de perder dinero. Jack Dorsey (hoy en Square) y Ev Williams (Medium) dieron un paso atrás. Confiaron en Dick Costolo para que construyese una empresa a partir de la red social. Fue hace cinco años y los números respaldan al consejero delegado de Twitter. Ha liderado la creación de un negocio de miles de millones, si bien todavía pierde dinero por exceso de inversión, adquisiciones y bonus a sus empleados.
En 2010, Twitter obtuvo unos ingresos de 28 millones de dólares. En 2015 cerrará por encima de los 2.200 millones, 80 veces más en un lustro. Las pérdidas se reducirán a final de este año a la mitad respecto a las de 2014 (-575 millones), la rentabilidad asoma la cabeza recurrentemente en las cuentas de Twitter y los ingresos se multiplican trimestre tras trimestre desde 2010. En 2016 facturará más que Linkedin. Sin embargo, la compensación en acciones a empleados sigue disparada fruto de la política de adquisiciones e incremento de la plantilla. Este año serán más de 700 millones más.
“Misma estrategia, nuevo CEO”
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Repentina, inesperada y tensa. La dimisión de Costolo como consejero delegado de Twitter ha sido de todo menos amistosa. Será sustituido en el cargo de manera temporal por Dorsey, cofundador de la red social y, hasta la fecha, su presidente no ejecutivo. La entrevista de ambos a la cadena de televisión CNBC no ha resuelto las dudas que sobrevuelan el relevo.
- Dorsey señaló en la entrevista que no desea “interrumpir el gran momento de Twitter” y que tienen una “gran hoja de ruta de productos”. Costolo, por su parte, se limitó a morderse la lengua al ser preguntado por su salida: “Amo a la compañía, a sus empleados (…) y creo que es el momento correcto de dejarlo. Hay un gran equipo y es saludable hacerlo”.
Pese a los rumores de cese que se mascaban desde hace meses, la renuncia de Costolo es a todas luces imprevista. No se entiende. De hecho, su sucesor toma el relevo de forma temporal. Lo hará a tiempo partido y compaginará el cargo con la dirección de Square, la ‘megastartup’ creada en 2009 (500 millones de inversión) y que lidera la revolución de cobros móviles en EEUU a través del ‘smartphone’.
Sucesores
¿Es compatible dirigir dos tecnológicas de ese tamaño? No lo parece. Por eso Peter Fenton (Benchmark Capital); Peter Currie y Ev Williams conforman el comité que elegirá al futuro CEO, puesto al que aspiran Anthony Noto (actual director financiero) y Adam Bain (jefe de ventas). También el propio Dorsey, firme defensor de Costolo y de su labor al frente de la red social frente a los críticos.
1/Is this thing on?
— Jack (@jack) enero 29, 2015
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11/@dickc was one of our first angel investors, our advisor, our COO, the creator of our revenue engine, and our CEO who assembled the team.
— Jack (@jack) enero 29, 2015
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Mientras tanto, Dorsey vuelve a ser CEO de Twitter como entre 2006 y 2008. Lo hace en la misma semana en que Apple ha presentado su alianza estratégica con Square para desplegar Apple Pay, la plataforma de pagos a través de iPhone y iPad.
El pecado de Costolo
A las 21,00 horas del pasado 28 abril, Costolo enfureció. Una chapuza de un proveedor de bolsa propiedad de Nasdaq filtró al mercado los resultados de la compañía antes de tiempo. Los resultados contenía un ‘profit warning’ -advertencia de empeoramiento del negocio-, aunque no pueden calificarse como malos debido al increíble crecimiento de la tecnológica.
Sin embargo, las cuentas de la empresa camuflaron una operación corporativa –la compra de Tellapart por 533 millones de dólares, todo en acciones– que no gustó a muchos, sobre todo, porque el propìo Costolo era uno de los principales socios. Ha sido la mayor operación corporativa de la empresa, por encima de la compra de Mopub en 2014 y su justificación no ha quedado del todo clara. ¿Era necesaria esa adquisición?
La decepción de los inversores
Desde entonces, Twitter ha perdido un 30% de su valor en bolsa, o el equivalente a más de 10.000 millones de dólares. Los inversores de la compañía no han soportado el revés. Chris Sacca (Lowercase Capital) es uno de ellos. No se muerde la lengua después de amasar miles de millones invirtiendo en ‘startups’ tecnológicas. Su manifiesto (Lo que Twitter puede ser) alentó el debate y las críticas sobre Costolo tan solo unos días antes de su dimisión.
Sacca es un firme defensor de un cambio de rumbo e, incluso, de una venta de la empresa a Google. También esta alineado en esas tesis el príncipe saudí Alwaleed bin Talal, que invirtió 800 millones en Twitter en 2011 junto a Yuri Milner (DST) y ahora reclama un nuevo CEO que no sea Dorsey.
Métricas
- ENFADO INVERSOR. La red social de ‘microblogging’ ha sufrido en sus carnes la dureza de cotiza en bolsa. De la fiebre inicial que suscritó el valor en 2013, Twitter vivió un nefasto 2014 (-45%). Fue la peor acción de entre las grandes tecnológicas por sus dificultades para compaginar crecimiento en la facturación y equilibrio en la rentabilidad. La compañía ha necesitado más de 2.000 millones de dólares de sus accionistas -antes y después de salir a bolsa- para sobrevivir desde que fue fundada en 2006. También es una cuestión de valoración. El valor bursátil de Twitter llegó a superar los 45.000 millones en enero de 2014, entonces, el doble que Yahoo o Linkedin.
- CRISIS DE IDENTIDAD. Twitter tiene una audiencia de 900 millones de usuarios, pero sólo uno de cada tres se registra y participa en ella. Su uso no crece tanto como sus rivales Facebook, Instagram, Snapchat. Esa métrica ha derivado recurrentemente en si Costolo es el capitán adecuado para dirigir la nave. El éxito indiscutible de Instagram (que eligió integrarse en Facebook en lugar de Twitter en 2012), la falta de despegue de Vine. la incógnita de Periscope o los experimentos en ‘ecommerce’ no han sentado bien a sus accionistas.